-Capitulo 35- Perdida

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Puv Trevor.

El sudor bajaba por mi cara.

Me dolía la herida, sentía que cada vez que mi cuerpo rebotaba uno de los puntos iba a reventarse, pero la adrenalina corría por mi cuerpo, estaba harto de estar acostado en una cama como un inútil, aun sentía culpa de que Charlotte hubiera tenido que ir sola a esa reunión con los mexicanos mientras yo no podía hacer nada.

Lance un golpe.

El ver sangre me hizo sentirme mejor, exploto esa ira y frustración que sentía dentro de mí, estos sentimientos estaban acabando conmigo, golpeo una y otra vez, hasta enviarlo al suelo, me subo sobre el continuo sin piedad, comienzo a ver rojo, toda esta rabia sale sin filtro, no puedo detenerme, ni siquiera cuando escucho un hueso romperse, siento manos sobre mí, tratan de alejarme, intento aferrarme al tipo, no escucho nada, solo el bombeo de mi sangre, hasta que alguien me da un puñetazo fuerte en la cara.

Eso dolería más tarde.

Me aturdí, por un momento a causa del golpe.

Era Alex.

No puedo entender lo que me dice, veo sus labios moverse, pero mi cerebro no procesa sus palabras.

Entre la bruma de mi cerebro, logre identificar una sola palabra C-H-A-R-L-O-T-T-E, y fue como si alguien activara el audio, comienzo a mirar hacia todas partes, pero no puede verla, la desesperación entro en mi cuerpo, ¿Dónde estaba?, empujo a varios tipos sin poder alcanzarla, varios intentaron retenerme, entonces se comenzó otra pelea por intentar verla, Alex vuelve a zarandearme hasta que le prestó atención.

-Se llevaron a Charlotte- comenta con su pecho muy agitado debido al esfuerzo- Charlie fue tras ellos, necesito que estés bien y salgamos de aquí- sus manos comenzaron a empujarme lejos del caos, la gente aún estaba reunida sobre el tipo que había golpeado, parecía una masa deforme en el piso llena de sangre, sus rasgos ya no eran identificables, al menos no con facilidad.

Hay mucha gritería a nuestro alrededor, demasiados sonidos altos y agudos, no podía estar del todo bien, era como si a mis pulmones les hiciera falta aire, no podía llenarlos lo suficiente, estábamos rodeados por demasiada gente, mi corazón latía muy fuerte dentro de mi pecho, ¿Era esto un ataque de pánico? ¿Tanta falta me hacia mi chica? algunos chicos no nos querían dejar en paz, así que repartimos unos golpes.

Cuando pudimos llegar arriba las drogas habían hecho su efecto, todos se habían vuelto unos salvajes, me recordó cuando solía meterme algunas cosas de estas, te sentías en la cima y luego caías como la mierda.

En especial con el LSD.

Bueno, aun que las fiestas farmacéuticas, también daban muy buen rollo.

El deportivo de Dimitri no estaba.

¡Maldición! Seguro Charlie lo tenía, cerré mis ojos rogando porque pudiera llegar a Charlotte.

Nos subimos al Jeep, ni siquiera pude recuperar mi camisa, ¿Quién mierda se la llevaría? ¿Cuándo nos dejarían en paz?, joder golpee con mi mano sobre la guantera, entonces un dolor intenso se apodero de mí, me había destrozado las manos con aquel pobre diablo, no podíamos tener unos días en paz, ahora Mi Amore estaba perdida en manos de quien sabe que enfermo mental.

Mis nudillos sangraban un poco.

Alex estaba al teléfono.

-Char..Char...Háblame idiota- puso el celular en altavoz mientras conducía como loco, agradecí tener el cinturón de seguridad puesto, si pasaba el parabrisas probablemente me abriría mi abdomen de adentro hacia fuera, el saboree el metal de la sangre en mi boca, con mi dedo toque las gotas, me estaba mordiendo tan fuerte de la impaciencia que ni lo sentía.

Mafia |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora