Capítulo 36: De sudor y ternura.

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Advertencia: Este capítulo contiene contenido sexual explícito [+18], por lo que se ruega discreción.

Crystal intentó dormir durante esa noche, pero le costó. No podía decir que le era indiferente la reacción de su marido, y es por eso que se movía en la cama, tratando de conciliar el sueño, y cuando lo hacía, era solo por leves lapsus de tiempo.

Al otro día, se despertó temprano para llamarlo, presa de su misma ansiedad. Lo llamó, pero su celular lanzaba inmediatamente al buzón, y también le escribió. Trató de no desesperarse con la idea, pero las horas avanzaban, y él seguía sin llamarla. ¿Acaso era una nueva forma de torturarla?

Crystal dio vueltas por su casa, tan vacía sin Jumin. Cada vez que él iba de viaje, todo su ser lo extrañaba. No era del tipo de esposa obsesiva que lo llamaba a cada instante en que se separaban, y por supuesto que también entendía que Jumin tenía una agitada vida de negocios que no podía aislar así como así. Sin embargo, siempre le dejaba espacios, como el fin de semana pasado en el que fueron a aquella casa en el lago, su nueva casa. Lo extrañaba, era inevitable, él era el hombre que amaba. Pero tampoco podía concentrar toda su vida en él, y es por eso que la noche anterior fue a la fiesta.

Maldita fiesta, pensó Crystal luego de lanzar un suspiro, mirando el almuerzo que no se atrevía a comer, pero tampoco a rechazar luego que el chef lo preparara para ella. A veces le molestaba un poco sentirse tan atendida en su propia casa. Su humildad le decía que no podía rechazar un plato de comida servido, y Jumin le respondería que en realidad el chef solo está haciendo su trabajo, pero que debería comer porque es debido.

Crystal miró su celular, e intentó llamar una vez más a su esposo, pero tampoco resultó. Cuando solo pudo comer un poco, dio por terminado su almuerzo, porque su estómago no podía más que eso. Se dirigió hacia su habitación, donde estuvo hasta que finalmente el sueño la venció, por lo mal que había dormido la noche anterior.

De pronto, una notificación la despertó. Buscó su celular que estaba a su lado en la cama, y era el grupo que tenía junto con Kyouya e Isabelle.

Isabelle: ¿Nada aún?

Kyouya: Crystal, si tienes algún problema, sabes que puedes decirnos...

Crystal: No, aun no me responde el celular. No sé ni siquiera si le llegó la maldita foto.

Isabelle: Bueno, calma. Según su agenda, ha estado en reunión durante todo el día, a pesar de ser domingo. Dios mío, ¡este hombre trabaja más que yo, y yo ya consideraba que trabajaba mucho!

Crystal: ¿Qué esperabas? Es el jefe jajaja.

Isabelle: Tenía la falsa ilusión que mientras más ascendías, menos trabajo tenías

Kyouya: Puede ser, pero no para los buenos jefes.

Isabelle: ¿Estás adulando a Jumin? Creo que de todas formas te despedirá si resulta tan terrible como todos lo pintan jajajaja.

Kyouya: No bromees con eso, mejor ayúdame a conseguir un nuevo trabajo jajaja.

Crystal no pudo evitar sonreír ante los comentarios de sus amigos. Luego, lo intentó una vez más. Marcó el número de Jumin, pero esta vez no la lanzó directamente al buzón, sino que tenía tono. Esto hizo que el corazón de Crystal diera un vuelco.

- Crystal, estaba a punto de llamarte de vuelta. – dijo Jumin.

- ¿Ah sí? ¿Tenías algo en particular que decirme? – preguntó ella de manera ansiosa.

De sudor y ternura «Mystic Messenger» [Jumin/MC] [Parte I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora