Capítulo 76: Estúpido Corazón

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México

Dian y Anyara ya estaban llegando a su departamento, el cual, antes no habían aprovechado del todo.

- Al fin- dijo Dian soltando un suspiro.

- Ya necesitaba llegar- le respondió si amiga.

- ¡Michelle!- llamó Dian para anunciar su llegada.

No hubo ruido alguno.

- ¡Lía, Mota!- llamó Anyi ahora.

Nada.

De repente, un golpe.

Ambas se miraron y fueron corriendo a la habitación de la cual había procedido el ruido.

Abrieron la puerta y lo que vieron las tranquilizó.

El golpe había venido de Mota, quien se había caido de la cama de L; ella y Lía aún permanecían en ella, durmiendo. Tal parece que fue Lía quien había empujado a Mota, y aún así, en el suelo, y después de un buen golpe, seguía sin abrir los ojos. Pero Esponjoso, el perrito de Lía, no tenía el sueño tan ligero, así que empezó a ladrar a las recién llegadas.

Todos despertaron.

- Lía, calla a tu perro- se quejó el chico todavía sin abrir los ojos o tener conociemiento alguno de que Dian y Anyara había llegado.

- Yo no lo voy a callar, cállalo tú- le respondió en el mismo estado que su amigo.

- ¿Qué pasa aquí?- interpeló Anyara con voz firme.

En ese instante, todos las voltearon a ver, como si la voz de Anyi fuera la de un jefe estricto y con gran poder.

- Ehh... ¿Pijamada?- dijo Mota.

- No, Mota, no ayudas- le respondió Lía.

No dijeron nada.

- ¿Y bien?- insistió Anyara al darse cuenta que ninguno pensaba hablar- ¿Qué pasó?

- ¿Por qué no hemos sabido de ustedes?...¿Qué pasa, Mich? ¿Te sientes bien?- interpeló Dian.

Nadie dijo nada. Si Mota hablaba, lo arruinaría, sus nervios lo delatarían; si L lo hacía y respondía, sus ojos húmedos y tentados a expresarse, la delatarían; y si Lía abría la boca, terminarían en una discución.

- ¿Nos dirán?

Demonios.

- Es que...- Mota lo intentó.

- No, Mota, déjalo- lo interrumpió L con la mitad de su rostro tapado por un mechón de pelo gris-, ya no les podemos ocultar nada...

Silencio.

- Pues hablen entonces- dijo Anyi-. No saben lo preocupadas que nos tenían, por ti en especial, Michelle, ¿sabes lo desesperado que se encuentra Simón? No sabe nada de ti, ¿por qué?

- Ustedes no me dijeron lo de Karina- respondió L, sus ojos empezaron ponerse rojos, pero no derramó lágrima alguna. Aún le dolía bastante.

Anyara y Dian casi entraron en pánico.

- Entonces sí es por eso- musitó Dian, mirando al suelo.

- Michelle, no te dijimos porque sabíamos cómo resultarían las cosas- intentó calmarla Anyara.

- Sí, peeero, digamos que fue peor- comentó Lía.

- Un poco...- dijo Mota.

- Demasiado- volvió a decir la dueña del cachorro.

Cuando La Rosa MueraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora