Capítulo XX

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-¿Es este...su mundo?-pregunté, anonadado por el increíble paisaje que estaba justo frente a mis ojos. ¡El mundo de los licántropos era tan hermoso!
-Así es, Luna-respondió Kaled-. Ahora necesitamos ir con el Alfa mayor. Debe de saber que ya regresamos.
-Tienes razón-mencionó Alan-. Vámonos.
-Y...el Alfa mayor es tu padre, ¿no, Alan?-dije.
-Así es, pero él ya está llegando a la edad de tener que dar su puesto a su hijo mayor, o sea yo.
-¿Cuántos hermanos tienes?-empezábamos a caminar por el pasto y podía ver que ya nos acercábamos a la hermosa aldea.
-Cuatro: un hermano menor, dos gemelos mayores al menor y yo, el hermano mayor-sonrió.
-¿Solo hombres? ¿Ni una mujer?- empezaba a creer que me iba a aburrir sin una mujer a quien coquetearle. Pero tengo a Alan, pensé. ¿¡pero qué mierda acabo de decir!? Maldición.
-Bueno...tenía una hermana menor pero ella está...
Sus palabras se detuvieron por un instante y nuestra plática se detuvo, solo se escuchaban nuestros pasos impactando con el camino de grava que tenía la aldea. Fue entonces cuando entendí lo que Alan intentaba decir.
-¿Muerta?-atreví a decir. Él asintió melancólico y yo desvié mi mirada hacia un par de niños que estaban jugando por ahí. Me recordó a Alice, Fred y a mí, jugábamos así antes. ¿Cuándo fue que nos distanciamos? Creo que fue desde que me fuí, desde que me alejé de ello. Todo por mi egoísmo-. Lo lamento.
-No te preocupes, ya es cosa del pasado, ahora importa el presente- ¿el presente?, pensé, ¿y qué si en el presente estás igual que en el pasado? ¿Y qué hay del futuro?
-Sí.
Cuando íbamos a medio camino un par de aldeanos o licántropos, se acercaron felizmente hacia nosotros, o bueno, hacia Alan, al menos.
-¡Miren! ¡El Hijo del Alfa mayor regresó!-gritó un chico de por ahí, y todos gritaron emocionados.
-¡Alfa! ¿Cómo le fue? ¿Encontró a nuestra Luna, a su pareja?-una chica de cabellos cafés y ojos verdes preguntó. Me llamó la atención esa chica. Quizá podría divertirme un poco estando aquí.
-Me fue excelente-sonrió Alan-, y los demás no se preocupen, porque la Luna de la Manada Roja ya está aquí.
-¿¡En serio!?-dijeron todos.
-¿En dónde está Alfa?-preguntó la chica.
-Manada Roja, les presento a mi mate y Luna...-Alan me agarró de la cintura y después me dio un beso. Rápidamente intenté alejarme pero me lo impidió.
-Disculpe el atrevimiento, Alfa, pero...¿este humano de aquí es la Luna de la Manada Roja?-preguntó otro chico de por ahí.
-Así es.
-¡Pero es un humano!-gritó una mujer.
-¡Y es un hombre! ¿Cómo podría conseguirnos herederos?-intervino el chico de antes. Lo maldije por decir tales palabras. ¿Y qué si soy hombre?, pensé. Además ni creas que quiero tener mocoso, aunque eso lo creo totalmente imposible porque soy hombre, pero, como me dijo Alan, sí puedo llegar a tenerlos. Pero sinceramente no estoy de a acuerdo con eso y ni siquiera se sabe con exactitud-. Necesitamos de una mujer digna de tener hijos, no un hombre.
Bajé la cabeza con pena. ¿Por qué mierda lo hacía? Yo jamás me dejaba avergonzar por los demás. ¡Maldigo esta maldita transformación de Omega o...tal vez de Alfa!
-¿¡Cómo se atreven a decir eso frente a la pareja del Alfa!? Serán castigados por su...-antes de que Kaled siguiera hablando, Alan le puso la mano en una señal de que se detuviera.
-¿Y qué si es un hombre?- Alan me agarró más de la cintura- ¿Y qué si no puede llegar a tener a mis hijos? ¡Nuestra madre Luna lo escogió por alguna razón y ahora es de los nuestros! Ahora es mi pareja, mi otra mitad...-Alan volteó a verme con una sonrisa-, mi todo. Así que aquellos que estén en contra de su nueva Luna pueden irse a otra manda con una mejor Luna y no molestarse en regresar aquí. Así que...¿quién está dispuesto?
Todos se quedaron en silencio por un momento.
》Eso pense-continuó Alan-. Ahora vámonos- me agarró de la mano para después seguir con nuestro camino hacia la casa del Alfa mayor, pero antes de seguir con nuestro caminar, unos lobos altos, fuertes y feroces se pusieron en nuestro camino: eran cuatro lobos de color negro.
-No puede ser-dijo Jeremy, y de pronto volteé a ver a Alan: tenía una mirada feroz y tenía el ceño fruncido. ¿Qué estaba pasando?
Entonces, un lobo más grande que los de color negro empezó a aparecer enfrente de nosotros y caminó en medio de los lobos(dos de cada lado)para poder llegar hasta nosotros. Era un lobo blanco y tenía como una especie de signo en su cabeza, lo tenía pegado al pelaje y brillaba: era do color dorada y se veía realmente especial; también, aquel lobo, tenía un collar igual al que traía Alan. Eso quería decir que ese lobo era de la familia del Alfa mayor, pero ¿quién sería? Para que tenga guardias y ese signo que se veía especial probablemente sea...¿¡el Alfa mayor!? No lo creo, no puede ser, no podría...
-¿A dónde creen que van?- fue entonces cuando aquel lobo blanco empezó a destransformarse al igual que Alan: con esos rayos de luz azul que lo rodeaban, pero este también tenía dorado.
Cuando terminó la transformación..., un hombre potente, guapo, con los mismos rasgos que Alan, y desnudo, apareció enfrente de nosotros.
-Gusto en verte..., padre-respondió Alan.

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