Cuando JungKook pensó que estaba mentalmente preparado para volver a su realidad, había pasado un detalle por alto: El día de su aniversario estaba próximo y la idea no lo entusiasmaba en absoluto.
Las cosas entre ellos habían cambiado tan radicalmente y en tan poco tiempo que nadie pensaría que se trataba de un matrimonio joven. Después del traumático primer aniversario de la pareja en el que SeokJin lo olvidó por completo y desapareció el día entero, JungKook había tachado con sus lágrimas aquel maldito día en que desposó a tal hombre. La relación estaba completa e irremediablemente rota, dando sus últimos alientos, agonizante.
Por más que JungKook tratase de evitarlo, el día más odiado de su calendario había llegado con una mañana tan gris como el valor mismo de ese aniversario que no hacía más que recordarle el inicio de una tormentosa vida que quizás, pensándolo bien, no merecía.
Afortunadamente, los ojos fríos de SeokJin no lo recibieron al amanecer ni hubo rastros del rubio durante el tiempo que le tomó aceptar que, de forma inconsciente, había deseado que ese año fuese distinto. La taza de café le dio el calor necesario para iniciar su jornada e ir a dictar las respectivas clases. Tomó su bolso y sus llaves y salió de la casa que, una vez más, quedaba vacía.
La mañana transcurrió tranquila entre algunos libros, mentes jóvenes y números. Hubo una junta de maestros que retrasó su salida de la escuela, pero a JungKook no le molestaba extender su agenda en realidad. ChanYeol había recibido una visita suya también, aunque el hombre estaba realmente ocupado con los informes que tenía pendientes y el peli-negro no quiso interrumpirlo más.
Terminó encerrado en su Mini Cooper, casi como de costumbre, perdido en la bruma de sus confundidos sentimientos. Pasó un buen rato ahí, dejando correr su imaginación sobre los posibles escenarios que tendría que enfrentar al llegar a casa.
El anillo de casamiento, guardado la mayor parte del día en su maletín, estaba en sus manos. JungKook acarició la joya con cariño, permitiéndose recordar los escasos momentos agradables que compartieron SeokJin y él antes de que todo se desmoronara. Su garganta se cerró, y se odió unos instantes por ser débil ante sus propias memorias. Las lágrimas quisieron escapar, pero el peli-negro no dejó que eso sucediera. No valía la pena llorar por ese hombre.
Después de la nostalgia, un sentimiento ambiguo tomó lugar en su corazón. No quería más ser prisionero del pasado ni angustiarse por su futuro, solo quería un poco de paz, para variar. Hacía mucho que no sentía una paz verdadera, ni siquiera cuando usaba el Harpe. Los miedos y preocupaciones lo perseguían hasta en sus sueños, y JungKook estaba tan cansado de todo.
Hundirse en su miseria emocional tampoco estaba ayudando. Se tomó unos minutos para recomponerse y acomodó su cabello con ayuda del espejo retrovisor, limpiando sus ojos y con cuidado de no arrastrar la sombra café que teñía sus párpados. Carraspeó para borrar el nudo que se había formado en su garganta y solo entonces, sintiéndose un poco mejor, tomó el volante con fuerza antes de girar la llave que hizo rugir el motor.
Las calles comenzaron a quedarse atrás, más de prisa a cada segundo que pasaba. Las inmensas nubes vigilaban su travesía desde lo alto del cielo, haciéndole un poco de compañía que tanto le hacía falta en esos momentos. El ajetreo de Mandeok-dong le recordó lo rápido que se iba la vida y que no podía darse el lujo de desperdiciarla.
En menos de lo esperado, ya estaba frente a Stochos. El anillo fue a parar al fondo de su maletín y, antes de bajar, JungKook hizo una nota mental para volver a usarlo al regresar a casa.
La maneta de la puerta del copiloto solo necesitaba ser jalada, pero el peli-negro se detuvo un momento. De algún modo u otro, toda esa inquietud y angustia se había confabulado para darle cabida a una urgencia imprevista que sacudió todo su cuerpo. El pensamiento de poder escapar, de saber que tenía una salida, se instaló en su mente, y JungKook se preguntó si sería capaz de reprimir sus propios impulsos.
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Páginas Perdidas ©
FanfictionVK┃emisión. ❝Jeon JungKook, un joven coleccionista de reliquias, no es alguien que podría decir que la vida le había sonreído. Su madre murió a temprana edad y está casado con un hombre que convierte su día a día en un infierno. Estaba estancado, ha...