Marianne llevó a Louisa al instituto al igual que todos los días, no charlaban mucho, el camino en el auto siempre era en silencio, ni siquiera prendían el radio. Louisa se había visto obligada a vivir con Marianne, pero antes de eso no mantenían ningún tipo de contacto.
Caminó por el instituto con paso lento, no tenía prisa de llegar a la tortura moderna llamada educación física.
—¡Hola, Louisa! —saludó una Alice Cullen sonriente desde el otro lado del pasillo.
Louisa sonrió ligeramente, incluso ella se sorprendió de hacerlo, llevaba meses sin curvear la boca.
—Qué tal, Alice.
Alice caminaba con elegancia a su lado, parecía que bailaba con cada paso que daba. En cambio, Louisa andaba sin ninguna gracia a su lado.
Louisa no compartía todas sus clases con Alice, por lo que la castaña no tardó en abandonarla y tuvo que entrar sola al gimnasio.
La clase ya había comenzado, pero la entrenadora parecía sentir lástima por Louisa y su nula habilidad para el deporte, por lo que nunca le reprochaba llegar tarde ni tampoco le ponía malas notas.
• • •
Las clases transcurrieron al igual que siempre: aburridas y monótonas, Louisa logró terminar todos los deberes de las primeras horas haciéndolos en las demás clases.
—¡Louisa! —la llamó una voz chillona a sus espaldas, decidió ignorarla y seguir caminando—. ¡Louisa!
Jessica Stanley no tardó en aparecer a su lado, seguida de la chica nueva y Angela Webber. Ninguna de ellas le caía mal, pero sabía que Jessica era una cotilla de primera y trataba de permanecer lo más alejada posible.
Louisa ni siquiera se molestó en sonreír, veía como la chica nueva —de cabello castaño y ojos oscuros, vestía una sencilla remera gris con unos vaqueros de mezclilla— se ponía incómoda junto a Jessica, quien siempre había creído tener una popularidad de la que carecía. Stanley no era bonita, tenía el cabello castaño y los ojos verdes, pero sus rasgos no eran definidos como los de Alice; ni tampoco tenía ese misterio que envolvía a la nueva, o la agradable manera de ser de Angela.
—Me preguntaba si te quieres sentar con nosotros en el almuerzo —le dijo Jessica mientras entraban a la cafetería—, bueno, es obvio que quieres.
Louisa estuvo cerca de decirle que no, que prefería sentarse lo más alejada posible; pero su timidez se lo impidió y simplemente las siguió a su clásica mesa en el centro de la cafetería.
Volteó hacia la mesa de los Cullen, que se sentaban al fondo; Alice le sonrió a manera de apoyo, no sabía cómo, pero la chica parecía notar cómo se sentía; Louisa le devolvió la sonrisa, esta vez mostrando los dientes. Jasper la miraba fijamente, en ningún momento despegó la vista de Louisa; ella le mantuvo la mirada, el rubio no la intimidaba, había algo...
—Tierra llamando a Louisa —le dijo Jessica ya sentada, interrumpiendo... lo que sea que fuera, con Jasper.
Jasper continuó mirándola mientras ésta se sentaba, Louisa simplemente le sonrió antes de voltearse a ver a Jessica. Se habían unido Mike Newton, un rubio que Louisa definía como intenso, y no la clase de intensidad que llamaba la atención. Y Eric Yorki, un chico agradable, igual intenso, de rasgos asiáticos.
Todos la saludaron con alegría, salvo por Bella —la chica nueva—, que resultó ser algo seca. A Louisa no le molestaba, ella también saludaba sin mucha emoción. Entendía a Bella, no debía ser fácil adaptarse a un pueblo nuevo, mucho menos a mitad del año.
—Te he visto convivir mucho con Alice estos días —le dijo Jessica a Louisa, haciéndola fruncir el ceño—. ¿Son amigas?
Louisa se encogió de hombros.
—Sólo nos saludamos.
—Pero ayer se sentaron juntas durante el almuerzo —insistió Jessica.
Louisa decidió no responder, no había nada qué decir que pudiera hacer que Jessica la dejara tranquila. Deseó haberse sentado en otra mesa.
—¿Qué hay de Jasper? —preguntó Jessica después de un rato, los demás se giraron a ver a Louisa.
—¿Qué hay de Jasper? —repitió Louisa confundida.
—Ya sabes, no paran de mirarse, ¿acaso hay algo entre ustedes? ¿Alice lo sabe?
Louisa frunció el ceño, ¿desde cuándo ella y Jasper tenían algo? Sí, era cierto que Jasper a veces la miraba, pero Jessica lo hacía parecer como si pasaran el día viéndose.
—No hay nada entre Jasper y yo —masculló Louisa—. Y te agradecería que dejaras de hablar de eso.
Jessica sonrió falsamente y Louisa continuó comiendo su ensalada. Miró su reloj, aún faltaban quince minutos para que el almuerzo terminara, maldijo mentalmente.
—¿Y tú, Bella? —preguntó Jessica después de las conversaciones triviales entre los demás, salvo por Bella y Louisa—. ¿Ya superaste tu amor imposible con cierto chico Cullen?
Bella no respondió y Louisa entendía por qué, quién respondería ese tipo de pregunta.
—Debo ir al baño —dijo Louisa para alejarse de ahí.
—Te acompaño —dijo Bella poniéndose de pie.
Louisa sintió las miradas provenientes de la mesa de los Cullen clavadas en Bella y ella, pero decidió no voltear; no quería darle más motivos a Jessica para interrogarla.
Llegaron al baño y ambas se miraron, después rieron, sin razón alguna.
—Gracias por sacarnos de ahí —le dijo Bella con una sonrisa.
—Necesitaba huir —respondió Louisa encogiéndose de hombros.
Resultó que compartía la siguiente clase con Bella, así que caminaron hacia el aula de literatura.
—Louisa —la llamó Bella dudosa mientras caminaban—, ¿es cierto lo de Jasper?
Louisa sabía que Bella lo preguntaba por una razón diferente a la de Jessica, veía cómo miraba a Edward, seguramente quería saber sobre él.
—Tiene novia —respondió Louisa encogiéndose de hombros—, y tampoco hemos hablado nunca.
Bella asintió.
—¿Qué hay de Edward? —se atrevió a preguntar Louisa.
—No lo sé, es... extraño.
Louisa no insistió más, si había un adjetivo para definir a los Cullen era ese: extraño.
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brown eyes || jasper h. & paul l.
Fanfiction❝Son como un rompecabezas... sólo funcionan cuando están juntos❞ Portada hecha por marveltwd. Los personajes pertenecen a Stephenie Mayer, salvo por Louisa y su familia. Todos los derechos reservados. Fanfic Jasper Hale y Paul Lahote.