El final del camino

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Mario, Marina y el destello maestro aparecieron en las afueras de la cueva en el planeta congelado. Los tres entraron a la misma, y Mario comenzó a dejar de flotar lentamente, acercandose cada vez más al suelo. Marina lo sostuvo entre sus brazos antes de que llegar al suelo, notando que comenzaba a perder el brillo que tienen los destellos.

Marina : ¿Estas bien, papá?

Mario : Use ... mucha energía para traernos ... me ... me queda ... poco tiempo. Hay ... hay que ... seguir.

Marina tragó saliva y continuo avanzando, llevando cargado a su papá en su forma de destello. El destello maestro iba a la par de ella, con su mano en su hombro. Después de unos minutos de caminata, el grupo llegó hasta el pequeño estanque de agua al final de camino.

Marina : Llegamos.

Ella bajó la vista, notando que el destello rojo estaba cerrando los ojos y ya casi no le quedaba brillo, estando de un color bastante opaco.

Marina : ¿Papá ... puedes ... puedes oírme?

Marina cayó de rodillas frente al estanque, y el destello maestro se colocó a la par de ella.

Destello M. : Hermana ... metelo al estanque.

Marina (lo voltea a ver) : ¿Que dices?

Destello M. : Confía en mí, dejalo en el estanque.

Marina así lo hizo, sumergiendo al destello en el pequeño estanque. Una vez que se hundió, el estanque comenzó a brillar, emitiendo una potente luz blanca hacia el techo de la cueva. Marina y el destello maestro retrocedieron un poco mientras se tapaban los ojos. Una vez que el resplandor terminó, ambos pudieron volver a ver, siendo que Marina se quedó sin palabras por lo que vio.

Parados frente al estanque se encontraban sus papás, pero llevaban unas vestimentas que jamás habia visto. El vestido de su mamá era de color blanco con estampados de estrellas plateadas, y su papá llevaba un pantalón azul claro y una camisa blanca de botones. El destello maestro no perdió tiempo y salió volando hacia ellos, abrazandolos fuertemente. Mario y Rosalina sonrieron al sentirlo, y lo abrazaron también. Marina, muy confundida, comenzó a caminar lentamente hacia ellos. Estando a pocos centímetros de ellos, el destello se hizo a un lado y dejó que Rosalina extendiera su mano y rozara la mejilla de su hija.

Rosalina (calmada) : Es bueno volver a verte mi estrellita.

Marina no pudo contenerse más y los abrazó con fuerza mientras reía.

Mario (acariciando su pelo) : Tranquila, ya estamos aquí.

Marina (feliz y triste) : ¡Es bueno verlos de nuevo! ... aunque se que ... ya no los vere más.

Mario : Pues ... puedes venir cuando quieras.

Rosalina le jaló una oreja a Mario, quien solo se la sostuvo. Marina no pudo evitar reír ante la acción de su madre.

Rosalina : Lo que tu padre debio haber dicho es que nosotros siempre estaremos contigo ...

Marina (la interrumpe) : Cuidandome desde las estrellas ¿no?

Marina se separó del abrazo, quedando parada frente a sus papás.

Rosalina : Así es ... solo deberas ver al cielo y buscar las estrellas más brillantes.

Marina : Yo ... yo lo ... lo siento, en verdad lo siento mucho. Si ... si hubiera sido más fuerte, tal vez ... tal vez esto no habria pasado.

Mario : No digas esas cosas Marina. No debes disculparte por nada.

Rosalina : Tu padre y yo cumplimos con nuestro deber. Nuestra hora llegó, y eso no es algo que se pueda cambiar. Ahora es nuestro momento de descansar.

Encontrando el amor (Mario x Rosalina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora