—Profesor Jeon.
—Dime, TaeHyun.
—¿Usted es casado?
La pregunta dejó rígido JungKook. Estaban en el comedor, sentados, degustando él un postre y el muchacho su almuerzo. Por instinto se giró y se aseguró que nadie hubiese escuchado.
—¿A qué viene la pregunta?
Kang TaeHyun, su alumno, se había vuelto un amigo extrañamente cercano. Pese a lo difícil que fue entablar una conversación con él las primeras veces, el púber contaba con un misterioso encanto que mantenía a las personas cerca de sí. Entre clases extra y algunas tutorías, se había formado un lazo fuera de la relación profesor-alumno.
A JungKook le fascinaba su astucia y disposición para aprender. Siempre estaba insistiendo que le explicase algo que no entendía o pidiendo algunos trabajos adicionales que le ayudasen en el semestre, pues a la hora de los exámenes solía tener problemas.
Al inicio se reunían en los recreos para explicarle algunos ejercicios de matemáticas, pero con el tiempo solo se juntaban por gusto. TaeHyun no era la persona más expresiva, ni siquiera llegaba a lo que podía considerarse normal; sin embargo, podía ser muy profundo si se lo proponía. Para su corta edad, era alguien con quien se podía hablar de un sinfín de temas.
JungKook, de forma tácita, también usaba sus encuentros para protegerlo de sus acosadores, y TaeHyun se refugiaba en su maestro y sus tutorías o charlas variadas.
—Un día lo vi sacarse un aro de matrimonio de su dedo anular y ponerlo en su maleta. Fue una vez en la que llegué muy temprano —mencionó el menor.
—¿Cuándo fue que me perdí el haberte visto llegar temprano? Debió llover —bromeó JungKook.
El niño solo lo observó con una expresión seria en su joven rostro.
—¿Es muy personal para usted? Si es así, me disculpo —dijo TaeHyun sin sonreír.
JungKook se sintió estúpido frente al un púber preguntándole sobre su estado civil. Si era honesto consigo mismo, hablar del tema le incomodaba demasiado, pero eso no tenía que saberlo su alumno, o al menos no la total magnitud de incomodidad que le generaba.
—Algo así, pero confiaré en ti y te lo voy a decir. —TaeHyun asintió y le prestó atención, como si fuera a decirle alguno de los secretos del universo—. Estoy casado. Yo en realidad apellido Jeon-Kim —confesó.
El niño lo miró asombrado; había miles de preguntas detrás de esos ojos curiosos que resplandecían sobre su color marrón chocolate. JungKook no pudo evitar pensar en cierta persona.
—¿Por qué lleva el apellido de ella, profesor?
Esa era una de las preguntas que lo asustaban. JungKook sentía que no debía hablar sobre eso, ya que TaeHyun tenía solo doce años a lo mucho. Lo último que necesitaba era que esa pequeña conversación llegara a oídos de los padres del menor y creara un conflicto con ellos si es que era homofóbicos. No podía correr ese riesgo. A pesar de ello, sabía que no estaba cometiendo ningún crimen si hablaba libremente sobre su matrimonio.
—Porque SeokJin es hombre.
Hubo un corto silencio compartido. JungKook estaba un poco preocupado por la posible reacción de TaeHyun, y el menor estaba simplemente sorprendido.
El bullicio del comedor, afortunadamente, atenuaba la tensión.
JungKook estaba considerando algunas respuestas que podía darle a su alumno si éste preguntaba ciertas cosas que podrían llegar a comprometerlo si alguien se enteraba de qué tipo de plática estaba teniendo con un menor. Definitivamente no esperó la pregunta que le hizo Kang TaeHyun.
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Páginas Perdidas ©
FanfictionVK┃emisión. ❝Jeon JungKook, un joven coleccionista de reliquias, no es alguien que podría decir que la vida le había sonreído. Su madre murió a temprana edad y está casado con un hombre que convierte su día a día en un infierno. Estaba estancado, ha...