Capitulo 6

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Caída la noche, ya en mi habitación, arrope a Cassy quien estaba a mi lado en la cama. Sus hermosas facciones eran perfectas, me encantaba verla dormir y su aroma a bebé me deba mucha paz. Me coloque de lado y me quedé observándola un rato, su pequeño cuerpecito se veía tan frágil e indefenso. ¿Cómo puede una personita tan pequeña dar tanta felicidad? Estaba decidida a dejar el pasado atrás y a salir adelante por ella, por este angelito que había llegado a mí vida por alguna razón. No ocuparía el lugar del bebé que me arrebataron, ella ocuparía un lugar especial y algún día ella sabrá que tuvo un hermano o hermana que ahora está en el cielo. 

La noche era fría, la luna brillaba como pocas veces, mientras el aire movía las hojas de los árboles. La tranquilidad de la noche fue interrumpida por un llanto, el sonido era muy penetrante, abrí mis ojos con pesadez. Estaba segura de que Cassy tenía hambre, estire la mano para alcanzarla pero no estaba, me levanté de golpe y mire a todos lado. Cassy seguía llorando pero no sabía donde estaba, me levanté de la cama y la rodee pensando que la bebé pudo haber caído, pero no estaba. El miedo empezaba a consumirme ¿Donde estaba mi bebé? Camine por toda la habitación buscándola pero no la encontraba y el llanto se hacía más intenso. De pronto todo se oscureció, no podía ver nada, el llanto se había transformado en un grito desgarrador, mí propio gritó.

Desperté asustada y con los ojos llenos de lágrimas, miré al lado de la cama y ahí estaba Cassy con sus ojos abiertos, la tomé en mis brazos y la arrulle muy despacio, cuando por fin me tranquilice me levanté de la cama y salí de la habitación directo a la cocina. Cassy comenzó a hacer pucheros, ella había despertado porque tenía hambre así que le prepare un biberón, regrese a la habitación y me senté en la cama para alimentarla olvidando así me pesadilla nocturna, tenía la esperanza de que poco a poco se fueran acabando las pesadillas. 

El fin de semana me la pase arreglando las nuevas cosas que había comprado para la bebé, la cuna cupo perfectamente en mi cuarto, a un lado de mí cama y el coral que había comprado mi mama lo dejamos en la sala. Era fácil acostumbrarse a Cassy, yo y mí madre ya nos habíamos encariñado con ella hasta los huesos. Mi madre trabajo sábado y domingo, así que yo me quede en casa con la bebé y aproveche para arreglar todo para el lunes empezar a trabajar, mi madre descansaría dos días así que sería perfecto para mí.

El lunes por la mañana mi madre tocó en mi habitación, eran las 6:30 y yo aun estaba dormida, Cassy había estado muy activa por la noche y no había podido dormir bien. Cuando mi madre vio que no respondí abrió la puerta y se acercó a la cama.

-Lena… despierta amor, tienes que ir a tu nuevo trabajo.

-mmm…

-anda, ya esta listo el desayuno, me llevaré a Cassy a la sala para que puedas arreglarte.

-gracias mamá.

Mi madre tomo a la bebé en sus brazos y salió de la habitación, cuando escuché la puerta cerrarse me levanté de la cama y camine directo a la ducha, no podía llegar tarde mi primer día pero había tenido algunas noches dificiles y no habia podido dormir. Me bañe rápidamente y despues me vestí con unos jeans y una playera ajustada. Salí de la habitación y me camine a la cocina, mi madre ya tenía el desayuno servido así que me sente y empece a comer.

-tengo que irme rápido…

-¿Cassy dio mucha lata en la noche?- me dijo mi madre cuando se sentó a mi lado.

-un poco- sonreí y mire hacía el corral -nos estamos acostumbrando la una a la otra.

-así les pasa a todas las mama primerisas.

Cuando escuche las palabra de mi madre entendí todo, ahora yo era mamá, Cassy algun dia me diría esa palabra, no pude evitar que mis ojos se llenaran de lágrimas al entender lo que estaba pasando.

-¿Soy una mamá?

-pues claro amor, Cassy es tu hija… ella te convirtió en madre 

-¡Dios! No había pensado en eso.

-lo se- mi madre se levanto y beso mi frente -seras una buena madre nena, por eso no te preocupes.

Después de un abrazo cariñoso de mi madre y de llenar de besos a Cassy salí de la casa. Mientras iba en el autobús pensaba lo que acaba de decirme mi madre. Yo me convertí en mamá, es una enorme responsabilidad pero haré todo lo que esté en mis manos para no fallarle ni a ella ni a Cassy. Baje del autobús y camine algunos pasos hasta llegar a la tienda de videojuegos, no tenía ni idea que iba a hacer, pero sea lo que sea le echaria muchas ganas para aprender rápidamente. Faltaban 10 minutos para las 8, la puerta de vidrio tenía un letrero de cerrado, así que le di unos ligeros toques hasta que vi a Jack acercarse para abrirme.

-buenos días- dijo sonriendo mientras abrió la puerta.

-buenos días señor- contestes y entre. 

-Jackson... por favor solo dime Jack.

-ok… 

Aquel hombre sonriente camino unos pasos y después se detuvo, me hizo una seña para que lo siguiera. Camine detrás de él y recorrimos la tienda hasta llegar a otra puerta, entramos y pude ver una pequeña sala, una mesa, un mueble de madera y arriba de él había una cafetera, un garrafón de agua. A un lado del mueble se veía un refrigerador y algunos artículos de despensa. Era algo así como la sala de descanso, me señaló el sillón y sin dudarlo me senté en el.

-¿Quieres café?- se acercó a la cafetera y empezó a buscar vasos en el mueble.

-si… gracias- ya había desayunado pero no quería ser grosera.

-aquí es donde descansamos, sino quieres comer en la calle, puedes hacerlo aquí. También puedes preparar café a la hora que quieras o tomar alguna bebida. Lo que necesites.

-gracias ¿Y que se supone que yo voy a hacer?

-pues de todo un poco- termino de hacer los cafés y se acercó a mí, me ofreció una taza y después de sento a mi lado. -hay que limpiar, atender clientes, surtir los estantes, recibir mercancía y a veces tendrás que ayudarme a abrir y cerrar- dejo el café sobre la mesa que estaba enfrente de nosotros y sacó unas llaves de la bolsa de su pantalón. -estas son unas copias, ahora son tuyas.

-no se mucho de videojuegos- sonreí apenada mientras tomaba las llaves.

-me imagino- también sonrió y volvió a tomar su café -mañana te explicare un poco, hoy no puedo, tengo que irme temprano.

-¿A qué hora cierras la tienda?

-a las 5, sino hay gente, si hay clientes pues hasta que se vaya el último.

-entiendo…

-¿Y tu bebé? ¿Quien te la cuida?

-mi madre, me toco suerte de que descansó hoy y mañana, así que no habrá problema.

-puedes traerla, si un dia no tienes con quien dejarla, puedes traerla aquí, te juro que no me molestara.

-gracias que amable- bebí un poco de café.

-la caja registradora no tiene mucha ciencia, es fácil de usar- miraba su taza de café dudoso, creo que quería preguntar algo pero no se atravía.

-soy madre soltera- no se porque dije de pronto -el padre de Cassy no se quiso hacerse responsable y desapareció de mi vida.

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Claudia TayRe ❤️

Aprendiendo a confiar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora