Capitulo 38

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—no

—¿Volverás a besar a Andrew?

—no...— no entendía a donde quería llegar.

—¿Puedo confiar en ti?— por fin despegó la mirada del anillo y voltee a verme.

—si

—necesito que me prometas que jamás volverás a mentirme, necesito que entiendas que si estas conmigo, es porque asi lo quieres, quiero que estes conmigo porque lo deseas, no quiero más confusiones, esto es asi de facil Lena ¿Me ama o no me amas?— volvió a colocarme el anillo —quiero ser el único hombre en tu vida, quiero que confíes en mí para todo y me dejes ayudarte, quiero que iniciamos de cero y que prometas que jamás volverás a mentirme, si lo haces… creo que me volvería loco de saber que puedo perderte. ¿Entendiste?

—si…

—tengo otra duda— Jack se levanto del sillon y comenzo a caminar —¿Como conseguiste los papeles de Cassy?

—Andrew me ayudó.

—¿Son legales?

—si, por supuesto, la forma de obtenerlos no, pero los papeles sí.

—ok, tenemos que conseguir un abogado, no creo que esa mujer se quede de brazos cruzados.

—Jack, no quiero meterme en problemas, deja que yo lo resuelva.

—hey ¿Que acabo de decir?— volvió a sentarse a mi lado —yo voy a ayudarte, tengo dinero, así que hoy mismo salgo a buscar a un abogado ¿Ok?

—ok— Jack me acercó a él y me beso, ¡Dios! Extrañaba tanto sus besos.

Más tarde, Jack se fue a la tienda y yo volvía a la casa de mi madre. Extrañaba tanto a Cassy que ansiaba llegar a abrazarla. Abrí la puerta de la casa y quede impactada con lo que vi, la mujer… Thelma, estaba sentada en la sala, con Cassy en brazos. Pero lo que más me sorprendió, es que la mujer estaba limpia de pies a cabeza, llevaba una falda entubada, una blusa rosa pálido y un saco a juego, íba acompañada de dos policías. Mi madre tenía el rostro triste y parecía que había llorado.

—que bueno que llegaste Lena— la mujer se levantó del sillón y caminó hacia mí —vengo por lo que es mio y tu iras a la cárcel.

—tu no la quieres…— fue lo único que pude decir.

—cometí un error al abandonarla y ahora lo resolveré— pude ver el destello de una sonrisa.

—¡¿Que no se supone que ella es la que debe ir a la cárcel?!— gritó mi madre señalando a Thelma —ella abandonó a su hija.

—la señora presentó la carta de un psicólogo, ella atravesaba por una crisis cuando ocurrieron los hechos… señorita Lena Thomson, tiene que acompañarnos.

Mi madre se acercó a mí y me abrazó, estaba tan asustada como yo, traté de tranquilizarla y le dije que todo saldría bien, pero creo que esas palabras eran más para mí que para ella. Solte a mi madre y la policía me esposo, me sentía una verdadera criminal, cuando lo único que hice fue amar mas que nada a esa niña. Thelma camino hacía la puerta para irse, pero yo quería ver a Cassy por última vez.

—por favor— le suplique —deja que me despida de ella… por favor.

—no— contestó en tono frío —no volverás a acercarte a ella.

Las lágrimas rodaron por mi mejilla, todo se había acabado. Voltee a ver a mi madre, quien al igual que yo lloraba. Los dos policías me guiaron a la salida de la casa, todo pasaba frente a mis ojos como en cámara lenta. No podía pensar claramente, estaba demasiado triste y desanimada que solo quería llorar hasta cansarme, ya en la patrulla uno de los policías se sentó a mi lado. Sus ojos verdes me miraba con pena, era algo mayor, las canas cubren casi todo su cabello y su sonrisa era tranquilizadora. Me tomo las manos esposadas y las colocó en un pequeño aro que estaba pegado a un lado del asiento del copiloto, creo que era para que no intentara huir. 

—muchacha ¿Tienes algún abogado?

Moví la cabeza en forma negativa… y de pronto recordé a Andrew, el podria ayudarme.

—conozco al alcalde…

—muy bien, lo llamaras desde la estación de policía… pareces una buena chica— su voz era compasiva —a veces las cosas parecen muy malas, pero no lo son.

—gracias…

El policía salió de la patrulla, se acercó a mí madre y cruzó algunas palabras, después ví a Thelma salir de la casa y subir a una camioneta negra, muy lujosa ¿Pero como era posible? Hace unos días era una vagabunda y ahora viaja en camionetas de lujo. Los dos policías subieron a la parte delantera de la patrulla y nos dirigimos a la estación de policía. No podía dejar de llorar, jamás pensé que esto acabaría así. Toda mí vida había tratado de ser buena, jamas me meti en problemas de joven, jamás bebía, no me drogaba y desde que mi padre murió, solo e trabajado para mí y mí madre "te metiste con un hombre casado" pensé, muy dentro de mí sabía que estaba mal desde que me entere que Andrew era casado, pero poco me importó, creo que este error lo estoy pagando con sangre. Al llegar a la estación, los dos policías me bajaron con mucho cuidado de la patrulla, el policía amigable que ahora se que se llama Scott, me llevo a dentro y me metió en una celda.

—ten— me dio su celular —llama al alcalde o... a quien tu quieras, tienes 5 minutos.

—¿Porque hace todo esto?

—tengo una hija como de tu edad, no me gustaría que cayera en prisión y nadie la ayudara.

—gracias…

Scott se alejó y primero llame a Jack, le conté todo lo que había pasado, él me dijo que buscaría un abogado, también le dije que llamaría a Andrew, al principio se molesto, pero despues de hacerle entender que él nos podía ayudar acepto. Termine la llamada con Jack y después llame a Andrew y le conté todo, me dijo que no tardaría en llegar. Le regrese su teléfono al policía y me senté en el suelo de la celda, estaba asustada, pero lo que más me preocupaba era que Cassy terminara en brazos de esa mujer, ella no la amaba. Cubrí mi rostro con ambas manos y comencé a llorar de nuevo, quería ver a mi bebé, quería acariciar sus suaves mejillas. La vida sin ella ya no tendría sentido, ella se había convertido en mi mundo, mi oxigeno, mi razon de vivir. 

Más tarde escuché una voz conocida, era Jack, hablaba con los policías y uno de ellos lo guió hasta mí, cuando lo vi no pude evitar ponerme a llorar de nuevo, el policía se alejó diciéndonos que solo teníamos 5 minutos, Jack se acercó a la celda y yo me puse de pie, metió las manos a través de los barrotes y acaricio mi mejilla.

—¿Comó estas?— parecía frustrado al verme ahí encerrada.

—mal… se llevaron a Cassy.

—lo se amor, todo saldrá bien, voy a pagar la fianza y ya contacte a un abogado para el juicio.

—¿Esa mujer me llevará a juicio?— mi voz reflejaba mí temor.

—si… quiere la custodia de Cassy y… 

—¿Y?



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Claudia ❤️

Aprendiendo a confiar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora