𝑰𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂 𝑩𝑻𝑺

ɪᴍᴀɢɪɴᴀ

•⫸•Pedido•⫷•

N/A: Capítulo largo. Escuchen la música de arriba para que puedan entrar un poco más en el ambiente.

No tener una figura envidiable, un cabello liso perfecto y ser como las demás chicas era lo que te torturaba continuamente. Tenías miedo de ir a la escuela por las críticas constantes sobre tu físico y siempre te hacían algo nuevo. Solo ibas a la escuela para ver a Jimin. Su hermoso cabello oscuro jugaba perfectamente con su color de ojos y te encantaba cuando sonreía y sus mejillas se sonrojaban.

Cruzaste las puertas del instituto presionando los libros con tus manos fuertemente y apretando tus dientes. Aunque tenías tus audífonos puestos, podías escuchar las críticas grabadas en tu cerebro de todos tus compañeros. Todos miraban a tu dirección y comenzaban a reírse, mientras que otros solo te empujaban al pasar.

Quisiera que esta pesadilla se acabe. Solo tengo la esperanza de que Jimin me quiera tal y por lo que soy. — Pusiste tus libros en el pupitre mientras te sentabas. Jimin estaba con sus amigos, riendo y bromeando. Soltaste un suspiro sonriendo, apoyando tu cabeza en tu mano mientras lo veías. Era tan hermoso, tan perfecto que hasta su sonrisa era perfecta.

—Pero si la tonta está aquí. —Sun hae quitó uno de tus auriculares para arrancarlos por completo. Comenzó a darles vuelta con sus dedos mientras alzaba una ceja.

—No he hecho nada Sun hae. Hoy no pasé por la cafetería e incluso tengo almuerzo, —sacaste tu almuerzo que te había preparado tu madre y se lo extendiste. —Es para tí.

El almuerzo fué arrebatado de tus manos para terminar en el suelo. La comida estaba regada y tú solo te quedaste atónita. Un mechón de cabello fué tirado de tu cabeza para obligarte a verla.

—Comela T/n. —dijo con una sonrisa.

—Yo... no comeré la comida —dijiste con dificultad. El apretón en tu cabello se hizo más fuerte y comenzó a doler.

—¡Te dije que te la comas! —Sun hae gritó más fuerte llamando la atención de todos en el aula. Todos, incluso la de Jimin. Sentiste sus ojos posados en tí y una vergüenza comenzó a inundar tu cuerpo. Inmediatamente tu cabello fue soltado y caíste abruptamente al suelo. Tus rodillas golpearon fuertemente el suelo haciendo que el dolor te calara en los huesos.

—¡Comela! ¡Comela! —todos en el aula comenzaron a gritar. Tu vista estaba tornándose borrosa por las lagrimas que amenazaban con salir de tus ojos y solo lograbas ver la comida en el suelo.

T/n, recuerda comer la comida que te preparé. No debes saltarte ninguna comida, recuerda que tienes una condición — La voz de tu madre resonaba en tus oídos en medio de ese escándalo. Ella no sabía el sufrimiento que pasabas todos los días, todo por no tener la figura perfecta.

Una patada fue directamente a tu costado haciéndote caer. Las risas fueron sustituidas por los gritos y unas manos agarraron tus brazos. Sun hae tomó un puñado de la comida en el suelo y se arrodilló frente a ti con una sonrisa malévola.

—¿Qué pasa? ¿La bebé no tiene hambre? Hay que darle de comer, sujétenla fuerte. —Los agarres en tus brazos se hicieron más fuertes mientras que tu solo pataleabas y gritabas para que te dejaran en paz. Sun hae lanzó con fuerza el puño de comida a tu boca y lo empujó. Trataste de no abrirla pero te sujeto la cabeza mientras tiraba la comida en tu rostro.