—¡¿No le dijiste nada?! —exclamó Jessica en cuanto Louisa terminó de contarle todo.
—Qué querías que le dijera, tiene razón, todo lo que dijo es cierto.
Jessica se pasó las manos por el cabello, mostrando su desesperación.
—¡La verdad, Louisa! Decirle que eres una idiota pero una idiota que lo ama. Dios mío, ¿no ves películas o qué? ¡Todos pasan por esto! Son estúpidos y después hablan con esa persona, les explican todo y se esfuerzan por recuperarla.
—Esto no es una película —suspiró—. Además, él me dijo que no le gustan las palabras.
—A todos nos gusta que nos digan las cosas, obviamente se demuestran pero también es importante decirlas.
La chica se mordió el labio intentando pensar, ¿cómo se le había ocurrido buscar a Paul después de todo? Lo había hecho todo mal, el lobo merecía mucho más que simplemente aparecerse en su casa esperando que éste la perdonara.
—Tienes razón.
—¡Ya sé que tengo razón! —exclamó Jessica—. Ahora ve y haz las cosas bien, es más, sube al auto, te llevaré ahora mismo.
Louisa apenas pudo replicar, Jessica la tomó del cuello de la chamarra y la obligó a ponerse de pie.
Sabía lo estúpida que luciría, apareciendo después de pasar horas llorando y diciendo que estaba lista para hablar. Dios, todo lo hacía demasiado tarde.
—No puedo hacerlo —dijo en cuanto Jessica aparcó el auto.
Su amiga la miró exasperada.
—Sí, sí puedes. Ya va siendo hora que hagas algo al respecto en lugar de lamentarte a diario. —Al ver que Louisa no se bajaba del auto, añadió—: Puedes ir tú o iré yo, Louisa Evans, tú decides.
Louisa salió del auto mascullando por lo bajo, deseando que la tierra a sus pies se abriera y desaparecer.
Volvió a tocar la puerta y esperó a que abrieran, pensó en echarse a correr pero sabía que Jessica no mentía cuando le dijo que si se iba sería ella quien se lo diría todo a Paul. Y conociéndola... Era mucho mejor pasar vergüenza ella sola.
Casi agradeció al cielo cuando fue Paul quien abrió la puerta, quien la miró entre sorprendido y triste.
—No es que me moleste verte, Evans, pero pensé lo había dejado muy claro.
Louisa asintió.
—Lo hiciste. Sólo que no me dejaste hablar a mí y dejártelo claro, como dices tú.
Paul le mantuvo la mirada unos segundos antes de bajar la vista.
—Lo hice todo mal y lo arruiné contigo —admitió—. Fui tonta y egoísta, hice las cosas pensando de más y creyendo en algo que ya no existía, quizá nunca existió. Me hiciste muy feliz, Paul, puede que seas insoportable pero siempre lograste hacerme sonreír y yo no supe valorar eso. Dejé que el pasado interfiriera entre nosotros y acabé por convertir el pasado en mi presente.
Suspiró.
—Debí darme cuenta desde el principio, creo que siempre lo supe. Te sentías bien, correcto, nunca tuve nada que reprocharme estando contigo. Me sentía bien, de maravilla. Creo que puedo decir que nunca me había sentido tan feliz, nunca había sonreído por nada y reído hasta las lágrimas.
»—Me siento bastante tonta —admitió—, y no porque te haya buscado dos veces el día de hoy o porque haya hecho las cosas mal, es porque ya lo sabía. Sabía todo de nosotros, lo mucho que nos entendemos, cómo nos complementamos, lo bien que la pasamos juntos... Estoy hablando por los dos, perdón. Pero hablando por mí, siempre disfruté pasar tiempo contigo, no hubo un solo día donde no pensara en ti y, cuando estaba contigo, no pensaba en nada más, sólo en ti, en nosotros.
»—Sé lo egoísta que fui, que soy, pensando sólo en mí, en lo que yo sentía, teniéndome lástima y sintiéndome culpable sin hacer nada al respecto. Dios mío, dicho en voz alta suena aún peor —suspiró—. También sé que tomaste la decisión correcta hace un rato, cuando me pediste que me fuera... Ni siquiera sé qué decir, Paul, me enseñaste tantas cosas y no supe poner ninguna en práctica. Tampoco ensayé nada antes de venir y sólo estoy diciendo tonterías sin hilo, supongo que lo que quiero decir con todo esto es que te amo y te he extrañado como loca, aún lo hago. Sólo puedo pensar en todas las veces que estuvimos juntos... Es lo único que tengo, recuerdos.
Observó a Paul, quien tenía los ojos cristalizados y los labios fruncidos, en cuanto sus miradas chocaron, el chico bajó la vista.
»—Pensé que venía a recuperarte, pero no es así, no quiero que las cosas sean de esa manera, no quiero volver a entrar en ese triángulo y lastimarte. No quiero que sientas que estoy eligiendo porque no es así. Sólo tenías que saberlo, saber que te amo y que me equivoqué.
Louisa respiró con fuerza y miró a Paul, el lobo se mostraba inexpresivo pero aún, evitando mirarla.
—¿Puedes decir algo? Sé que no estoy en posición de pedirlo sólo... —y dejó la frase al aire.
El moreno no respondió, tampoco la volteó a ver, Louisa ni siquiera estaba segura de que la hubiera escuchado. Deseó acercarse a él y abrazarlo, que sus brazos la rodearan y poder acomodar su cabeza en su cuello, pero entre lo que deseaba y lo que era había un mundo de diferencia, ni hablar de lo que quisiera Paul.
No sabía si irse, tampoco si quedarse. En ese momento no sabía qué hacer respecto a nada, le había dicho todo a Paul, sí, ¿ahora qué debía hacer? Había pasado tanto tiempo pensando en ello, en qué decidir, qué hacer, qué palabras usar y ahora que lo había hecho... ¿Qué seguía? Ni siquiera se acordaba cómo vivir sin pensar en Jasper o Paul. En ese momento había terminado una etapa de su vida y no tenía ni idea de cómo empezar a vivir sin ella.
—Creo que debería irme —murmuró, dudosa entre si abrazar a Paul o no.
Se quedó justo dónde estaba, mirando a Paul y reuniendo todo el valor que tenía para acercarse a él.
—Nunca cambiarás, Evans —se burló Paul y la abrazó por la cintura.
—Dijiste que te gusto tal cual soy —se quejó la chica, rodeándolo por el cuello.
—Siempre se tiene que decir eso —rió Paul y Louisa rodó los ojos.
—Hablando de cambiar...
—Yo no tendría por qué hacerlo, soy bastante increíble sin buscarlo.
La chica sonrió y miró a Paul, sus ojos brillaban de nuevo y mantenía una sonrisa ladeada.
—Te amo —murmuró la chica.
—Fuerte, Evans, no te escuché.
—Eres insoportable —se quejó—. Te amo —repitió en voz alta y Paul sonrió.
Dicho esto el chico la tomó por el rostro y unió sus labios.
—Yo te amo aún más.
No me odien :( no había tenido el tiempo ni la inspiración. Ya sólo falta el epílogo, gracias por su paciencia<33 las amo
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brown eyes || jasper h. & paul l.
Fanfic❝Son como un rompecabezas... sólo funcionan cuando están juntos❞ Portada hecha por marveltwd. Los personajes pertenecen a Stephenie Mayer, salvo por Louisa y su familia. Todos los derechos reservados. Fanfic Jasper Hale y Paul Lahote.