Un día maravilloso

1.9K 93 143
                                    

Al día siguiente, la alarma de Mario sonó más temprano de lo normal, lo que era parte de su nuevo plan. Rápidamente se puso en pie y simplemente se cambio, colocandose una camiseta gris con unos shorts rojos, lo que normalmente usaba para jugar tenis. Se colocó unos tenis y bajó rápidamente las gradas, le dejó comida a su perro en su plato y salió de su casa, comenzando a trotar. Este era el comienzo de su plan para volver a ponerse en forma. La experiencia con las plantas piraña habia sido más que suficiente para darse cuenta de que necesitaba volver a sus días de gloria, pues no sabía cuando alguien más podría necesitar su ayuda.

Primero trotó unos 5 km. alrededor de su casa, luego regresó a la misma por algo de agua. Se dirigió a la sala de su casa, y después de dos despechadas cayó rendido al suelo. Su perro corrió hacia él y comenzó a lamerle el rostro. Mario se dio la vuelta, quedando boca arriba.

Mario (respirando agitadamente) : Creo ... que ... aún no ... estoy listo ... para eso...

Mario se levantó poco a poco del suelo, aún sintiendose molido. Se preparó su desayuno, se bañó y partió hacia su trabajo. Una vez que regresó, comenzó a preparar las cosas que iba a usar de aqui en adelante. Salió al patio de su casa y clavó una enorme asta de madera en el piso, la cual medía casi 3 metros de altura. En la cima se encontraba una campana. Su objetivo sería saltar, tocar la campana y volver a caer de manera segura al suelo. Con el tiempo iría aumentando la altura.

Una vez que eso estuvo hecho, volvió a entrar a su casa y tomó su teléfono, marcandole a Bowser.

Bowser (contestando entre ruidos de batidora) : ¿Diga?

Mario : Hola Bows, soy yo, Mario.

Bowser : ¡Mario, compañero! ¿Que se te ofrece?

Mario : Verás, ayer tuve un ... pequeño problema con unas plantas pirañas, y quería saber si tu tienes algo que ver en eso.

Bowser : Bueno ... como te lo explico ... las plantas pirañas no responden a mis órdenes ... solo a las de Petey Piraña.

Mario : Pero ... ¿que no Petey Piraña es uno de tus secuaces?

Bowser : Era ... digamos que ... renuncio.

Mario : Vaya ... pero ¿porque?

Bowser : Bueno ... un día llegó a la sala del trono alegando que las plantas pirañas eran, aparentemente, tan importantes como yo o Jr, así que comenzó a exigirme un aumento de salario y un mejor puesto entre mis filas. Naturalmente me reí porque ¡son plantas pirañas! A donde quiera que vayas ves una, y a diferencia de otras creaturas ni siquiera tiene piernas. Como sea, le dije de manera no muy educada donde podía meter su solicitud y ... renunció.

Mario (suspira mientras se tapa la cara con la mano) : Ay Bowser ... dime ¿alguna otra especie que ya no siga tus órdenes?

Bowser : Bueno ... solo los boos. Las demás me siguen haciendo caso.

Mario : Bien, es bueno saberlo.

Mario colgó el teléfono.

Mario : Tiene que ser una broma ... bueno, al menos las Bob-ombs le siguen haciendo caso.

Mario se dirigió entonces a la sala y comenzó a hacer algunos estiramientos. Y así, durante el resto de la semana, Mario se levantó temprano y se dedicó a correr cerca de su casa. Con el tiempo, comenzó a hacer cada vez más ejercicios y más variados, recuperando la resistencia física que lo caracterizaba en el pasado. Sus saltos mejoraban cada vez, alcanzando la campana, la cual pateaba, daba una voltereta, y caía de nuevo al suelo de pie sin resbalarse. Realmente comenzaba a progresar.

Encontrando el amor (Mario x Rosalina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora