~Capitulo 9~¿Enemigos?

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Colgó.

Me dejó con las palabras en la boca, lo amaba tanto qué quería su bienestar, pero no podría separarlo del cártel y el no podría garantizarme estabilidad.

Mire el cielo estrellado, preguntándome ¿Qué estarás haciendo ahora?

Me dirigí a la barra, quería olvidarme de todos estos sentimientos encontrados que tengo, me senté lejos de los italianos, sabiendo que quería olvidarme de todo por una noche.

Cuando mi vista estaba doblé, alguien tocó mí hombro, un chico de ojos azules me pidió bailar y eso hice.

-Así es mi vida, es sólo mía
Tú no la vivas
Si te molesta, pues mala mía
Así es mi vida, es sólo mía
No importa lo que digas
En el fondo me quieren y por eso me imitan-

Canturre el coro, mi acompañante desapareció, pero no me importó, seguí sintiendo mis caderas libres, moviendolas al ritmo de los bajos.

Cerré mis ojos.

Sintiendo el ritmo en mis venas.

Unas manos se posaron en mis caderas, sus fuertes dedos apretaron mi piel debajo del crop top, se pegó a mi espaldas marcandome el ritmo, respire profundamente sintiendo el aroma a sexo en el ambiente, levanté mis brazos poniéndolos detrás de su cuello, acaricie su cabello, era suave y algo cortó.

Sus manos subieron por mis brazos y después siguieron las líneas de mi cuerpo, mi ritmo cardíaco se aceleró con cada movimiento, una gotas de sudor bajaban por mi cuello, el corrió mi cabello un poco para recorrer con besos la línea hasta mi Crop Top.

Su lengua era suave y debía sentir la sal en mi piel.

Pude sentir con el pasar de la canción, sus ansias de algo diferente, sus manos giraron mi cuerpo y abrí los ojos.

Su mirada hipnótica estába ahí, hace una hora hubiera podido dispararle entre sus bellos ojos azules, las cosas cambiaban de un minuto para otro.

No dijimos nada.

Puse mis manos en su cuello y busque el acomodo en su cuerpo para seguir la canción, ya no quería pensar en nadie más, ¿Porqué cuando intentas huir de algo vuelve a golpearte?, Termine con Itzae huyendo del peligro y muerte del cártel, la vida me paga trayendome a la mafia personificada en un chico tatuado, egocéntrico y calculador.

-Trevor Olivieri- pronuncie en sus labios, no se porque lo dije o si pretendía llegar a algo con eso, el no dijo nada, pero bajo sus manos de mi cintura a una de mis piernas, casi que enganchandola en su cadera.

Nos hizo girar a ambos.

Poniendo su miembro muy cerca de mi punto crítico, mordí mi labio, el verano me estaba sentando.

Seguí mi instinto.

Lo besé en el cuello, puse suavemente mis labios en su piel, y comencé ha succionar, baje hasta donde su camisa me lo permitía.

Había más que tensión sexual entre nosotros.

Después de bailar interminables canciones, sentía que me faltaba aire o era sed, estaba seca y necesitaba hidratarme, intente separar nuestros cuerpos y el me castigo juntandonos  aún más.

Bajo su sensual boca, rozó su boca con la mía, devolví el gestó y mordí suavemente su labio inferior.

Su mirada hipnótica estába sobre mí, esperando que diera el primer pasó, pero cariño en Texas, tomas lo que quieres y yo quería aire en ese momento, puse distancia entre nosotros, tome su mano y nos lleve a la barra.

-2 chupitos de Tequila y deja la botella- el alcohol me hacía olvidarme de todo.

Su mano paso por mi espalda, me atrajo hacia sí, y me besó el cabello, sentí paz con su gesto, ¿De que intentaría protegerme?

Tomé ambos vasos y le ofrecí uno, lo bebió rápido mirándome fijamente, sus ojos me estaban taladrando, podía ver sus engranajes rodando, pero no quería saber qué cosas tramaria con Itzae, este momento nos pertenecía.

Bebí el mío, mirándolo, imaginando lo que podríamos hacer en forma horizontal.

El atrajo un poco de limón y sal de la mesa, me puso algo de sal en mi mano, lamió y chupo el limón bebió un trago largo, comencé a subir su camisa, cuando logramos sacarle toda, se acostó en los taburetes, puse un camino de sal en su pecho que inciaba en su ombligo y terminaba en su cuello, fue muy sexy, el alcohol de repente salía diferente.

Abrí lentamente el cierre de mi crop top, dejando ver la línea de mis senos, no eran muy grandes, pero tenían el tamaño correcto para sostener el vaso entre ellas, servi el alcohol en el, en una puse algo de sal y en la otra puse un limón.

Cuando sus labios acariciaron esa piel tan delicada, sentí una energía recorriendo mi piel, mis bellos se erizaron, cuando sacó el vaso, sentí una vacío, podía ver en su mirada las ganas que tenía de terminar esto en otro lugar, besó el lugar que antes tenía el vaso y me apretó contra su pecho.

-Vamos a tener que terminar esto en otro lugar-

Volví a besar su cuello y su mano me acercó a su cuerpo sudado, tenía un olor tan sexy.

-Vamos a mi camioneta- no quería pensarlo mucho y lo seguí, me sentía mareada en nuestra tensión sexual.

Estrelló mi cuerpo contra un auto, abrí lentamente la puerta y me tiró sobre asiento trasero, reclamo mis labios pensando en lo que vendría, sus brazos guiaron mis manos hacia arriba, cuando escuché el click.

Mire hacia arriba y me vi esposada a la puerta.

Una sonrisa egocéntrica se posó en su cara y desee quitársela con un golpe, el maldito me había engañado, no debería jugar con el enemigo, moví mis piernas rápido golpeándolo en su entrepierna, se alejó del vehículo y se subió al asiento del copiloto donde no podía tocarlo.

-¿Como contacto con Itzae?- la ira bullía en mi interior, por atreverse a tanto.

Gire mi rostro.

Sentí como dio un gran suspiró..

-No quiero acerté daño-
-No voy a decirte nada- gire mis ojos fastiada
-Haz un intento-

Sentí como le quitaba el seguro al arma y tomaba su celular, lo ponía en alta voz.

-¿Estás apuntándole?-
-Si, Alex está en la mira-

Trague saliva.

-El te contacta, no al revés- colgó el teléfono
-No quiero que esto termine mal, vas decirme su número, sé que has tenido una relación íntima con él-
-Si, por íntima te refieres a que es el culpable que mi hermano Noah casi muriera sí, somos Soulmates-

El silencio se extendió.

-¿Dónde puedo verlo?-
-El cartel tiene una oficina cerca al Paso, es una pequeña tienda de mascotas en la calle principal, tiene una puerta café con perros pintados- era una de las fachadas más fortificadas del cártel, no solo era una tapadera si no que tenía un valor sentimental, cualquier intento de acercamiento y entraría al radar del cártel.

Su mirada tenía sentimientos confusos, pero estaba segura que no iba quedarse solo en eso.

-Vas a presentarnos- y por mucho que me disgustara la idea, de morir ambos, me salvó la campana.

Uno de los hombres de Dimitri llegó apuntándole con el arma por la espalda, seguro los tenían neutralizados a los tres, otro procedió a liberarme, mientras conseguí ponerme de pie, tome impulso y rompí su labio con mi puño.

Odiaba ser secuestrada y amenazada.

Mafia |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora