Puv Charlotte
-¡Dimitri Diablos! me diste un susto de muerte- tome de nuevo mi toalla, había estado muy cerca de la muerte durante las últimas horas para preocuparme por el pudor, sus ojos se veían desorbitados mirándome sin verme realmente, el arma aun me apuntaba, por su piel corría un sudor, su ropa estaba desgarrada en los brazos, la sangre bajaba por el mismo, su camiseta podría ser blanca anteriormente ahora estaba cubierta de sangre coagulada, sus jeans tenían rastros de que había estado pasándose las manos por ellos, el rojo subía y bajaba sin ningún patrón, incluso le faltaba un zapato.
Algo muy malo debía haberle pasado.
-¿Qué te ha pasado?- dije en el tono más suave que podía emitir, comencé acercarme, eso si genero una reacción, blandió su arma hacia mí, pero eso solo me hizo dar pasos más seguros, su arma aún tenía el seguro, cuando llegue a él, estaba temblando, baje su brazo y toque su cara, sus ojos no enfocaban nada en la habitación, parecía en shock-Dimka, mi Dimka, vuelve a mí- susurraba con un mantra, el no merecía lo que le hubiera pasado.
Hollywood estaba en la puerta mirándome, se veía aturdido.
Entro con más hombres quitándole el arma a Dimka, quien intentaba resistirse a lo que para él era un ataque, gritaba groserías en ruso y amenazas, puse mi mano sobre mi boca, nunca lo vi tan fuera de sí, cuando lograron llevárselo, no tenía palabras.
-Lo lamento, sufrió una conmoción y no es el mismo, intentamos atenderlo, pero escapo- dijo Hollywood, pero no me perdí de la tristeza en su voz, la decepción en su mirada, ¿Qué pasaría por su mente?- te traje algo de ropa, espero sea tu talla- dijo dejándome sola.
Había un par de camisetas con varios estampados, obviamente unisex, me decidí por una camisilla blanca, y mis jeans porque todas las otras opciones me quedaban gigantescas, había algo de ropa interior limpia, aun con etiqueta y me alegre, agradecí al cielo por ello.
Cuando salí de la habitación me sentía lista para enfrentar a cualquiera, en el pasillo me esperaba Hollywood, inclino su cabeza que lo siguiera a un cuarto médico, me sentó en una silla, y luego vino con una pastilla blanca en su mano, eso no me dio tranquilidad, ni el vaso de agua en su otra mano.
-Esto te ayudara con el cansancio por unas horas- se acercó más a mí, esto era muy raro, podría ser veneno, la desconfianza era evidente en mi cara, porque agrego- la tomare contigo, si te hace sentir más segura, nuestros científicos las desarrollaron para tiempos de guerra, podemos estar despiertos por días, sin sentirnos cansados- busco otra y la tomo conmigo.
Esperaba tuviera efecto y no me matara.
Mientras caminábamos al parqueadero lo note nervioso, como si tuviera que darme una mala noticia.
-¿Qué pasa?-
-Charlie está llegando con la agenda, pero ha traído compañía-
No alcanzo mi mente a formular un peor escenario cuando vi bajarse de una camioneta a mis dos hermanos, seguidos de papa, eran unos texanos sedientos de control, todo debía ser como ellos decían.
-Oh no, todos subirán a esa camioneta y dejaran a los niños grandes actuar- eso hizo que papa se riera.
-Hija, eres como un bebe para mí, he estado en más tiroteos de lo que tú has estado en la escuela-
Charlie pasó su brazo por mi hombro.
-Naciste en la familia Rock y eso significa que hacemos todo juntos-
Alex apretó mi mano.
-No vamos a sentarnos a esperar a que te maten, no hay discusión en eso-
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Mafia |EDITANDO|
Teen FictionCharlotte Rock acaba de cumplir sus 18 años, es una famosa corredora en carreras ilegales, tiene un expediente sellado con la policía y tuvo una relación, con el ahora líder del cártel del Pacífico, pero busca escapar de su pasado y reformarse de su...