V- No quiero dejar de verte.
D- Ay Villamil, pero falta mucho para que nos dejemos de ver por mucho tiempo- dijo enternecida y algo nerviosa - . Yo tampoco quiero dejar de verte, pero no hay de otra. Aunque sabes que a pesar de que vayas muy lejos, siempre habrá una parte de ti conmigo.
Villa sonrió encantado con las palabras de la chica.
V- Digo lo mismo, mi Dian.
D- Ow, oyeee ya sé cuándo va a ser mi examen.
V- ¿Sí? ¿Cuándo?
D- En una semana y dos días...
V- ¿¡Qué qué!? Pero entonces te queda muy poco tiempo para estudiar. Le voy a decir a Moncho que...
D- No no no, Juan Pablooo no pasa nada.
V- Peroo...
D- Noo, tranquilo, mira: con o sin examen, yo siempre he estado estudiado historia, en las clases siempre presté atención y con suerte recuerdo mucho y leo libros de los temas, pero sé que no me tengo que confiar, así que esta semana repasaré todos los días todo el tiempo que me sea posible. Te prometo que me siento super capaz de pasar ese examen.
V- Claro, puff perdón, creo que sí me alteré un poco.
D- Jaja y te escuchas muy tierno cuando lo haces.
V- Yo siempre.
D- Siii.
V- Es más, tengo una idea: te ayudo a repasar.
D- Oww, pero son tus vacacioneeeees, no te lo voy a permitir.
V- Pero yo quieroo.
D- Noo
V- Sí
D- No
V- Sí
D- No
V- Sí
D- NO.
V- SI.
D- Bueno.
V- Perfecto.
Dian soltó una carcajada.
V- Me alegra mucho saber que estaré aquí el día de tu examen.
D- ¿Y por qué?
V- Porque quiero poder desearte buena suerte en persona, y abrazarte antes y después de que hagas ese examen.
D- Si tú me deseas suerte, estoy segura de que hasta podría pasar ese examen aún sin estudiar.
V- Me pasaría lo mismo contigo.
Se les aceleró el corazón.
D- Oye ¿y en dónde nos vemos?
V- Mm no tengo idea, ¿en un lugar que ambos conozcamos?
D- Mejor, mmm ¡Ah! ¿Crees que esté bien en la escuela de medicina? Donde me acompañaste para darme de baja junto con mi mamá.
V- Claro.
D- Okey, ¿Cuándo?
V- ¿No puede ser ahora? Ya quiero verte.
D- Jaja ow okey, entonces nos vemos ahorita.
V- Sí, no vemos.
Colgaron la llamada con una sonrisa en el rostro y una viva emoción.
Dian se levantó de donde estaba acostada, tomó su pequeña mochila y salió de su casa. Usó el transporte público, lo que hizo que llegara un poco tarde a su destino. Al bajar, vio a un joven alto bajo la sombra de uno de los árboles de la entrada a la institución.
ESTÁS LEYENDO
Cuando La Rosa Muera
FanfictionEl último año no ha sido bueno para Dian, el pasado le pisaba los talones y los recuerdos la alcanzaban en las esquinas. Morat había sido esencial para que no se rindiera, aquella banda la hacía inmensamente feliz. Y... ¿Qué mejor manera de agradece...