brown eyes || jasper h. & paul l.

v e i n t i d ó s

Jasper miró distraídamente por la ventana sin dejar de pensar en Louisa, la había perdido, realmente lo había hecho y culpaba a todos por ello, incluso a sí mismo. Estaba Edward, quien había querido alejarse de Forks para que Bella pudiera tener una vida normal, como si realmente pudiera hacerlo. Bella no se olvidaría de Edward en esta vida ni en ninguna.

Después estaba él, si hubiera sabido controlarse nada de eso estaría pasando. Si le hubiera insistido más a Louisa quizá ella estaría ahí con él. Si la hubiera dejado hablar podría haber entendido sus razones. Pero no hizo nada de eso, simplemente se comportó como un crío y se alejó. Y ahora se encontraba lamentándose por ello, sin poder dejar de pensar en sus bonitos ojos castaños o en la manera que sonreía al verlo.

No había parado de odiarse en esos meses, se esforzaba por culpar a todos pero en el fondo sabía que la culpa era suya y de nadie más. Había perdido el control y dejado que sus emociones hablaran, lo cual nunca era buena idea.

—Deja de torturarte —dijo Alice sentándose frente a él.

Alice, en todo el mundo, era la única que podía comprenderlo; agradecía tenerla como amiga pero ni siquiera ella podía hacerlo sentir mejor.

—No lo entiendes, Alice.

—Por supuesto que lo entiendo, Jasper, y ya me harté de verte sufrir. Te lo he dicho un centenar de veces, su destino es juntos.

—El destino puede cambiar —respondió Jasper entre dientes.

Alice negó.

—No para ustedes.

—Tú lo dices basada en lo que crees, Alice, no has tenido nunca una visión de Louisa. Sólo sabías que llegaría algo o alguien para mí, pero nunca viste la imagen de ella.

—Pero supe que era ella cuando almorzamos juntas.

Jasper la miró dudoso.

—¿Qué tal que no era ella, Alice? ¿Qué tal que fue una equivocación y yo me enamoré de alguien que no me pertenece?

Alice le dio un apretón en la mano en señal de apoyo.

—Ambos se pertenecen, Jazz.

Jasper suspiró, sin creer las palabras de Alice, quería hacerlo, en verdad se esforzaba por ello pero cómo podía creerle, había roto el corazón de Louisa.

—Me comporté como un idiota.

Alice sonrió ligeramente.

—Sí lo hiciste, pero ella te perdonará.

—No lo sé. Tú no estuviste ahí, no sentiste lo que ella sentía... La sorpresa, el miedo de lo que yo pudiera hacer o decir. Louisa no iba a cambiar de opinión, no iba a escaparse con nosotros.

—¿Y puedes culparla? Ella te ama, Jasper, pero no le quita que aún es muy joven, además depende de su tía. Louisa no tenía por qué decirte que sí y tú tampoco tenías por qué molestarte.

Jasper asintió, sabía que Alice tenía razón. Louisa no tenía por qué acompañarlo, él lo sabía, era apenas una niña, entendía que tuviera miedo.

—Tuve que alejarme así, cortante y sin dar explicación —admitió Jasper—, de lo contrario no hubiera podido hacerlo.

Alice le acarició el dorso de la mano antes de ponerse de pie.

—Lo sé y, créeme, al final terminan juntos.

El rubio intentó sonreír pero apenas pudo curvar la boca. Hace mucho no se sentía así, tan miserable. No soportaba la idea de que Louisa no estuviera a su lado, cada día intentaba convencerse de que había hecho lo correcto, pero lo correcto para quién, ¿para Edward?, ¿para Bella? Louisa nunca había corrido peligro junto a ellos, no podrían dañarla ni aunque se lo propusieran.

Aunque no quisiera reconocerlo en voz alta odiaba a Edward, aunque no hacía falta que lo dijera, el castaño podía leer sus pensamientos y saber lo mucho que lo despreciaba. La mayoría de sus hermanos lo hacía también, les había hecho cambiar su vida, todo por alguien que apenas les agradaba.

Jasper sólo había hablado de eso con Alice, procurando que nadie más los escuchara; la chica se esforzaba por hacerle ver las razones de Edward y hasta cierto punto entendía lo que había hecho, pero debió haberlo hecho él, solo. Cuando decía eso Alice le decía que eran una familia, que tenían que apoyarse. Pero Edward los había separado, había creado tensión entre ellos en cuanto trajo a Bella a sus vidas.

Jasper no la odiaba, al menos no al principio, le parecía aburrida y sosa pero no le caía mal; hasta los problemas, todo era su culpa, todo lo malo que había ocurrido era por ella. Si tuvieron que salir de Forks para cazar a un vampiro fue por ella, si James atacó a Louisa fue porque ésta intentó protegerla, si tuvieron que marcharse para siempre fue por ella. Todo por ella.

Si Edward estaba tan deseoso de sacrificarse, pudo haberlo hecho él solo.

Aunque ya no tenía forma de volver, estaba seguro de que Louisa lo odiaba y tenía toda la razón del mundo al hacerlo; se había portado como un cobarde, alejándose por miedo. Miedo a ser lastimado, miedo a perderla y ambas cosas habían acabado pasando.

Lo que más lamentaba era no haber podido pasar su cumpleaños con ella, ese fue, sin duda, el peor día para él. Había estado tan furioso para esconder su tristeza, incluso golpeó a Edward hasta que Emmett y Rosalie se las arreglaron para detenerlo.

Tenía tantos planes para ellos dos, deseaba estar con Louisa para siempre, ahora sólo sería un recuerdo. Para siempre.

¡Hola! Bueno, en vista de que es un capítulo corto y sus comentarios me hacen muy feliz subiré dos capítulos. En un momento subo el veintitrés<33.