Capítulo n°50: El sentido me perdió

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Después de descansar un momento, Jumin se percató que habían estado haciéndolo hasta más allá del amanecer. Se levantó de la cama un poco incómodo, y se vistió. Elisa lo observó en silencio, mientras Jumin daba a entender que ya era la hora de irse. Ella se apresuró a vestirse, mientras Jumin la acompañaba hasta la puerta.

Cuando salieron de la habitación se encontraron con V, que recién se había levantado e incluso estaba con un albornoz cuadrillé café sobre su playera y sus pantalones de chándal color gris. Se encogió un momento mientras veía su café, completamente incómodo de la escena.

- Buenos días Jihyun. – le dijo ella con una sonrisa de suficiencia. V se sonrojó, ajustando su albornoz, completamente incómodo.

- Buenos días. – le respondió simplemente él, mientras desviaba la mirada para concentrarse en el café.

Quería salir inmediatamente hasta la habitación, pero decidió concentrarse en el periódico que estaba sobre la pequeña mesa, que había dejado la sirvienta, tratando de incluso cubrirse con él. Jumin caminó hasta la puerta de salida, y se despidió de Elisa. Ella quería besarlo, pero él simplemente corrió su rostro evitándola, y ella simplemente asintió y se marchó. Jumin no había sido como las veces anteriores, que la cuidaba al otro día, que le brindaba alguna especie de pomada para disminuir el dolor, además de analgésicos, y se duchaban juntos. Simplemente la sacó de su departamento, lo que la hizo suspirar con desánimo. Pero ella era paciente, sabía que tarde o temprano volverían a la linda relación que tuvieron, a pesar de todos los inconvenientes. Jumin si o si volvería a ser suyo en cuerpo y alma.

Cuando Jumin cerró la puerta, suspiró pesadamente, mientras llevaba sus dedos al puente de la nariz, y caminaba. V lo miraba en silencio, siguiendo con la mirada cada paso que daba su amigo. No sabía de qué manera ayudarlo, porque Jumin se había cerrado totalmente a conversar cualquier cosa que le estaba sucediendo.

- Jumin... - comenzó a decirle V.

- No me digas nada, no me interesa. – respondió Jumin de manera cortante.

- Pero Jumin... - insistió.

- No, V, no me interesa nada de lo que tengas que decirme. No me interesa tu opinión, no me interesa escuchar que lo que hice con Elisa estuvo mal, porque Elisa ni siquiera me interesa en lo más mínimo. Solo es una más y ya. – determinó Jumin, mientras dejaba a su amigo boquiabierto por su rechazo.

Jumin se encerró en su habitación, y se dirigió a la ducha. Mientras el agua recorría sus músculos agarrotados, no pudo evitar pensar en Elisa. Ella no le interesaba en lo más mínimo, de hecho, incluso se había aprovechado de que ella era la única mujer que conocía que sabía de BDSM, para poder llevar al límite sus ideas sádicas que estaban rondando hace bastante tiempo por su cabeza. Porque llevar a cualquier mujer hasta ese límite sin una preparación era impensable, de hecho, no llegaba a ese límite con Crystal porque la amaba y no deseaba hacerle daño.

Con Elisa era incluso todo lo contrario. Durante esa noche, desató más su sadismo para verse satisfecho. Incluso la aborrecía un poco, y el castigarla, el hacerla sufrir de esa forma concentrándose solo en su placer, era una forma de demostrarlo. Ni siquiera pensó por un momento que ella le había enviado las fotos a Crystal, o en lo que había hecho en concreto. Es más, Jumin ni siquiera pensó en lo absoluto, no maquinó una venganza hacia Crystal, solo simplemente se dejó llevar por el placer de utilizar la fusta sobre alguien.

Elisa, al igual que el resto de las mujeres, eran solo un accesorio a su vida, algo que solo le traía placer momentáneo y que utilizaba para olvidarse de lo aburrido e insípido que se le estaba volviendo todo alrededor.

De sudor y ternura «Mystic Messenger» [Jumin/MC] [Parte I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora