Capítulo 23: El bonito colombiano

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Dian sintió un golpe en el estómago.

D- ¡Papá! Pero...

P.D- Déjame terminar, no te quiero ver con ese joven...hasta que lo conozca.

D- Pero... ¿Qué?

P.D- Lo quiero conocer bien antes que nada.

El papá de Dian podría parecer duro y estricto, pero también sabía por lo que había pasado su hija (no sabía toda la historia), había sufrido demasiado desde lo que pasó el año pasado, y no quería que lo hiciera más.

M.D- Podrías invitarlo mañana a cenar después de la escuela.

D- ¿En serio?

M.D- Sí hija, invítalo.

D- ¿Puedo?- dijo dirigiéndose a su padre.

P.D- Está bien, el punto es conocerlo, ¿No?

D- ¡Gracias!- dijo abrazando a su papá y después a su mamá- bueno... También les quería decir algo más...

M.D- Dinos.

Volvió a tomar aire.

D- Ya no quiero... estudiar medicina.

M.D- ¿Qué? ¿Y por qué?

Su papá sólo la miraba.

D- Simplemente me di cuenta de que ya no me gusta como carrera, de verdad perdón- agachó la cabeza.

M.D- Hija, está bien, prefiero que nos digas a que sigas estudiando algo que no te gusta.

D- ¿Sí?

M.D- Claro, te apoyamos ¿verdad, Sergio?

P.D- Claro que lo hacemos. ¿Qué te gustaría estudiar?

D- Historia.

P.D- Pues así será.

M.D- Es más, mañana pediré un pase para salir del trabajo temprano y te acompañaré a darte de baja en la escuela.

D- ¿Sí mamá?

M.D- Sii, debo decir que nunca te vi muy feliz estudiando medicina, y sabes que nosotros te queremos ver contenta con lo que hagas.

P.D- Tu mamá tiene razón, queremos lo mejor para ti. Si quieres mañana te ayudaré a buscar universidades para que ya tengas escuela, ya en un mes entran a la universidad los alumnos.

D- Siii, muchísimas gracias a ambos.

M.D- No tienes que agradecernos de nada.
《Y, me di cuenta de que en realidad tienes razón, hija: hemos sido sobre protectores contigo, porque desde que tu.....- cerró los ojos por unos segundos- desde que Victoria murió hemos intentado protegerte mucho, hasta demás. Ahora entiendo que puedes cuidarte, ya eres grande y quieres ser independiente, tu papá y yo hicimos mal en querer ocultarte del mundo, y más ahora que eres mayor de edad》.

Esa era la primera vez que la madre de Dian decía el nombre de su hija mayor después de lo que le pasó. Y se notó que le dolió hacerlo.

D- Lo comprendo, mamá, sólo querían cuidarme, y pues eso ya pasó. No te preocupes.

P.D- Ahora que lo pienso, estoy de acuerdo con tu madre, te queríamos cuidar hija, si algo te pasara a ti nosotros nos morimos, lo que pasó con Vi nos destrozó y aún seguimos con lo mismo, pero ya ha llegado el momento de intentar dejar ir, al igual que a ti. Entiendo que ya eres mayor de edad, así que si aún nos lo permites, te acompañaremos mañana a darte de baja de la escuela y a ayudarte a a encontrar universidad como lo habíamos dicho.

D- Gracias en verdad por entender. ¡Y claro que aún quiero que me acompañen!- dijo feliz- podré ser mayor de edad, pero aunque tenga 100 años seguirán siendo mis padres. Sé que cuando Vi se fue ustedes no podían, yo logré olvidar el dolor y entender que ella estaba en un lugar mejor. Ustedes necesitan hacer las dos, no será fácil, pero yo seguiré aquí, y al igual que ustedes lo hacen conmigo: yo los apoyaré.

Dian ni siquiera creía que ella hubiera dicho todo eso, no solía decir ese tipo de cosas y menos con sus padres (como ya lo dije, era muy reservada con ellos).

La madre de Dian se acercó a su hija y la abrazó, después de que se separara, eso mismo hizo su padre. Fue un momento emotivo, pero ya que a Dian le costaba mucho expresar sus sentimientos, fue un milagro que recibiera y correspondiera el abrazo, y lo hizo muy contenta.

Después de todo ese momento cursi, la familia cenó y todos fueron a sus habitaciones para dormir.
Dian se preparó para dormir y le mandó mensajes a Villa contándole todo lo que había pasado con sus padres y lo de la cena con él. Villa dijo que con gusto iba, él no quería que Dian tuviera problemas con sus padres por su culpa. Y respecto a la universidad, le preguntó si estaría bien que él la acompañara a ella y a su mamá, Dian claramente le dijo que sí.

Cuando Dian se acomodó para por fin dormir, se dio cuenta de que aquel bonito colombiano de ojos verdes había llegado a su vida a traer puras cosas bonitas: gracias a él, su sonrisa estaba volviendo a ser verdadera, los problemas con sus padres, con ella misma y con su pasado se estaban arreglando... su vida se estaba arreglando. Se quedó dormida con ese hermoso pensamiento del bonito colombiano.

Cuando La Rosa MueraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora