-¿Sí?, ¿y cuál es esa verdad?-preguntó Alice, y después se cruzó de brazos.
-Me encanta que seas impaciente-mencionó Iván con una sonrisa.
-No solo puedo ser impaciente-atacó Alice y sonrió con malicia.
-Escuchen, si vuelven a pelear y a hablar de sus cosas de sexo, juro que les arrancaré la lengua y me las comeré-gruñó Alan-. Ahora se los explicaré.
-Por fin-susurró Fred, dando su último suspiro de desesperación antes de acomodarse en su asiento para escuchar atentamente la verdad.
-¿Han escuchado o visto sobre los licántropos?-preguntó Alan.
-Bueno, en las películas de terror y todo eso-respondió Fred.
-Pues bien, déjenme decirles que sí existen, pero no de la forma en la que los representan.
-¿Qué quieres decir exactamente?
Alan dio un suspiro mientras cerraba los ojos y después los abrió.
-Nosostros somos uno de ellos. Somos licántropos-un silencio total gobernó el lugar por unos segundos, pero después desapareció con la sonrisa burlona de Fred.
-Pf,¿En serio...en serio creen que les vamos a creer?-se burló Fred-. Ah, son tan graciosos, ¿no, Alice?-volteó a verla pero ella estaba en silencio total y seria-. Ay Dios mío Alice, dime que no es verdad. ¡Dime que no les crees!
-Lo siento Fred, pero lo que vimos anoche fue tan real y...
-¿Es en serio? ¿Alice y qué tal si fue una broma pesada? Simplemente, los licántropos y todo eso son puros mitos. No existen.
-¿Sí? ¿Entonces por qué no me dejas demostrártelo?-gruñó Jeremy a punto de lanzarse encima de Fred.
-¡Alto!-gritó Kaled-. Jeremy, tranquilo,recuerda que él es mío y si te metes con él te metes conmigo-Jeremy entendió su mensaje y se volvió a sentar-. Por favor, continúe, Alfa-Kaled se inclinó en modo de respeto y después se sentó.
-Bien, como decía...Ya es decisión de ustedes creernos o no, ya les dimos pruebas, les dijimos la verdad, les dimos lo que querían, así que, sin más...,buen provecho-antes de que Alan pudiera seguir comiendo su delicioso desayuno, Alice lo interrumpió.
-Espera...tengo unas preguntas más.
Alan soltó el tenedor de su mano y dio un suspiro.
-Adelante.
-¿Y qué hay de William? ¿Cómo se conocieron? ¿Qué quieren de él?
-Ya te lo dijimos, nos conocimos en un...-Alan me interrumpió y volteé a verlo con una mirada penetrante y escrutadora. ¿quién mierda se cree para interrumpirme así?, pensé.
-El hecho de cómo nos conocimos no te incumbe, además de que fue algo...inadecuado-Alan mi miró por unos segundos haciéndome recordar la manera en la que nos conocimos. Después posó su vista, de nuevo, en la de Alice-. Y, respecto a tu pregunta de qué queremos de William, es fácil...-Alan se inclinó sobre la mesa para quedar más cerca de la cara de Alice-, lo queremos a él.
-¿Cómo?-Preguntó Alice y segundos después Alan volvió a su asiento.
-Lo queremos a él, no a sus pertenencias. Lo que él tiene nosotros ya lo tenemos-repondió Kaled.
-¿Y por qué lo quieren a él?-En ese momento, Alice se levantó de golpe- ¿¡Qué es lo que piensan hacer con él!?
-Sh, Alice, mis padres todavía siguen aquí, podrían escucharte-mencioné y de un momento a otro ella se sentó de nuevo.
-No le voy a hacer nada...aún-respondió Alan con una sonrisa lujuriosa.
-¿"Aún"?-preguntó Alice.
-Alice, tranquila, ellos no me llevarán a ningún lado, te lo prometo-dije.
-Yo no estaría seguro de eso-intervino Alan y volteé a verlo por décima vez-, porque de mí nadie se escapa.
-¿A dónde lo llevarán?-dijo Fred.
-Con nuestra manada, el Alfa mayor necesita verlo (o sea el padre de Alan)-respondió Kaled.
-¿Para qué?- santa Alice que no se calla, pensé.
-Digamos que por razones del destino tu amiguito se convirtió en mi pareja destinada, eso quiere decir que tendrá que irse conmigo-dijo Alan y después se cruzó de brazos.
-Escúchame bien, si veo que le pones una mano encima a William, juro que te asesinaré con mis propias manos.
-Pero qué mujer tan intimidante, eh. Mira cuánto miedo tengo-se burló Alan-. Escúchame, mujer, lo que dije no fue pregunta, ¿sí? Simplemente es una afirmación que se llevará a cabo, así que William será mío y si te interpones...me encargaré de que no vuelvas a ver la luz del sol de nuevo-sonrió Alan, con una mirada tan aterradora y autoritatoria. Era la mirada de un licántropo enojado.
-Yo...-Alice se congeló por completo con esa mirada y fue ahí cuando me levanté de mi asiento y hablé enojado con Alan.
-¿Qué nada es suficiente para ti?-mencioné- ¿Qué acaso no hay nada para que te largues de nuestras vidas normales?
Alan empezó a mirarme con intensidad: sentía como si estuviera márcandome con su mirada, como si quisiera tener mis palabras para él solo.
-¿Y para ti qué es normal?-preguntó, dándole un sorbo a su café.
-Lo que todo el mundo hace: vivir tranquilamente, sin tener que estar preocupados por algo anormal en sus vidas.
-¿Entonces estás diciendo que vivir tranquilamente es solamente normal?, sinceramente no estás considerando que lo normal no solamente puede ser tranquilidad. Cariño, ¿acaso no has llorado nunca?-una ceja se levantó de su rostro.
-Mira, idiota, si lloro o no, no quiere decir que...
-¿Que seas normal?-se burló- ¿Acaso estás tratando de decir que eres anormal? No te preocupes. Te acepto de todas maneras-sonrió.
-¡Estoy intentando decir que los malditos licántropos no son normales!-grité, al mismo tiempo que me levantaba de mi asiento. Todos se me quedaron viendo-. En pocas palabras, por si no entendiste, imbécil, es que quiero que te largues de mi vida, de mi familia. ¿¡De todas las personas que hay, un licántropo que se supone que no existen, fue el único en arruinar mi vida!?-sonreí con ironía-. Qué mierda, definitivamente esto es un sueño.
-Esa no es forma de hablarle a tu...-antes de que Alan terminara palabra alguna, Alice lo detuvo antes de que esto se convirtiera en una pelea intensa.
-¡Ya basta!-gritó, dando un ruido sordo en la mesa con sus manos-. Quiero que se callen la boca ya antes de que me desespere y los golpeé a ambos. Además, los padres de William aún sigues en la cocina, pueden venir en cualquier momento.
-O ya llegaron-intervino Iván en voz baja, viendo cómo mis padres entraban al comedor.
-Oh, Dios, lamento mucho la tardanza-dijo mi madre con una sonrisa, pero todos estábamos tensos por la pelea que ninguno de nosotros se atrevía a articular palabra alguna, o incluso una sonrisa-. ¿Sucedió algo?
Todos nos quedamos callados pero yo decidí hablar primero.
-Es mejor que me vaya ya.
-¿Pero por qué?-preguntó mi madre.
-Tengo trabajo que hacer, además...-volteé a ver a todos seriamente-, mi presencia no es muy bien requerida aquí-salí de la cocina y subí las escaleras para ir por mi traje. Definitivamente no iba a dejar mi traje ahí, me costó mucho.
-Hablaré con él-mencionó Alan y seguido de mí subió las escaleras hasta donde yo estaba.
La puerta estba cerrada así que Alan tocó tres veces antes de entrar.
-¿Qué quieres?-mencioné una vez abrí un poco la puerta, pero él tan pronto vió la puerta abierta la empujó para entrar y después cerrarla tras de sí-. Mierda, ¿qué rayos te pasa?...Ah, sí, lo olvidé: es que eres un licántropo lunático-sonreí burlonamente.
-¿Sigues con eso?-la mirada de él ahora era diferente, era de preocupación y...¿tristeza?
-¿Algún problema con eso? Simplemente digo la verdad.
-William, ya hemos tenido esta clase de conversación miles de veces, solo acéptalo-Alan se acercó a mi lentamente para después quedar enfrente de mí pero tan cerca;se podía ver que estábamos de la misma altura pero él, al menos, me ganaba por 2 o 3 centímetros, no era la gran cosa.
-¿Aceptarlo? ¿Crees que es tan fácil? Alan...
-Por favor, William. Dame al menos una oportunidad. Juro que haré lo que sea para hacerte feliz, juntos seremos felices, solo...dame una maldita oportunidad-posó sus manos en mis hombros y bajó su cabeza en pena-. Por favor.
Sinceramente no sabía qué decirle o hacer, pero algo dentro de mí me decía que le diera una oportunidad, pero...¿¡Qué mierda estoy haciendo!? ¡Podría utilizar esto como una oportunidad para escapar! Sé que nunca me lo perdonaría, pero...nunca sabremos hasta intentarlo.
-Está bien-dije, tratando de no parecer lo más obvio posible con mi plan-. Te daré una oportunidad, ¿escuchaste? Una.
-Sí, sí, gracias William-él me volvió a abrazar.
-Bueno, te di una oportunidad, no lo tires a la borda solo por este abrazo-dije,un poco molesto por el abrazo, pero a la vez triste por rechazarlo. ¿Qué mierda me pasa?
-Perdón-me soltó-. Oye, ¿te parece bien si antes de irnos me doy un baño? ¿Sí puedo usar el baño y un poco de tu ropa?-¿¡Cómo!? ¿Quiere que le preste mi preciada ropa?, pensé. Ah, lo que sea solo para escapar de sus garras.
-Claro-sonreí-. Estaré abajo esperándote, no tardes.
-Sí...,nos vemos-sonrió, pero era una sonrisa rara, ¿acaso habrá descubierto mi plan? No importa ya. Ahora tengo que salir de aquí rápidamente.
Bajé como loco las escaleras teniendo a la mano mi traje; pasé enfrente de la cocina lentamente para que no me descubrieran y salí de la mansión rápidamente, pero antes de que pudiera abrir la puerta de mi auto, mi hermana Amanda abrió la reja de la entrada.
-¡Oh, William!-me sonrió.
-¡Amanda!-le devolví rápidamente la sonrisa. ¿Y si utilizo a Amanda para tener una coartada?, pensé. Sí, así nadie pensará que me escapé de verdad-. Justo a tiempo.
-¿Por qué lo mencionas?-agarré rápidamente su brazo haciendo que ella se sorprendiera, y la puse del lado del copiloto, después me subí yo también y arranqué el auto.
-Espera, ¿a dónde vamos?
-A comer, ¿acaso no tienes hambre? (Aunque es muy temprano para eso. Y acabo de desayunar)-sonreí y después salí de la mansión con el auto a toda prisa-. No te preocupes, yo invito-le guiñé el ojo.
-Bien.
Pasamos un rato en silencio hasta que de la nada el auto empezó a dejar de moverse.
-No, no, no, ¡no!-grité-. Tiene que ser una maldita broma.
-¿Qué pasó?-preguntó Amanda.
-Nos quedamos sin gasolina, ah-dí un fuerte suspiro de enojo y después me toqué las sienes mientras apoyaba mi codo en la puerta-. Está bien, bájate-ella me hizo caso y después yo también me bajé-. Creo que hay una gasolinera a unos cuantos kilómetros de aquí, si caminamos hacia allá, quizá podríamos pedir ayuda para poder llevar el auto hasta allá o para traer unos cuantos litros para llenar el tanque.
-O podríamos llamar a alguien para que nos ayude-Amanda se cruzó de brazos.
-Sí, pero el problema es que no hay señal,¿sí? Y ni siquiera tengo mi celular- porque el imbécil de Alan me lo rompió, pensé.
-Qué tonto.
-¿Cómo?-antes de que pudiera seguir hablando con ella, se fue hacia la orilla de la carretera para poder ver hacia abajo, que había una pequeña pero peligrosa rampa de tierra que si bajabas ya no había forma de subir a menos que tuvieras ayuda de algo o alguien-. ¡Amanda! Quítate de ahí, es muy peligroso, podrías caerte.
-Tranquilo, no pasará nada, simplemente quiero ver-sonrió.
-Amanda, no te confíes.
-Ay, hermano, eres un gruñón, te van a salir canas por eso-se burló.
-Amanda, es en serio, no quiero que...-y, antes de que pudiera terminar mi frase, un grieta se empezó a crear justamente debajo de ella-. Amanda...
Ella volteó a verme rápidamente con una sonrisa asustada.
-Hermano.
-Amanda, no vayas a...
-¡Hermano!
-¡Amanda!- grité con todas mis fuerzas cuando ví que ella se caía por culpa de la grieta que se creó por el peso que ella ponía. Había caído a la rampa de tierra que daba hacia el bosque y había dado unas vueltas antes de caer inconsciente en la tierra-. ¡Amanda!
¿Qué es lo que...voy a hacer ahora?,pensé. Maldición.
ESTÁS LEYENDO
The first time.
Hombres LoboEl padre de William Clark (un empresario millonario) decide hacer una fiesta por el cumpleaños de su hija, Amanda Clark, y obliga a su hijo adoptivo (también empresario), William, a ir, pues hacía tiempo que no se veían. En el camino, William se de...