-Capítulo 30- Regreso a clases

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Puv Charlotte

Una semana después.

Estaba terminando de abotonar su camisa, él se encargaba de los puños y yo del centro, la metí suavemente dentro de sus pantalones de jean, se veía encantador, aun que había tenido tiempo de recuperarse aún le costaba hacer los movimientos más sencillos, no me pasaba desapercibido sus caras cuando intentaba levantarse.

-Aún podemos esperar un par de días más- su mirada molesta, fue suficiente respuesta-podemos quedarnos en la cama, y jugar un poco-

Con toda la locura con el cartel no habíamos tenido oportunidad de intimar, ni siquiera llegar a tercera base, y ahora con su cirugía el doctor le pidió que tuviera reposo, pero el pasar de las horas en la cama, lo hacía sentirse desesperado, el paso de las manecillas del reloj, lo hacía sentirse viejo, como si desapareciera entre las almohadas.

-No me quedare a ver como mi vida pasa ante mis ojos-

Tome sus manos entre las mías, apretándolas.

-Solo son unas semanas, nadie te dice que abandones tu vida-soltó mis manos, y miro por la ventana, me sentía muy incómoda con esta distancia que se abría paso entre nosotros, ponía sus pensamientos lejos de mí, en su situación me preocupaba lo que pasaba por su mente, este incidente nos había unido más de lo esperado, reconocía cosas en el que antes daba por sentadas, la manera en que arrugaba su cara cuando algo le disgustaba, había estado cuidándolo cada día sin separarme de él, veía películas, jugábamos Xbox, charlábamos por horas.

Todo era maravilloso, hasta que llego el fatídico día...hace dos noches, cuando tuvimos que hablar de lo que paso, la mafia no daba plazos, tuve que decirle la verdad, mi encuentro con los mexicanos, pese al peligro en el que estuvimos expuestos, todo había salido de la mejor manera, había seguido en contacto con ellos, descubriendo que Miguel era incluso un amigo cariñoso, se preocupaba por todos, disponía del dinero del cartel para las necesidades que habían ocasionado "los desertores" como el los llamaba, aun no podía saber cuánta gente estaba con ellos, pero tenía claro que todo el que atentara contra la familia.

Trevor no se lo tomo bien, como hombre de familia, el hecho de estar vulnerable e inconsciente en la situación lo molestaba de maneras que no era capaz de entender.

-He tomado demasiados descansos por culpa de esa bala- toco mis dedos aun en su regazo- sabes que mis sentimientos por ti son puros, Charlotte, y debemos demostrarles que no nos intimidan, así es como se ganan las guerras en la mafia, mirándolas a los ojos y apuntando firme-

Lo ayude a ponerse de pie, era muy orgulloso para admitir que necesitaba ayuda, hoy sería un día difícil para él, para todos.

Volveríamos a la escuela.

Lo habíamos discutido, todos estábamos de acuerdo que cuando esto pasara aun íbamos a necesitar el título, aunque Trevor, Mauro y Jeremiah, no tenían muchas intenciones de continuar su educación, tampoco querían dejar las cosas a medias, decían que no era su estilo, habían nacido en la mafia y morirán así.

Los gemelos y yo pensábamos diferente, aun no sabía que quería hacer después de esto, pero deseaba salir de esto, superar esta etapa de guerras, de cuidar mis pasos, quería respirar y que mi familia no tuviera miedo de quien se les acercara o de los enemigos que no podían ver.

Pero la vida no siempre es tan sencilla.

Yo solita me metí de cabeza en esto, ahora no podía salirme.

Como dice Pablo Escobar, hay 3 maneras de hacer las cosas: Bien, mal y como yo las hago.

Estaba lista para volver, tenía puesta una blusa de tiras que era bastante suelta a bajo de color azul marino, unos jeans ajustados negros rotos en las rodillas y mis botas militares, mi arma escondida en mi espalda, igual que Trevor, él me había comentado que aparentemente el circulo me quería muerta, varios estudiantes estaban en el complot, entre ellos mi amiga Vivi.

Mafia |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora