Era una rosa roja. Sé que no es algo grande o el mejor regalo del mundo, pero para Dian esa rosa era como si Villa le diera la estrella más brillante del cielo. Era una persona sencilla que se fijaba en los detalles simples y pequeños, y ese chico se había acordado que a ella le encantaban esas flores. Ese era un gran detalle, acordarse de algo así de simple.
D- ¡Villamil! Te acordaste que me gustaban las rosas rojas- dijo tapándose la cara de la emoción. Tomó la rosa y Villa se levantó.
V- ¿Entonces sí te gustó?
D- Y todavía lo preguntas, ¡me encantó!
Al decir eso Dian abrazó a Villa poniéndose de puntitas para intentar hacer un abrazo normal.
D- Jaja odio que estés tan alto, tendré que comprarme un banco para abrazarte.
V- Ahhh ¿Sólo para abrazarme?— dijo coqueto, Dian se ruborizó.
D- Aah pues tal vez... no sé- respondió nerviosa.
V- Aaah está bien. ¿A dónde vamos?
D- Pues la verdad me estoy muriendo de hambre, vamos a cenar algo ligero ¿Te parece?
V- Me parece perfecto.
D- Sí pero espera, le diré a mi mamá que llegaré un poco tarde.
V- Claro.
Después de que Dian mandara un mensaje a su mamá y ella le respondiera subieron al auto y se dirigieron a una cafetería a unos tres minutos de ahí.
D- Ya le dije, pero le dije lo mismo que a mi papá sobre ti.
V- Ay Dian está bien pero en algún momento les dirás la verdad ¿okey?
D- Okey, de todas formas dice que quiere conocerte pronto, se molestó un poco, dice que no le gusta que salga a pasear contigo porque ni siquiera te ha visto la cara- dijo algo apenada por la manera en la que sus padres se comportaban de acuerdo a su edad.
V- No te preocupes, tiene razón, soy un completo extraño para ella y eso no está bien, no me conocen y por mi culpa llegas tarde.
D- Lo sé no está bien, pero pronto les diré. No quiero que mis padres empiecen a pensar cosas malas de ti. Y no te preocupes por eso de que llegue tarde, no tendrían por qué enojarse si les avisé, además no es de que haga cosas malas, sólo voy a ir a cenar algo contigo. Y si se enojan pues... Así son ellos: demasiado protectores. Tengo 22 y me siguen tratando de 15, y lo sé, son mis padres y me cuidan y se preocupan por mí pero... Ya soy grande y siento que deberían de dejar de ser así aunque sea un poco. Perdón.
V- ¿"Perdón"? Jej y ¿Perdón por qué?
D- Por todo el rollo que se vendrá con mis papás.
V- Jaj ya te dije que no te preocupes, y, te entiendo; mis padres eran igual algo así conmigo. Pero dales tiempo, se darán cuenta de que has crecido y ya eres grande. Es cuestión de paciencia, y si tanto ya necesitas un cambio pues habla con ellos.
D- Tienes razón, muchas gracias. De verdad eso espero- dijo dedicándole una sonrisa.
Cuando llegaron y bajaron y Dian llevó con ella la rosa que Villa le había dado minutos antes, tomaron una mesa, pidieron su orden, la trajeron y empezaron.
El primero en hablar fue Villa, y lo hizo algo nervioso.
V- Yyy, ¿viste la nota?
D- ¿Nota?
V- Jaja sí, venía una en la rosa que te di.
D- ¿Neta? Espera- emocionada, tomó la rosa y vio que efectivamente había un papel pequeño pegado en uno de los pétalos de la rosa, no entendía como no se dio cuenta de su existencia.
V- Ahora ábrelo- dijo sonriendo... bueno siempre que estaba con ella le parecía imposible no hacerlo.
Dian desdobló el papel y en él estaban escritas tres palabras:
Tus ojos hermosos.
Volteó a ver a Villa.
D- Villa...
V- Es la verdad.
D- Pues no creo tener ojos bonitos- dijo sonrojada.
V- Bonitos no, hermosos.
D- Claro que no.
V- Claro que sí.
D- Que no
V- Que sí.
D- Noo
V- Siii, son los más hermosos que he visto.
(Momento de silencio en el que Dian miraba con ojos brillantes y llenos de amor a Villa).
D- Villa... Tengo una duda.
V- Dime.
D- Yo no tengo pecas, pero llamé tu atención, entonces...
V- Tienes razón, dije que si una chica tenía pecas me gustaba, pero no necesariamente las tiene que tener para llamar mi atención...y tú no solamente hiciste eso, Dian, "tú me lograste enamorar" y fue por el simple hecho de ser tú... Jaja y con esos ojos hermosos.
D- ¡Que no tengo ojos hermosos!- dijo fingiendo enojarse cruzando los brazos.
V- Jajajaj ¡¡Sí los tienes!! Pregúntale a cualquiera.
D- Hazlo túúú.
V- ¿Quieres que le pregunte a cualquiera?
D- Sí- dijo riendo, sabiendo que no lo haría.
V- Lo haré.
D- No lo harí...
V- Señora disculpe la molestia pero ¿Verdad que esta chica tiene ojos hermosos?- Villa volteó a ver a la señora de la mesa de al lado.
X- Aahhh sí cómo no, se le ven muy bonitos así oscuros.
V- ¿Verdad? Muchas gracias.
D- Jajjjaajaja ay Juan Pablo te odio- dijo tapándose la cara de la pena.
V- ¿Quieres otra prueba?
D- Jaja no muchas gracias.
V- Tienes ojos hermosos, Dian y todos lo ven, sólo faltas tú.
D- ¿En serio si los tengo así?
V- En serio, si no me crees si quieres le preguntamos al mesero... ¡Mese...
D- Nooo jajaja ya te creo ya te creo.
V- Qué bien, porque lo que seguía era subirme a la silla y preguntarle a toda la cafetería.
D- Jajaja te odioo.
Siguieron hablando y riendo hasta que Dian se dio cuenta de que ya tenía que llegar a su casa. Salieron del lugar, pagaron la cuenta (la cual Villa pagó porque Dian no lo pudo convencer de lo contrario) subieron al auto y no tardaron mucho en llegar a la casa de Dian.
D- Bueno jajaja de verdad me encantó esta noche, muchísimas gracias.
V- Jajaja no hay de qué, ojos hermosos, a mí también me gustó demasiado.
D- Jajaja. Ahorita le diré a mis padres lo de la universidad.
V- ¿De verdad? Si quieres te acompaño a que les digas.
D- No no, está bien , mi papá aún tardará unos minutitos en llegar y no quiero que te vayas tarde, podría pasar algo.
V- Está bien y, tranquila ¿sí? Todo saldrá bien.
D- Gracias, espero que sí. Adiós Villa. ¿Nos ponemos de acuerdo para vernos mañana?
V- Claro que sí, adiós Dian.
Dian abrió la puerta del auto, pero antes de que bajara, Villamil dijo:
V- ¿Esta vez no se va a despedir?
Ella regresó riendo.
D- Jajaja te odio.
E igual que ayer le dio un beso, pero esta vez fue demasiado cerca de los labios. Intencionalmente.
D- Jaja adiós Villa.
V- Adiós, ojos hermosos.
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Cuando La Rosa Muera
FanficEl último año no ha sido bueno para Dian, el pasado le pisaba los talones y los recuerdos la alcanzaban en las esquinas. Morat había sido esencial para que no se rindiera, aquella banda la hacía inmensamente feliz. Y... ¿Qué mejor manera de agradece...