d i e c i s i e t e

15.2K 1.6K 581
                                    

Había pasado días sin saber nada de Jasper, le había dejado mensajes, llamadas, pero no se había atrevido a pasar por su casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Había pasado días sin saber nada de Jasper, le había dejado mensajes, llamadas, pero no se había atrevido a pasar por su casa. Los Cullen parecían haber desaparecido, ni siquiera Emmett había ido a la escuela, o Rosalie, tampoco había rastro de Alice.

Louisa había permanecido tranquila, estaba desesperada por saber algo de Jasper, pero había intentado mantenerse lo más cuerda posible. En cambio, Bella se veía cada vez más pálida y con las ojeras de un fuerte color púrpura.

Había intentado hablar con ella, hacerle entender que era una situación mucho más delicada de lo que parecía pero Bella no escuchaba razones y, con el tiempo, Louisa se había cansado de intentar dárselas.

Sorprendentemente, a raíz de que Bella había dejado de hablar con todo ser viviente, Louisa se había vuelto mucho más unida a Angela y a Jessica; resultó que esta última podía ser una gran amiga si se lo proponía.

Salió del colegio en compañía de Jessica, quien no paraba de hablar de su ruptura con Mike.

—Jessica, sólo te lo diré una vez más —dijo Louisa, antes de subirse al auto de su tía—. Mike es idiota, tú eres más idiota por sufrir por él. Vamos, lo que sobra en este planeta son hombres.

La castaña sonrió de oreja a oreja.

—Tienes razón —respondió mientras se despedía de Louisa con la mano.

Louisa estaba segura de que Jessica volvería a sacar el tema en cualquier momento pero al menos ese día estaría tranquila.

Marianne no tardó en desaparecer en cuanto dejó a Louisa en casa, ni siquiera le explicó la razón; desde que era novia de Jasper, su tía se había vuelto mucho más seca y distante, aunque realmente no entendía el por qué.

Iba a entrar a la casa cuando vio la cabellera rubia de Jasper a unos metros de ella. Sonrió al verlo pero Jasper no lo hizo; supuso que la conversación que se aproximaba iba a ser de todo menos agradable.

—Louisa —saludó Jasper.

—Dejemos las cordialidades a un lado, Jasper, sé que vienes a hablar.

El rubio sonrió a medias.

—Bien, Louisa, ya que parece ser que hoy tienes poca paciencia, hablaré sin más.

La castaña asintió mientras caminaban hacia el bosque que se extendía por detrás de la casa.

—Nos iremos —afirmó Jasper, haciendo que Louisa frunciera el ceño—. Mi familia y yo. Quiero que vengas con nosotros.

Louisa dejó de caminar de golpe, sin poder creer lo que acababa de escuchar.

—¿Qué? ¿A dónde iremos, Jasper?

Jasper la tomó por los hombros, sin dejar de mirarla.

—Podemos ir a donde sea, Louisa, nosotros dos, solos.

brown eyes || jasper h. & paul l.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora