¡Sigo vivo! Jaja. Una gran disculpa por tardar en actualizar ^^, pero al fin aquí tienen su siguiente capítulo. Espero y lo disfruten.
Gracias por su paciencia. :)-----
-¡Agh! Ah.
-¡Alan!- Jeremy llegó rápidamente a donde estaba él, quien se encontraba agachado en el piso sufriendo de dolor-. Alan, ¿qué pasó? ¿Estás bien?
Jeremy intentó ayudar a Alan a poder levantarse pero este último se lo impidió con un manotazo.
-¿¡Crees que estoy bien!?-rugió Alan-. Ah, maldita sea-posó su cara entre sus piernas y sus manos en su pene. Su espalda estaba ligeramente curvada.
-No, pero dime, ¿qué rayos pasó?
-Iba...-dio un suspiro, pues apenas y podía respirar por el dolor-iba a ir por mis antibióticos pero...Agh, ya...ya no había-Alan señaló un mueble abierto pero que estaba vacío por dentro-, así que...Agh, los efectos...se terminaron y quedé así-se apretó con más fuerza su pene-. ¡Esta mierda del celo me está matando!
-Alan, tranquilízate, recuerda que William está aquí y que puede olerte más que nadie.
Alan alzó su cara para mirar atentamente y sorpresivamente a Jeremy, pero aquellas expresiones también eran acompañadas por una preocupación inmensa.
-¡William!, por favor, Jeremy..., impide que venga aquí, no quiero que venga; el celo se ha vuelto cada vez peor y si él está aquí...Ah, estoy seguro de que no podré resistirme-Alan volvió a dar otro quejido de dolor-. Por favor, Jeremy. No quiero que me odie.
-Está bien, Alan. Pero no creo poder detenerlo por mucho.
-¿Qué quieres decir con eso?-Alan, con una expresión adolorida y con preocupación, alzó una ceja mientras miraba escrutadoramente a Jeremy.
Jeremy suspiró y después se agachó para quedar a la altura de Alan.
-Alan, tu celo está empeorando y sabes bien que llegará el momento en el que no podrás soportarlo más.
-Sé a donde quieres llegar-dijo-. No, Jeremy, no quiero, no puedo. Le prometí que no haría nada que él no quisiera. Se lo prometí, Jeremy.
-Lo sé, pero...es imposible, Alan. Sabes bien que si lo sigues reprimiendo, ya no podrás controlarte después: lo atacarás fuertemente y no lo podrás tratar con delicadeza; él llorará y te pedirá miles de veces que pares, pero tú lo ignorarás y...
-¡Ya basta!-Alan miró a Jeremy con una mirada furibunda y frunció el ceño-. Eso jamás pasara..., simplemente no puedo.
Alan estaba lleno de odio, de arrepentimiento y de dolor. Una serie de sentimientos turbios llegó a él.
-Pero Alan, si no lo haces ahora con él, ambos sabemos que después se pondrá peor. Esta es la oportunidad para que termines con esto-Jeremy se levantó de donde estaba-. Por favor, Alan. Piensa en ello.
-Pero no puedo simplemente obligarlo. Lo haría pero necesito de su consentimiento. Ah, ahg, mierda. Esto está empeorando.
-Le llamaré a Kaled para que compre de los antibióticos si te niegas a hacerlo, pero toma a en cuenta que entre más tarde sea...peor se volverá la necesidad-Jeremy agarró su celular y después empezó a llamar a Kaled.
-¿Podrías encerrarme en una habitación, por favor?-dijo Alan.
-Lo pensaré-respondió Jeremy con una sonrisa-. Oh, Kaled, llamo para decirte...
-¡Ah! Mm...mierda, mierda. Joder-Alan empezó a intentar masturbarse pero eso no aminoró el dolor que sentía. Necesitaba de su mate, de William, pero bien sabía que no podía hacerlo sin el consentimiento de él; cuando un Alfa está en celo y ya tiene a su pareja, solamente podrá saciar su sed de sexo con su pareja. Los antibióticos no servían de mucho.
Alan intentó levantarse del suelo, pero en el intento tumbó una taza de cerámica de color negra que estaba en la mesa en la que se había apoyado para levantarse, cosa que hizo un fuerte ruido y que se quebrara la taza.
-Alan-dijo Jeremy una vez terminó su llamada-. ¿Estás bien?-fue rápidamente a ayudarlo a levantarse.
-Sí..., era mi taza favorita-sonrió débilmente. Parecía que estaba alucinando ya, y le era difícil mantener el equilibrio. Era como si estuviera borracho.
-Alan, tu olor es tan fuerte que ni siquiera puedo estar aquí-dijo Jeremy con una cara asqueada-. Intenta controlar tus hormonas.
-No puedo..., mi cuerpo está tan caliente y pide que lo atiendan; como sé que William está aquí, que es mi pareja, mi cuerpo tiende a soltar más hormonas para atraerlo. Ah, vaya mierda..., ¿no?-sonrió.
-Estás muy débil, déjame ayudarte-Jeremy agarró a Alan para poder levantarlo-. Te llevaré a a la cama.
Alan volteó a ver a Jeremy con una ceja levantada y después sonrió sensualmente.
-¿Tú también me quieres llevar a la cama?-dijo.
Jeremy se sorprendió rápidamente y en un sonrojo dijo:
-No seas mal pensado Alan-rodó los ojos-. Es para que descanses, Kaled ya viene en camino.
-Vamos, sé que soy deseable- Alan estaba a punto de besar a Jeremy, pero este último lo impidió rápidamente.
-Déjate tus idioteces. De tanto dolor que estás sufriendo ya estás desorientado.
Ambos empezaron a subir las escaleras mientras uno se apoyaba del otro para poder subir cada escalón de abedul. Cuando llegaron al último escalón, Jeremy se dedicó a abrir la quinta puerta del pasillo derecho de la planta de arriba. Alan se acercó a la cama y se sentó. Él estaba tan caliente, su cuerpo estaba hirviendo, su pene estaba tan bien despierto que jamás podría parar de jugar; su cuerpo necesitaba de una gran necesidad de ser tocado por su pareja y de tocarla.
-Te quedarás aquí y cerraré la puerta-dijo Jeremy.
Alan asintió y Jeremy se dedicó a ir hacia la salida, pero, antes de salir, alguien se lo impidió...----------
Estaba apoyado en el regaso de Amanda, pudiendo escuchar cómo su cuerpo se levantaba ligeramente por el aire que inhala por los pulmones.
¡Pero aquel maldito y excitante olor no me dejaba tranquilo! Necesitaba saber de dónde provenía aquel olor, me excitaba tanto y me estaba, por alguna extraña razón, poniendo caliente.
Mi cuerpo sudaba, mi pene se había despertado, estaba un poco sonrojado y mi respiración era rápida. ¿¡Qué mierda me estaba pasando!?
Cuando estaba sumergido en mis pensamientos, en vez del placer que desearía tener ahora, escuché el fuerte ruido de algo quebrarse. Quería ver qué sucedía abajo, pero Jeremy se hubiese enojado y quién sabe qué hubiera podido hacerme. Ignoré aquel ruido.
Pero poco después, el olor que me excitaba ahora era más fuerte, era irresistible. Era como si aquel olor estuviera ahora en la planta de arriba. No podía soportarlo más y decidí salir de la habitación.
-William-Amanda alargó su mano hasta llegar con la mía, e impidió que siguiera con mi caminar. Su mirada era triste y débil. No a vuelto a dormir desde que se despertó-. ¿A dónde vas?
-Amanda...-volteé a verla-, iré por tu comida-mentí-. Jeremy ya se tardó demasiado.
-No es necesario. Quiero que te quedes aquí conmigo-sus ojos estaban soñolientos y dio un bostezo. Tenía sueño pero se negaba a dormir.
-Amanda, tienes que comer algo-tomaba en cuenta el hecho de que no iba a ir por su comida. Empezaba a sentirme mal-, además...-dí un suspiro para controlar la excitación de aquel olor-, tienes que dormir.
-No quiero dormir-hizo un mohín.
-¿Por?
La cabeza de Amanda cayó con gracia y tristeza. La preocupación no tardó en estar presente en mí.
-Porque si lo hago...-giró su cabeza hacia un lado-, cuando despierte ya no estarás tú. Estaré sola..., de nuevo.
-Por supuesto que no-fui rápidamente hacia ella y le puse mi mano izquierda en su mejilla. Rogaba porque me dejara ir rápido. No podía soportar más el dolor que se creaba en mí-. Jamás te dejaría sola, Amanda.
-Sí, como lo hiciste hace años-dijo con ironía.
Tenía razón.
-Bueno, pero en ese entonces era aún joven y no pensaba bien en mis acciones. Pero ahora...-agarré sus manos, juntándolas con las mías-, ahora he cambiado, ambos. Y ya estamos juntos; te prometo que jamás te dejaré..., jamás. Agh-dí un pequeño quejido de dolor.
-William, ¿estás bien?-me levanté.
-Sí, sí, no es nada-me dirigí hacia la puerta-. Bueno, me iré-le sonreí.
Antes de que pudiera cerrar la puerta, ella me dijo sus últimas palabras:
-Gracias..., William.
Solo giré mi cabeza a un lado para que supiera que la escuché, y la vi por último con el rabillo del ojo. Cerré la puerta después.
Ahora sí, iba a saber de dónde era ese olor. Pero cuando salí de la habitación el olor se intensificó demasiado, y decidí guiarme por aquel olor.
Seguí caminado cuando de repente el olor me guió a una de las habitaciones del pasillo derecho. Era la quinta puerta.
Vacilante, acerqué mi mano al picaporte dorado y, antes de poder llegar a sentirla, la puerta se abrió y pude ver a alguien que jamás me hubiese esperado.
-¿Jeremy?
-¿William?
Dijimos al unísono.
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The first time.
Loup-garouEl padre de William Clark (un empresario millonario) decide hacer una fiesta por el cumpleaños de su hija, Amanda Clark, y obliga a su hijo adoptivo (también empresario), William, a ir, pues hacía tiempo que no se veían. En el camino, William se de...