Catorce de olas- Parte II

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Simón

- Por milésima vez, Isaza, sí me baño- insistió Simón.

- Eso no lo dice la ciencia- dijo Martín riendo.

- Ni su regadera- completó Lía.

Anyara, Martín, Isaza, L, e incluso Simón, rieron más. Sobre todo Anyara y Juan Pablo.

- Muchas gracias, Lía- ironizó el de gafas.

- De nada, Simón- respondió ella esbozando una sonrisa falsa, con el mismo toque de ironía del Vargas mayor.

Y cuando Simón empezó a pensar en su respuesta, una vibración en el bolsillo derecho de su pantalón, lo interrumpió.

- Esperen- dijo mientras sacaba su celular y contestaba la llamada-. ¿Hola?

- ¿Simón Vargas Morales?- era una voz grave y con un extraño acento mexicano.

- ¿Quién llama?- respondió, lo que llamó la atención de los presentes.

- La policia.

Simón se confundió con esa respuesta y expresó un semblante escéptico.

- ¿Quién es?- preguntó L en un susurro.

- "La policia"- respondió Simón haciendo comillas con los dedos. No se creía esto.

- Ponlo en altavoz- dijo Anyara enserio.

Él obedeció.

- Acabamos de hackear una cuenta ilegal de ánime, y hemos descubierto que usted era uno de los administradores- continuó "la policia".

Esto no lo asustó, pero sí lo confundió aún más. ¿Quién que no conociera tendría manera de contactarlo?

- ¿Qué?- fue lo que salió de su boca.

- Como lo oyó. Ahora, escuche con atención- ordenó, y Simón se tensó.

- ¿Sí?

- Vaya a bañarse.

Y colgaron.

Todos estallaron en risas de nuevo.

- Por Dios, Simón, hasta la policia lo dice- dijo Isaza.

- Jajajaja Moncho- exclamó Martín.

- Si no es a Villo es a Monchi- articuló Anyara.

- Jajaja cierto- dijo Lía.

L estaba roja de tanto reír.

- Weón, claramente no era la policia. Ni me la creí- respondió el bajista.

- No, pero buena broma- replicó el chico del sombrero.

- Qué agradable sujeto- dijo L al fin.

Simón fingió estar ofendido.

- Gracias por ese apoyo, Ellie.

- Lo siento- dijo entre carcajadas y dándole un abrazo a ese chico, sintiendo más de lo que aparentaron.

- ¿No quieren oír un chiste?

Villamil

Él y Dian no dejaban de reír después de colgar la llamada.

- Jajjaja ¿quieres llamarle a alguien más?- preguntó Dian.

- Jajja vale, pero al azar.

- Bien- entonces ella sacó su celular y deslizó su dedo por los contactos que tenían guardados hasta dar con uno-. Jajaja, esto será interesante. Te va de nuevo, a la próxima utilizamos el helio.

Cuando La Rosa MueraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora