Encontrando el amor (Mario x Rosalina)

Una vida de desamores

Mario aun se encontraba sentado y calmandose cuando sintió una vibración en su pantalon. Metio la mano en su bolsillo y se dio cuenta de que lo estaban llamando de un número que no conocía: 01112007

Pensativo, decidio contestar.

Mario (voz triste) : ¿Hola? (snif)

Rosalina (tono dulce) : Hola Mario, soy yo, Rosalina.

Mario (un poco más animado) : Oh, hola Rosa ... perdon por haberme ido de improvisto, yo ... no me sentia bien.

Rosalina : Lo sé, y no tienes que preocuparte de nada. Yo ... llamaba para saber como estabas.

Mario : Bueno ... aún me siento algo mal.

Rosalina : Entiendo ... sabes que ... si quieres hablar ... yo estoy aqui para escucharte.

Mario : No quisiera ser una molestia para ti.

Rosalina : No lo eres y nunca lo seras. Me preocupo por ti y ... quiero ayudarte. No quiero que estes triste.

Mario (se limpia las lágrimas) : Pues ... sí me gustaria hablar con alguien, pero ... en persona.

Rosalina : Por supuesto Mario, dime donde y allí estare.

Mario : Bueno yo ... pensaba que tal vez ... podrias venir a mi casa.

Rosalina (sorprendida) : Oh ... bueno, esta bien. Dame la dirección y estare allí en cinco minutos.

Mario : Claro ... (le da la dirección) ... y Rosa ... gracias, en serio. De verdad no merezco tu amistad.

Rosalina : No digas esas cosas Mario. Después de todo ... si no fuera por ti, no habria conocido a todos mis amigos y ... muy probablemente, no habria podido recuperar las estrellas de poder para reparar mi hogar hace 5 años. Te veo dentro de poco.

Rosalina colgó el teléfono. Mario procedio a guardar el contacto: Rosa.

Después de meditarlo unos segundos, cambio el nombre: Rosy.

Una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro, tras lo que guardo el celular en su bolsilo. Se dirigió al baño y se lavo la cara, para después bajar al primer piso. Su perro corrió hacia él, por lo que Mario se agachó y comenzó a acariciarlo. El perro le lamió la nariz en respuesta.

Mario : Jejeje ... al menos tu si me quieres Sparks.

Mario fue a la cocina y se preparó un pequeño emparedado, lo que hacia cuando estaba triste. Veras, Mario no es del tipo de persona que hable de sus sentimientos, menos con personas que no sean de su familia. Normalmente se suele guardar las cosas para él, pero por algun motivo que no podia explicar, la idea de poder hablarlo con Rosalina era ... alentadora. Habia algo en ella que le generaba confianza, se sentía seguro ... o tal vez solo era su mente fastidiandolo, quien sabe.

Después de unos cuantos minutos, alguien toco a la puerta. Mario fue a abrir y se encontro con Rosalina del otro lado, quien venia sola y aun estaba vestida de manera casual.

Rosalina : Hola Mario ... ¿puedo pasar?

Mario : Claro.

Mario se hizo a un lado para dejarla pasar adelante. Ella se asombro de lo espaciosa que era su casa, pues en su mente esta era mas bien pequeña. Una vez dentro, Mario la guio hasta la sala.

Mario : Sientete como en casa ... yo, em ... ¿te traigo algo de beber o comer?

Rosalina : No gracias, estoy bien. Así que ... ¿que tal estas?