De sudor y ternura «Mystic Messenger» [Jumin/MC] [Parte I]

Capítulo 12: Las decisiones de los señores Han

Advertencia: Este capítulo tiene contenido sexual explícito [+18], por lo que se ruega discreción.

Durante esas dos semanas Crystal ensayó durante todos los días desde el amanecer hasta la madrugada. Sus movimientos comenzaban a ser completamente perfectos. Sus giros, caídas y ondulaciones, además del despliegue de sus pies y sus manos, hacían de la danza de Crystal una de las más bellas. Kyouya se quedaba a ver sus ensayos, ya que tal como lo que estaba en su contrato, debía acompañarla durante todo el día. A veces se sentaba en un asiento vacío en un rincón, lo suficientemente cerca para protegerla en caso de cualquier situación. Otras veces se quedaba de pie al costado del escenario, observando todo tras bastidores. Al verla se percató de lo maravillosa que era Crystal en el escenario. Ella tenía mucha fuerza, habilidad, pasión y resistencia. Muy pocas veces se demostraba cansada, y solo lo hacía luego de horas en el escenario. Pedía repetir una y otra vez las escenas que tenía con su compañero Alex, hasta que se lograran a la perfección. Kyouya nunca se había percatado que lo que hacía Crystal requería de tanto esfuerzo; siempre había visto la danza como algo bello que requería disciplina, pero jamás había vislumbrado todo el esfuerzo que había detrás. Esto hizo que la admirara aún más.

Sin embargo, a Kyouya le pareció preocupante la cercanía que tenía con Alex. Observaba como la elevaba, la sostenía, y cada uno de sus movimientos, que si bien él era todo un profesional, a Kyouya le molestaba que hablara con ella, que la tocara, que sudara junto a ella. Pero se le ocurrió una brillante idea, para poner en uno de sus informes al Sr. Han, lo que lo hizo sonreír irremediablemente. "Que tal un: El señor Alex Fuller mantiene una relación poco cordial con la señora Han. Intenta traspasar los límites cada vez que tiene tiempo, tras bastidores", pensó Kyouya sobre su informe. No imaginaba lo que podía hacer el Sr. Han con esta información, pero Kyouya pensaba que no estaría demasiado contento.

Crystal no notaba nada de esto, estaba tan concentrada en sus movimientos que ignoraba completamente a Kyouya. Estaba completamente focalizada en ser el cisne negro y el cisne blanco. Ninguno de los dos le costaba, ya que sentía a ambos en su interior. Sentía la fuerza y la gracia, el poder y la habilidad. Jamás había estado tan segura de un papel en su vida, y eso la hacía muy feliz. Además, sentía que con Alex estaba tan sincronizada, que era capaz de leerla.

Cuando el ensayo terminó, Kyouya le envió su informe al señor Han a su teléfono. Al momento de leerlo, Jumin no pudo evitar apretar sus puños, mientras casi rompía su celular con la otra mano. Volvió a recordar la noche en que salió su esposa, y ella le había asegurado que no había sido Alex con quien había estado. Pero, ¿y si le había mentido para protegerlo? Jumin suspiró ante la idea.

Mientras en la compañía, Alex se acercó a Crystal para conversar.

- Hey, Crystal, ¿te gustaría ir a tomar algo? Para relajarnos. – dijo el muchacho mientras sonreía.

Crystal lo pensó durante un momento. Miró la hora, y percatándose que era día viernes, y aun era temprano, aceptó la invitación. Le envió un mensaje a Jumin, para no volver a cometer el mismo error. Mientras tanto, Jumin en su oficina, recibió el mensaje de su esposa, que le hizo sentir más ira. ¿Acaso su esposa lo estaba engañando? ¿Por qué salía con Alex? Jumin ya no se podía controlar más en su oficina. Se paseaba como un animal enjaulado, solo pensando en su esposa. Se sentó en su escritorio, con las manos en su cabeza. Sabía que si le decía algo a Crystal, se desataría el caos. Pero no podía evitar imaginar a su esposa con otro hombre. Eso lo volvía loco. ¿Qué podría hacer en ese momento para evitarlo? Si enviaba a golpearlo, la situación se volvería sospechosa. Además, que la obra que presentará su esposa sería en un par de días, y el no tener al actor principal también la perjudicaba a ella. Jumin suspiró con rabia. Por más que intentara buscar soluciones sentía que cada una de ellas perjudicaba a su esposa, o lo haría quedar muy mal frente a ella. Pero acaso, ¿le importaba? Solo quería que nadie tocara a Crystal.