-Capitulo 26- La pistola

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Puv Alex

Las cosas se estaban saliendo de control demasiado rápido, Charlotte no respondía a su móvil, tampoco se comunicaba conmigo, ¿Habría desechado ya el teléfono que compramos en la gasolinera? ¿Estaría en camino? No tenía manera de saberlo.

Podía sentir en lo más profundo de mí que algo malo estaba pasando.

Una vez más Charlie estaba en peligro, eso me hizo mirar la escotilla del pequeño bunker en que estaba recluido, me sentía prisionero en una cárcel de oro, parecía bueno desde afuera que estuviera seguro, pero me sentía impotente, ¿Cómo puedo ser el hombre de la familia, si mi hermana menor es quien enfrenta los problemas?, la impotencia estaba consumiendo mi cuerpo, novia mi pierna sin poder parar.

Charlotte es mi todo, al principio éramos el trio del desastre, era una más de "los chicos Rock", todos un desmadre, pero un día descubrí que simplemente no podía seguirnos el paso, fue un día de verano, uno especialmente caluroso, cuando corríamos hacia el lago en una finca vacacional, ella se cayó, mis hermanos no lo notaron, me quede un poco atrás para ayudarla, estaba algo desconsolada llorando, con sus ojos hinchados, su labio moviéndose sin control, se soplaba su rodilla con su cabello cayendo por su cara, se veía como nunca la vi, frágil, vulnerable y tierna, me acerque para ayudarla, y apenas me noto comenzó a ponerse de pie con mucho esfuerzo.

-No me mires así porque soy chica- me contestó siguiendo a los demás, cojeaba un poco pero no se dejó amedrentar por ninguno, era muy orgullosa, ese día comprendí a mi hermana, vi más allá de su fachada alocada, un día sería una gran mujer, pelearía con uñas y dientes por ello, pero necesitaba alguien que la rescatara de sí misma, había tanto que no estaba dispuesta admitir que necesitaba, Noah nunca entendió eso, su faceta vulnerable, estaba convencido que ella era un compinche más, y una parte de mi odio que la metiera en esto.

Ella nunca lo supo pero su relación con Itzae abrió una brecha irreparable entre nosotros.

El pinche Cabron la involucro con la mafia al llevarla a una fiesta para ver a una guarra de la cual ni recordaba el nombre, habíamos terminado en golpes, cerré los ojos y respire profundo intentando calmarme, aun me sentía molesto con él, había puesto a la menor de la familia en riesgo, la familia están sagrada que pensar en arriesgarla es una falta de respeto para todo, cuando se accidento tuve más motivos para desconfiar de él, pero no solo tuvo su merecido sino que también alejo el peligro de la vida de ella.

¿Qué tenía de malo ir a la escuela, tener un novio y amigos?

Ojala su única preocupación fuera que vestido tendría que ponerse para el prom o que chico la invitaría, pero No, ella tenía que guardar un arma en su habitación, guardarles secretos a la familia, y ahora quien sabe dónde estaba apuntándole a alguien para poner a todos a salvo.

Mire las cámaras de Bunker.

Cuando ponías el código y se levantaba la escotilla, se bajaban unas escaleras, entrabas a un pasillo pintado de paredes blancas, llegaba a 3 puertas, lo primero que hice fue abrir la que tenía en frente llevaba a una sala de seguridad, había múltiples monitores, y los rusos estaban equivocados habían muchas cámaras de vigilancia, incluso un par de calles que rodeaban la casa en 360º, habían también múltiples armas, ametralladoras, de descarga automática, mirillas de francotiradores, pistolas y demás, todas listas con muchas cajas de municiones, lo más interesante era los chalecos antibalas.

Abrí la puerta de la izquierda, era algo irreal, como lo que pasa en las películas del apocalipsis, había una sala de una casa incluso tenia ventanas, se podía ver en ellas un atardecer, era algo me recordaba a una episodio de Criminal Minds, el sofá de cuero en L, se veía muy cómodo, se veía otro pasillo y una cocina integral, con una mesón amplio en granito.

Mafia |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora