c u a r e n t a y t r e s

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Despertó de golpe, tomando una enorme bocanada de aire y mirando a su alrededor asustada, dispuesta a salir corriendo de donde sea que estuviera

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Despertó de golpe, tomando una enorme bocanada de aire y mirando a su alrededor asustada, dispuesta a salir corriendo de donde sea que estuviera.

Se encontraba en su habitación la cual estaba a oscuras, apenas si podía distinguir más allá de sus manos.

—Dios mío —escuchó murmurar a Marianne antes de que la mujer la abrazara.

Abrazó a su tía con fuerza, dejando que las lágrimas le recorrieran el rostro. Se aferró a ella, acariciándole el cabello. Sabía que su tía lloraba, no paraba de soltar sollozos y agradecer al cielo.

En cuanto Marianne se alejó de ella, le tocó el rostro, el cabello, las manos, los hombros.

—Dime que no es un sueño, Louisa.

La chica frunció el ceño.

—Eso quiere decir que no lo es —habló Paul.

Louisa se arrojó sobre él y Paul casi cae al suelo por la sorpresa.

Marianne los abrazó a ambos, Louisa vio que los dos lloraban, ¿pero por qué?

—Quiero matarte —escuchó susurrar a Marianne, mientras la mujer le acariciaba el cabello.

—No entiendo... ¿qué ocurrió?

Marianne y Paul intercambiaron miradas y después la miraron incrédulos.

—¿No recuerdas nada? —preguntó su tía con detenimiento.

Louisa negó con la cabeza.

—Estabas muerta —dijo Paul sin tacto alguno.

La chica frunció el ceño, ¿muerta?

—Tu corazón dejó de latir, ¡estuviste así más de un día! —exclamó Marianne histérica.

—No recuerdo nada... Pensé, pensé que estaba soñando.

Su tía aún lloraba y volvió a abrazarla.

—Voy a prepararte algo de cenar, corazón —dijo sin dejar de acariciarle el rostro—. Dios mío, Louisa Evans, donde vuelvas a morirte juro me aseguraré de que sí estés bien muerta. ¡Íbamos a enterrarte!

Louisa la miró divertida y su tía salió de la habitación. No entendía nada de lo que estaba ocurriendo, sólo recordaba a los Vulturi y después de eso todo había sido oscuridad. Al menos al principio, después vio a Jasper y, finalmente, a Paul.

—Quiero matarte —masculló Paul sin atreverse a soltarla.

—Escuché algo mientras soñaba... no recuerdo las palabras exactas, algo sobre besarme y después desnudarme —Paul sonrió—. ¿Aún sigue en pie?

El chico rió levemente antes de besarle los labios, después le besó las mejillas, la nariz, la frente.

—¿Con tu tía allá abajo? Vaya, Evans, la muerte te cambió —dijo con una leve sonrisa—. No vuelvas a hacerme eso, ¿entendiste? A la próxima haz un gesto al menos.

Louisa asintió con una sonrisa, uniendo sus labios con los de Paul.

En cuanto bajó las escaleras, después de unos minutos de abrazar al moreno, se vio envuelta por los brazos de Marianne.

—Todo está bien, Marianne —susurró Louisa limpiándole las lágrimas a su tía.

La mujer asintió esbozando una sonrisa.

—Te quiero con todo mi corazón, Louisa —dijo su tía antes de volver a abrazarla.

Louisa sonrió.

—Yo te quiero aún más.

Cenaron en el comedor, Marianne había preparado una pasta increíble. El ambiente de la cena era extraño, no incómodo pero sí raro. Louisa lo entendía, seguramente creían que todo eso era un sueño, después de todo había muerto y la habían llorado.

No podía explicarse qué había ocurrido, para ella no había sido más que un desmayo, sentía que había durado apenas unos minutos, no un día entero. Sabía que era porque la habían mordido, el veneno había actuado sobre su cuerpo, ¿pero por qué le había detenido el corazón? ¿Por qué su organismo había dejado de funcionar? No tenía ni la más remota idea.

Marianne volvió a abrazarla antes de subir a su habitación.

—Nada de ruidos raros —advirtió la mujer con media sonrisa.

Louisa soltó una carcajada y Paul se encogió de hombros.

—Ojalá pudiera prometerlo —fingió lamentarse.

La chica lo golpeó en el hombro y Marianne subió las escaleras.

Subió con Paul a su habitación y se tumbaron en la cama, Louisa miraba al techo mientras el moreno la abrazaba.

—Tengo miedo de soltarte, Evans —murmuró—. Siento que en cualquier momento volverás a irte.

Louisa volteó hacia él, acariciándole el rostro.

—No iré a ninguna parte.

Paul suspiró.

—Me quedé pensando, ¿escuchaste todo lo que te dije?

Louisa asintió.

—Al principio pensé que estaba soñando, incluso podía verte frente a mí. Ahora veo que no.

—¿Y lo único que recordaste de todo eso fue la parte donde dije que quería besarte y desnudarte? —preguntó Paul ofendido.

La chica soltó una carcajada.

—Por supuesto que no. Aún recuerdo todo lo que dijiste, sobre lo mucho que me amas y también donde me dijiste que me odias —Paul sonrió levemente—. Y tienes razón, sí voy a golpearte.

Louisa sonrió levemente.

—No sabía que pensabas todo eso sobre mí —dijo la chica en un hilo de voz.

Paul le acarició el cabello.

—Apenas una parte, Evans. Podría hablar por horas sobre lo maravillosa que eres pero prefiero demostrártelo —sonrió a medias—. Lo haré si tú quieres.

Louisa esbozó una ligera sonrisa.

—Quiero eso, Paul, pero tengo que arreglar unas cosas primero.

Paul asintió y la chica recargó su cabeza en el pecho del moreno, dejándose caer en los brazos de Morfeo. Para haber dormido por más de un día estaba agotada.




¡Hola! De verdad perdónenme por haber tardado tanto en actualizar, he tenido demasiado qué hacer y la cabeza en todas partes. Subiré más seguido lo prometo, falta poco para acabar la novela. Gracias por su paciencia<33.

brown eyes || jasper h. & paul l.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora