Capítulo 39: Be There

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Cuando Crystal ingresó a la oficina de Jumin sentía que sus piernas temblaban, que se iba a transformar en gelatina en cualquier momento. Jumin no dijo ninguna palabra, hasta que se sentó delante de su escritorio, e invitó a hacer lo mismo a su esposa. Ella sentía que apenas podía sus piernas, y cada paso le estaba costando demasiado.

Sabía que lo había vuelto a estropear todo, y la mirada fría, glacial de Jumin lo comprobaban. Llegó como pudo hasta el asiento delante de él. No tenía demasiado que decir.

- Explícame qué sucedió. – le dijo Jumin, distante. Crystal sentía que el corazón se le iba a salir de su pecho. ¿La iba a despedir, o algo peor? Jumin como siempre cuando pensaba demasiado las cosas, estaba muy frío y distante. Pasó unos instantes antes que Crystal pudiese hablar. Jumin arqueó una ceja, de manera insistente. Lo primero que le salió a ella fue un hilo de voz.

- Lo siento tanto Jumin. – dijo ella.

- No te pedí eso. Quiero que me expliques con detalle que mierda acaba de suceder. – dijo Jumin, tratando de contenerse. Crystal tragó saliva con dificultad.

- Estábamos esperando el ascensor Elisa y yo, cuando de pronto me empieza a hacer una serie de preguntas.

- ¿Qué preguntas?

- Cómo qué sentía al saber que pasaba ella más noches contigo, o que siento al saber que Isabelle pasa más tiempo contigo.

- Ajá. ¿Y cómo de eso pasaron a los golpes? – preguntó Jumin. Todo esto le parecían solo detalles insignificantes. No creía que su esposa se dejara simplemente influenciar por este tipo de comentarios. Crystal desvió la mirada, pero continuó hablando. Apretaba el celular entre sus manos con fuerza.

- Ella siguió buscándome, de hecho, yo simplemente desistí de tomar el ascensor, había visto a Isabelle en la cafetería, pensé en ir con ella. Pero Elisa insistió, me cerraba el paso, hasta que mi celular sonó un montón de veces. – dijo, mientras veía la galería de su celular. Para su sorpresa, todas las muchísimas fotos que le habían llegado habían desaparecido tal como llegaron.

- ¿Y? ¿Qué tiene que ver tu celular? – preguntó Jumin, completamente hastiado. Crystal entonces buscó en la nube para guardar fotos, y tampoco estaban. Abrió los ojos grandísimos, y miró a Jumin completamente aterrada. Sentía que sin aquellas fotos Jumin jamás le creería.

- Yo... Jumin, yo... ella me envió un montón de fotos, pero no las encuentro. Eran muchísimas, de muchísimas mujeres, no solo de ella. Eran tantas, dios mío, tantas. Cada una de ellas dolía cada vez más. – dijo Crystal, mientras apretaba con sus manos la falda, completamente frustrada, bajando la cabeza. – Yo no pude ni puedo seguir soportándolo Jumin. – dijo mientras llevaba sus manos a su rostro, rompiéndose en llanto. Jumin suspiró. Se levantó de su asiento, y se apoyó en su escritorio, frente a su esposa. Sacó un pañuelo de su bolsillo, tomó su rostro entre los dedos, y limpió cada una de las lágrimas que resbalaban por su rostro, mientras ella lo observaba sorprendidísima ante su reacción.

- No te preocupes por esas fotos, yo te creo. – le dijo Jumin, mientras acariciaba el cabello de su esposa. Ella se sorprendió de sus palabras, y se sintió conmovida, pero aun así le costaba tanto hablar. Sin embargo, había un brillo particular en sus ojos que Crystal no supo identificar.

- Lo siento. – susurró Crystal, en un hilo de voz. Jumin soltó su rostro con delicadeza, acariciando levemente su mejilla. Luego, se acomodó y cruzó los brazos, bajando la mirada, mientras cerraba sus ojos. Suspiró.

- Crystal, no puedo decir que esto me deja indiferente. – dijo Jumin, analizando la situación. Abrió lentamente los ojos, posándolos en ella. No había rastro de enojo en ellos, sino...- Me siento decepcionado. – dijo finalmente Jumin, tras un suspiro. Crystal sintió eso como una bala atravesando su pecho, y abrió los ojos grandísimos, perpleja. – Crystal, me siento decepcionado no porque la hayas golpeado, o te hayas peleado delante de la empresa, sino porque precisamente caíste en su juego. Pensé que habíamos hablado de eso, de no dejarnos vencer por sus estupideces. Pensé que eras mucho más que eso. – dijo Jumin mirándola preocupado, mientras suspiraba.

De sudor y ternura «Mystic Messenger» [Jumin/MC] [Parte I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora