Capítulo XXXVIII

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¡Feliz día de la independencia, gente! 😀 🇲🇽 🥳 Espero y hayan pasado un buen día.
Como regalo o festejo por este día tan especial, les dejo un nuevo capítulo ^^
Espero y lo disfruten.
¡Hasta la próxima! :D

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Salí rápidamente de la mansión y me dirigí hacia el consultorio de Seth. esperaba y él pudiera ayudarme.
Cuando llegué (que por cierto ya estaba sudando, y más con el traje que traía) toqué la puerta sin pensarlo dos veces.
-¡Seth! ¡Seth!-grité.
-¡Ay, ya voy, ya voy!-esuché la voz de Seth que se hacía cada vez más fuerte, pues sabía bien que se estaba acercando hacia mí.
-¡Seth!
-Ah, maldición, ¿quién es el que tiene la osadía de interrumpir en mi consultorio?-dijo mientras abría la puerta y, de repente, la sorpresa apareció en su rostro-. ¿¡Luna!? Digo..., ¿William?
-Ah, Seth, qué bueno que estás. Déjame entrar-me acerqué a la puerta para poder entrar.
-Claro, claro, pasa-Seth se hizo a un lado para dejarme pasar.
Llegué a los asientos de la sala de espera y me tumbé en uno de ellos.
》Sí, siéntete como en casa-se burló-. Mi consultorio aún no abre, ¿qué haces aquí?-se quedó apoyado en la pared de la entrada y después cruzó los brazos, haciendo lo mismo con sus piernas.
Le di un vistazo a su rostro y después al techo.
-Seth..., tengo algo...que contarte.
-¿Qué es? Soy todo oídos.
-Es..., sobre esto-le señalé la venda que tenía puesta en mi cuello.
-¿Te lastimaste? ¿Es grabe? ¿Quieres que te revise?-Seth dejó su posición actual y se acercó a mí, pero antes de que pudiera tocar mi cuello lo detuve por completo.
-No, no. Estoy bien, no tienes que hacer eso.
-Entonces, si no es eso,  ¿para qué viniste? No me digas que a pasar el rato conmigo-sonrió.
-No. Seth...
-¿Sí?
-Creo que estoy...embarazado.
Ambos nos quedamos callados por unos segundos que para mí fueron eternos. Luego, Seth decidió hablar primero.
-¿Quieres que te haga una revisión?-preguntó, aún con la mirada en el suelo y sentado en la orilla del sillón que estaba a mi derecha: un sillón para una sola persona.
Me sorprendí un poco por su reacción.
-Espera..., ¿no vas a hacer algo como..., no sé, gritarme?-lo miré fijamente y después él me miró a mí.
Una grande sonrisa se dibujó en aquel rostro suyo.
-¿Por quién me tomas, tontito?-se acercó a mí y me despeinó, yo gruñí un poco por ello-. Ay, vamos, no fue para tanto.
-Bueno, pensé que tú...
-¿Que no lo tomaría a la ligera? Por Dios, William, para nosotros los licántropos tener un hijo es una gran bendición de la madre Luna, es el sueño de todo Omega o...Alfa-dijo Seth, mirándome de pies a cabeza-. Bueno, ¿continuamos?-con su dedo índice me señaló.
-Sí y...gracias.
-No me lo agradezcas, haría lo que fuera por mis amigos-dijo Seth mientras ponía una pose un poco...rara.
-¿Amigo?
-Sip-sonrió.
-¿Estás diciendo que soy tu amigo?-nos acabamos de conocer ayer, pensé.
-Claro que sí, ¿por qué?, ¿tú no lo quieres ser?-su sonrisa se desdibujó y rápidamente actué.
-No, digo..., claro que sí. Sí, por supuesto, ¿por qué no?-sonreí logrando la sonrisa más creíble posible.
-Bueno, eso es bueno. Ahora acuéstate en el sillón, por favor.
¿Acabo de ser ignorado?, pensé.
-Sí-acentí e hice lo que dijo.
-¿Desde hace cuánto que lo estás?-se acercó a mí y empezó a desabrochar mi blusa.
-Bueno, lo acabábamos de hacer anoche.
-Y supongo que es también de Alan, ¿no?-dijo mientras terminaba de desabrocharme la blusa.
-Sí-dije un poco avergonzado.
-Bien. Ahora veo el porqué de esa venda; fue una noche salvaje, ¿no?-sonrió.
-Algo así.
-Muy bien. Ahora, no podré hacerte un ultrasonido aún porque el feto todavía no es visible y apenas se está desarrollando. Como al mes podrá verse, así que, si quieres, puedes venir dentro de ese tiempo para verlo.
-Está bien.
-Lo único que puedo hacer, como licántropo, es que puedo oler al feto. Su olor todavía no es tan fuerte, pero si hueles desde cerca y prestas atención, entonces podrás captar que estás en proceso de embarazo.
-Wow, los licántropos sí que tiene un buen sentido del olfato-sonreí.
-Sí. Ahora, veamos-Seth acercó su rostro a mi estómago, tanto que pude sentir su nariz junto con su respiración, tan caliente y fría a la vez; inhaló y después exhaló, cosa que me puso un poco incómodo.
-¿Qué pasó?-dije una vez él terminó de olerme.
Se separó de mí y después me sonrió alegremente.
-¡Felicidades, estás embarazado!
-Ay, por Dios, pensé que iba a ser algo peor-suspiré-. Así que embarazado, eh.
Me abroché la blusa y me arreglé por completo. Después me levanté de mí asiento.
-¿Qué pasa? ¿No estás feliz?-la preocupación no tardó en aparecer en su rostro.
-No es eso..., es solo que...nunca me imaginé criando a un mocoso.
-Niño-corrigió Seth, mirándome con los brazos cruzados.
-Sí, como sea. Además, no sé si seré un buen padre o si los demás lo tomarán bien.
-William, escúchame.
Volteé a verlo.
》Claro que serás un buen padre. Y todos te apoyaremos, te lo prometo. Jamás dudes de tí mismo, William.
-Seth...
-Pero ahora que estás embarazado tendrás que tomar varias medidas de precaución. Por ejemplo, nada de comida chatarra -sonrió.
-Vaya, y yo que pensé que me estabas animando-nos quedamos en silencio por 3 segundos y después nos reímos a carcajadas fuertemente.
-Ay, Dios. De verdad que eres gracioso-mencionó.
-Por supuesto, todos me aman-sonreí y después me dirigí hacia la salida.
-Ey, ¿ya te vas?-alzó una ceja.
-Sí, necesito regresar.
-Vamos, te acompaño-antes de que cerrara la puerta lo detuve.
-No, no tienes que hacerlo.
-Vamos, claro que sí. Además estás embarazado, necesitas de alguien que te cuide.
Fruncí el ceño por completo.
-Seth, soy lo suficientemente mayor para cuidarme a mí mismo. No necesito a nadie.
-Me refería al bebé, William. Aunque todavía no se haya desarrollado aún, tienes que cuidarte. Si el bebé llega a ser un licántropo, lo más probable es de que se desarrolle más rápido.
-Lo sé, pero de verdad no tienes que acompañarme. Seth, estaré bien.
Seth se quedó en silencio por unos segundos y después asintió.
-Bien, pero cualquier cosa por favor llámame-sacó de su bolsillo derecho una tarjeta con datos y después me la dio-. Toma, es mi número.
-Gracias-salí de ahí y solo pude escuchar un grito de parte de él:
-¡Recuerda venir el próximo mes para la revisión!¡Y cualquier duda ven a verme!
Yo solo le alcé la mano en forma de despedida mientras estaba de espaldas hacia el, caminando ya hacia mi destino.
-Así que embarazado, eh-susurré mientras acariciaba mi abdomen-. Definitivamente me convertí en la persona que menos quería llegar a ser.
Habían pasado ya unas horas desde que había dejado el consultorio de Seth, y sinceramente no sabía qué había pasado con el camino de regreso a la mansión.
Estaba perdido. Perdido en un camino de piedra con bancas y faroles que estaban en este bosque tan bello y hermoso; a mi izquierda estaba un grande río que hacía continuación con el camino por donde pasaba y, a mi derecha, solo había árboles y más árboles.
Recordaba haber pasado por una parte del pueblo moderno, pero me desvié del camino aquel y ahora llegué hasta aquí.
Ya llevaba tiempo caminando por aquí, tanto que hasta parecía como si estuviera andando en círculos.
-Tengo hambre y sueño-me dije a mí mismo-. ¿En dónde estoy?
Y, de repente, pude captar a una persona con una capa grande de color negro que tenía un gorro cubriendo el rostro de aquella persona.
Rápidamente me dirigí hacia esa persona.
》Disculpa-dije y esa persona volteó a verme-. Ah, qué alivio encontrar a alguien. ¿Sabes en dónde estamos? Necesito regresar a la mansión del Alfa mayor. Es el territorio de la Manada Roja.
-¿Manada Roja?-la voz de esa persona era la de una mujer, tan suave y a la vez tétrica.
Sentía que algo andaba mal.
-Así es-dije, sin mostrar miedo alguno.
-¿Acaso eres alguien especial de ahí?
Tragué saliva.
-Sí..., soy...la Luna de aquella manada.
-Así que tú eres, eh.
-¿De qué estás hablando?-ella se acercó a mí y yo empecé a retroceder a cada paso que daba.
Con su mano derecha se quitó el gorro de la capa y pude ver un hermoso rostro de una mujer; su cabello era de un rosa curioso claro con una línea blanca que se notaba demasiado en su cabello; su piel era tan blanca como la nieve; sus ojos eran de un rojo intenso, casi como los de Alan cuandose enojaba o estabaencelo; su nariz era delgada y sus labios se veían tan suaves y rojizos.
Ella sonrió alegremente y dejó a la vista unos colmillos tan afilados y brillante.
¿Un...vampiro?, pensé.
-Así es, cachorrito. Soy un vampiro-dijo.
-¿Qué haces aquí? Pensé que aquí era propiedad de los licántropos-volví a retroceder.
-Oh, lo es, pero...¿sabías que existe a lo que se le llama "incursión "?
-Sí-volí a retroceder.
-Pues justamente eso hicimos-volvió a sonreí.
-¿Pero qué hacen aquí? ¿Cómo entraron?
-Solo te diré que existen pociones, magia para poder hacer creerle a los demás de que eres alguien más.
-¿Y...qué hacen aquí? ¿Qué es lo que quieren?-pregunté, aún retrocediendo, pues tenía a un hijo qué proteger (lo sé, no era algo típico de mí, pero al menos lo veía como una nueva oportunidad); súbitamente, pude sentir cómo mi espalda tocaba algo rígido, cosa que hizo que me detuviera por completo.
Volteé atrás de mí para ver de qué se trataba. Pude darme cuenta de que era otro vampiro con la misma capa negra que aquella mujer. No podía verle el rostro.
La vampira se me acercó y, con su rostro cerca del mío, susurró:
-Te queremos a tí..., Luna.
Después, hizo una señal con la cabeza después de alejarse de mí, esto con la intención de hacer que el vampiro que estaba detrás de mí me pusiera un paño con cloroformo.
-Dulces sueños-susurró el que me tenía ahora sujeto. No pude distinguir su sexo, pues aquel químico ya estaba haciendo efecto en mí.
Lo último que ví fue el hermoso crepúsculo vespertino de aquel lugar.
Después, caí en un sueño completo de pura oscuridad.

The first time.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora