Vida en familia

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Rosalina se encontraba sola con su bebé en sus brazos, quien estaba viendola muy atenta y con mucha curiosidad. Ella no podía evitar sonreír al ver a su hija a los ojos, los cuales eran celestes como los suyos. La pequeña estiró una de sus manitas y comenzó a sobar la barbilla de su mamá, obteniendo una pequeña risa de la guardiana.

Rosalina (tono dulce) : Veo que eres muy curiosa.

En ese momento, Mario entró a la habitación junto a Polari, Destrella y el Destello Maestro. Los tres últimos salieron volando y se colocaron a la par de Rosalina viendo a la bebé. Ella, por su parte, los miraba fijamente con mucha curiosidad.

Polari : Debo admitirlo, hace años que no me sentía así de sentimental.

Destrella : Sacó sus ojos mi lady.

Destello M. : ¡Es tan pequeña!

El destello maestro se acercó un poco a la pequeña bebé, quien estiró su mano hacia él. El destello dejó que lo tocara, causando que la pequeña comenzara a reirse.

Rosalina : Veo que se llevan bien.

Polari : Bueno, felicidades a ambos, sera un honor poder ayudarlos a criar a esta pequeña.

Mario : Apreciamos la ayuda Polari, pero queremos criarla como si fueramos una pareja normal. Es decir, queremos hacerlo nosotros solos.

Rosalina : Estoy de acuerdo con Mario.

Polari : Oh bueno.

Mario : Bien, creo que ya es hora de ir por los demás destellos.

Y así, los destellos fueron entrando en grupos pequeños para no asustar a la bebé. Ella parecía divertirse al sostener a los destellos con sus manos, y ellos reían debido a las cosquillas que les causaba. Una vez que terminaron todos, Mario y Rosalina se quedaron solos.

Mario : Bueno, ese era el último grupo. Y dime ¿cuando te dejaran salir?

Rosalina : Mañana ... ahora que lo pienso, hay que conseguirle una cuna a Marina.

Mario : Sí, pensaremos en eso luego.

Rosalina : Dime, ¿quieres cargarla?

Mario (nervioso) : Claro.

Rosalina (a la bebé) : Vas a ir con papá ¿esta bien?

Ella puso a Marina en los brazos de Mario, quien estaba temblando un poco. La bebé estiró sus manitas y agarró su bigote, comenzando a jugar con el mismo.

Mario : Hola Marina, yo soy papá ... jeje, veo que te gusta mi bigote.

Mario comenzó a mecerla, y unos segundos después de comenzar a cargarla, la bebé comenzó a llorar.

Mario : Em, amor ¿que hago?

Rosalina (bajandose el vestido) : Pasamela, debe tener hambre.

Mario le pasó la bebé a Rosalina, quien comenzó a darle de mamar. La bebé dejó de llorar y se prenzó de su mamá.

Mario : Vaya, creo que sacó mi apetito.

Rosalina : Y que lo digas, es la tercera vez que le doy pecho en las últimas cuatro horas.

Mario : Debe sentirse raro.

Rosalina : Al inicio era algo incómodo, pero ya me hice a la idea.

Mario : Oye, ya que estamos solos, creo que es buen momento de hablar de ... sus poderes.

Encontrando el amor (Mario x Rosalina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora