(El de la imágen es Chris :D).
Ethan.
-¿Un intercambio?-mencionó Alan.
-Su alma a cambio de ese poder que tiene ahora.
-¿Cómo puedes hacerle eso a tu esposa?-dije.
-Admito que no estuve de acuerdo con eso al inicio, pero ella lo quería, no podía rechazarla. Además, así tendríamos más oportunidades de matarte.
-Eres horrible.
-Y me fascina-rio-. Cariño..., puedes empezar.
En menos de 5 segundos, aquella mujer (o monstruo) ya tenía a Alan herido gravemente, pues lo había lanzado fuertemente hacia la pared de mi derecha.
-¡Alan!
-Mírame-Chris me agarró fuertemente de la barbilla, obligándome a mirarlo-, aquí está tu oponente, no allá.
-Eres un imbécil-rugí.
-Gracias-me dio un fuerte puñetazo en el rostro y escupí sangre.
¡Mierda! ¡Todo se fue a la mierda! Y nuestros hombres siguen peleando allá afuera, no podíamos dejar que nos derrotaran así de fácil.
No podía. Simplemente no podía.
Con todas mis fuerzas, me levanté del piso y, lleno completamente de sangre, me transformé en lobo: un lobo grande y fuerte, originalmente de color blanco, pero la sangre sustituyó ese agradable color.
-Vaya, veo que tu transformación es igual de impactante que tu persistencia-sonrió-. Vamos a ver qué tanto duras.
Cuando se abalanzó hacia mí, lo esquivé rápidamente y le di una fuerte mordida en su hombro, haciendo que se retirarse de mí con un horrible dolor.
》Maldito...-jadeó.
-¿Por qué no te transformas? Con esa forma jamás tendrás oportunidad contra mí-dije.
Él escupió sangre y, quitándose la mano llena de sangre de su hombro ensangrentado, dijo:
-Mi transformación ahora no es necesaria y ni es de tu incumbencia.
-Qué arrogante.
-Me alagas-se abalanzó otra vez hacia mí y lo esquivé de nuevo.Alan.
-Ah...agh, tsk-dije, con un dolor insoportable en mi abdomen ensangrentado; esa mujer me había lanzado fuertemente y me había abierto aún más la herida que tenía en mi abdomen.
Esto no puede empeorar, pensé, ¿o sí?
Mi padre estaba luchando con ese maldito de Chris, y no podía dejarlo solo. Era el único en pie y el único que estaba haciendo esto con ahínco.
Yo también debo de levantarme, pensé. No soy débil.
Para nada débil.
Me levanté lentamente y fulminé con la mirada a aquella mujer, quien iba a caer bajo mis garras.
Se metió con el lobo equivocado, pensé.
-¿Sigues vivo?-su voz era seca, sin vida, como si hubiera perdido por completo la humanidad, el control de sí misma; era claro: había perdido su alma, pero aún seguía ahí, con vida.
Como una marioneta.
Sonreí.
-Te cambiaré las cuerdas-mencioné.
-¿Cómo?-giró su cabeza hacia un lado.
También perdió la comprensión de las palabras, pensé. ¿Perdió todo solo por poder? No. Tenía a Chris.
Pero pronto uno de los dos ya no estará.
Me posicioné en forma de combate, listo para pelear.
-Ven.
Ella no dijo nada y simplemente corrió hacia mí y me tumbó de un fuerte golpe contra la pared.
¿¡Su fuerza incrementó!?, pensé. Es imposible.
Abrí los ojos tanto como pude, expresando la sorpresa que había causado en mí esa mujer.
-No te sorprendas-mencionó Chris, concentrado aún con la pelea con mi padre; me dio una mirada rápida mientras decía-: es mi esposa, ¿qué esperabas?
Mi padre peleaba con Chris y yo con este monstruo.
Ella estaba a punto de irse, pero volví a levantarme con todas mis fuerzas.
No iba a caer tan fácilmente; nadie me derribará tan fácil.
-A...aun no termino contigo-dije, escupiendo sangre.
-¿Mm...?-volteó a verme y después rio: una sonrisa igual de macabra que la de Chris-. Qué fastidio. De verdad que nunca te mueres.
-Tendrás que hacer...-escupí sangre-mucho más que eso para poder lograrlo.
-Tsk. Odio tu arrogancia-se abalanzó hacia mí y la esquivé rápidamente y, agarrando su mano, dije:
-No es arrogancia, sino persistencia-aplasté el nervio de su muñeca, haciendo que ella se posara de rodillas mientras escuchaba su clamor, y después le di una fuerte patada en el rostro, empujándola hasta el otro lado de la habitación.
-¡Cristella!-gritó Chris, pero mi padre lo detuvo antes de siquiera poder tocarla.
Se destransformó, usando aquella habilidad especial para seguir con la ropa puesta.
-¡Tu pelea está aquí, no allá!-gritó mi padre, agarrando a Chris del cabello y pegando fuertemente su cabeza contra el escritorio-. ¿Estás satisfecho, eh?-volvió a darle otro golpe-. ¿Es esta tu venganza?-otro golpe, ya sacándole sangre; susurrándole, dijo-: me das lástima.
Y dio un último golpe, haciendo que Chris se tumbara en el piso de dolor.
-¡Padre!-grité.
-Alan-sonrió, dirigiéndose hacia mí con alegría-. Lo logramos.
-Sí...-lo vi caminar hacia mí con una alegre sonrisa-, lo logra...-caminó hacia mí, sí, con aquella sonrisa despreocupada que me hacía pensar que ya había terminado todo.
Qué equivocado estaba en ese entonces.
-Iremos a casa con otra vic...
Y ahí estaba...
Chris con una espada en su mano...
Y mi padre con la espada encajada en su corazón..., en el pecho.
Justo ahí.
Derramando ese líquido carmesí que tanto aborrecía.
Porque me recordaba a mi hermana.
¿Ahora seguía mi padre?
-¡PADRE!- grité con todas mis fuerzas, pudiendo sentir la ira apoderarse de mí; pudiendo sentir la tristeza inmensa y soledad que creó él.
Pudiendo escuchar el cómo mis dientes rechinaban por el odio inmenso que incrementaba a cada movimiento que hacía Chris.
-A...A...Al...an. Ah, ah....-mencionó mi padre, apenas pudiendo hablar y con la boca llena de sangre.
Su cuerpo ya no podía soportarlo más, así que calló al suelo, pudiendo escuchar aquel sonido cuando sacas la espada del cuerpo a quien se lo encajaste; mi padre, repleto de sangre y heridas, yacía en el suelo, apenas dando su último aliento, mientras que Chris, con su espada llena de la sangre de mi padre, hacía mofa de lo que había hecho.
Estaba ahí parado, riéndose alegremente como todo un jodido loco.
¡Como si esto fuera un puto juego!
-Padre-susurré.
Dejó de reírse pero con su sonrisa aún remarcada en su rostro, me miró, y dijo:
-No llores. Tú serás el próximo; pronto estarás con tu padre, mocoso.
¿Que seré el próximo, dijo?, pensé. Sonreí macabramente.
Eso ya lo veremos.
-Ah- posé mi mano en mi rostro, tapándomelo, y miré hacia arriba sonriendo-, pero ni tienes los huevos para hacerlo.
-¿Qué dijiste?- dijo, con su voz de Alfa aún de potente.
-Lo que escuchaste-suspiré.
Estaba enojado y triste. Me sentía fatal.
Unos horribles pensamientos pasaban por mi mente.
Unas voces me hablaban.
Mátalo.
Descuartízalo.
¡Cómelo! Mátalo.
Joder joder joder.
-Maldito perro, vamos a ver si como ladras muerdes-acercándose a mí, alzó su espada afilada y, justo en ese instante, como si el tiempo se hubiera detenido o ido más lento, pude ver mi reflejo en su espada repleta de sangre: ahí estaba yo, mi mirada, con un ojo tan rojo y brillante, junto con uno de un dorado intenso, y estaba llorando sangre..., lágrimas de sangre.
Podía verme claramente en ese reflejo, pudiendo ver a una bestia a través de ahí; su espada brillaba intensamente.
Había destellos dorados y azules alrededor de mí, como si estuviera transformándome sin mi consentimiento.
¿Qué era esto? Sentía como si ya no tuviera el control de mi cuerpo.
Me había convertido...en una bestia.
La idea me perturbaba.
Y el tiempo dejó de detenerse y ahora estaba detrás de Chris, como si me hubiera teletransportado rápidamente.
Su espada quedó por unos segundos atorada en el piso de madera.
-E...eso-dijo, sorprendido por mi transformación-. No es posible..., ¿¡cómo!?
Me acerqué lentamente hacia él, furioso.
Completamente furioso.
Ah, sí, pensé. Definitivamente lo mataré.
》¿¡Cómo es posible que tengas esa transformación!?-gritó, alejándose lentamente de mí a cada paso que daba.
Rugí ferozmente, pero antes de morderlo, recibí un fuerte golpe en las costillas, tumbándome hacia el escritorio.
Había sido esa estúpida mujer.
¿Cómo pude olvidarla?
-¡AH!-grité, aun más furioso.
Me levanté y miré con rabia a ese monstruo.
-Ven..., lobito.
Me lancé hacia ella y esquivó mi ataque, después me dio un golpe en el lomo, haciéndome rugir más.
Sentía pesado el cuerpo, pero tenía que continuar. Tenía que seguir.
Me lancé hacia ella y pude mordele con ferocidad el brazo, haciéndola sangrar mucho.
-¡Maldito perro!-Chris llegó hasta a mí, pero mi padre, aún con vida, lo detuvo con su mano, y sonriendo dijo:
-"Tu oponente está aquí, no allá".
-Tsk, ¿¡aun no te has muerto!?-quitó la mano de mi padre y después le aplastó la cabeza con su horrible bota de piel; le dio varios golpes-. ¡Muérete de una maldita vez! ¡Muérete! ¡Muérete!
-¡Padre!-antes de ir con él, aquella mujer me tumbó y me dio un fuerte golpe.
-¿E...e...so es...todo lo que...tienes?-dijo mi padre en un sonrisa.
¿¡Por qué se estaba torturando de esa manera!? Ya no podía soportarlo más, si continuaba así...
-¡Hijo de puta!-dio más golpes en su cabeza, pero ahora más fuertes que antes.
Mi padre dejó de decir palabra alguna.
Fue cuando supe que...
-Maldito-dije-. Eres un maldito hijo de puta-lo fulminé con la mirada y pude sentir la ira quemándome las venas; agarré a la maldita mujer que me tenía sujeto y la lancé hacia la pared y fui tras ella, y, con mi hocico cerca de su cuello, Chris dijo:
-No...Ni se te ocurra-tragó saliva.
-Lo hubieras pensado mejor antes de matarlo-abrí en grande mi hocico, mostrando mis afilados y grandes colmillos, y, después, con todas mis fuerzas, clavé mi hocico en el cuello de aquella mujer, pudiendo sentir por completo su sangre y los discos de la columna vertebral.
Mi hocico era demasiado grande, así que su cuello cabía a la perfección en mi hocico.
Prácticamente...le arranqué la cabeza.
-¡CRISTELLA! ¡CRISTELLA!-gritó con todas sus fuerzas, haciendo temblar el lugar por completo; podía sentir su furia, su tristeza inmensa-. ¡AH! ¡AH!- sus gritos de dolor eran horribles. Estaba llorando, y decidió acercarse rápidamente hacia ella-. Cristella...oh, mi amada Cristella. ¡Ah! Dios santo-sus sollozos...Era digno de sentir aquel dolor.
Me acerqué a él, con la sangre escurriéndose por mi hocico.
Él volteó a verme con el ceño fruncido tan horrible que hasta parecía que le dolía mucho eso pero no le importaba.
Ya perdió algo tan importante, así que lo demás ya no le importaba.
-¿Ahora sabes lo que siento?-dije.
-Maldito...-siguió fulminándome con aquella mirada suya-. Eres un maldito...¡ERES UN MALDITO HIJO DE PERRA!-gritó y de un momento a otro todo empezó a temblar-. ¡TE ATREVES A VENIR AQUÍ CON TU PUTO PADRE A ARRUINAR TODO Y ENCIMA A MATAR A MI ESPOSA! ¿¡CREES QUE TE PERDONARÉ LO QUE ACABAS DE HACER!?- dejó a su esposa tirada y, con el rostro lleno de sangre con lágrimas, se acercó a mí.
Restrocedí un poco.
-No.
-Bien, pues si pelear es lo que deseas...¡aquí estoy imbécil!-antes de que me diera tiempo a reaccionar, me golpeó fuertemente en el hocico y sangre demasiado. Me tambaleé.
¿¡Cómo mierda!?, pensé. No se ha transformado y tiene toda esa fuerza.
》¿Qué? ¿Cansado? Ven y pelea, perro.
-Con gusto-me lancé hacia él y lo esquivó, haciendo yo lo mismo en un golpe que hizo.
En una distracción que tuve, me golpeó fuertemente y me empujó por la ventana, haciendo que esta se quebrara y llegara al balcón.
Se acercó a mí, con toda esa bruma oscura que lo rodeaba.
De verdad era el demonio.
Me destransformé y fue ahí cuando me agarró del cuello y me empezó a ahorcar.
Aún seguía teniendo el poder de la transformación tan impactante que había tenido anteriormente.
Me levantó del suelo mientras me ahorcaba.
Sus ojos rojos brillaban con intensidad y miraban mis ojos rojos y amarillos.
Nos miramos fijamente.
-Este es tu maldito fin, Alan.
-¿D...de verdad?-apenas podía hablar.
Él dejó de ahorcarme para poder voltearme y apoyarme bocabajo en la barda del balcón. Después se posó detrás de mí y jaló de mi cabello hacia atrás.
-¡Mira todas esas malditas personas, Alan!-podía ver claramente a toda mi manda luchando contra la de Chris.
Era un guerra fatal.
Y la había perdido.
》Todos están luchando, dando sus vidas solo por tí. Pero mírate, estás aquí, tan débil y a punto de morir. Están jodidos.
-Te equivocas.
-¿Qué?
-No están luchando por mí, ni por mi familia-lo miré fijamente-, sino por la manada.
Él se rio fuertemente.
Su risa se detuvo segundos después y me golpeó contra el balcón.
Más sangre salió de mi nariz.
-Eres igual a tu padre: un maldito arrogante que cree que siempre podrá hacer algo por su manada; detesto a los tipos como tú.
Ya no te queda nada.
Me reí fuertemente.
-¿Que ya no me queda nada?-lo miré atentamente-. Lo dices como si a tí sí te quedara algo.
-¿Qué quieres decir?
En un movimiento rápido, lo quité de encima de mí y después nos miramos intensamente. Uno frente al otro.
-Tu esposa está muerta, tu familia igual, y ni siquiera tienes amigos y odias a tu manada. Así que, dime la verdad..., ¿qué te queda por perder?-sonreí-. Mírate, eres como un tonto sobre sus rodillas, desgarrado y abandonado para pudrirse; salvarte es lo único que te puede ayudar, ¿no?
Me acerqué lentamente hacia él.
》Estás en peligro...de pasar las noches completamente solo, retractando tus pasos como un fantasma-continué.
-¿De verdad quieres morir? ¿Esas serán tus únicas palabras? ¿¡Hablando de mi jodida vida!?
-Agarra un cuchillo y clávalo en mi corazón, si quieres. Trátame como si fuera nada. No hace falta la diferencia si duele..., porque caerás tan bajo como mereces, de todas maneras.
Dame tu mejor tiro. Dame tu maldición.
-Eres tóxico; ¡me has mostrado exactamentelo que vales!-dijo y retrocedió más pasos.
-Y no puedo verte ir arrastrando mi nombre por el suelo; cada día cometes los mismos errores, y no puedo seguirte-avancé-. Tenías al mundo a tus pies, lo tenías todo-extendí mi brazo derecho y toqué el rostro de Chris-. Tu reino se ha hecho un patio de huesos; dime...
-¿Qué...?-dijo, impactado por lo que estaba haciendo, pero se mantuvo quieto, escuchando aquellas palabras sucias que lo mantenían alejado de mí, de toda la verdad; simplemente se mantenía lejos de lo que lo atormentaba. Escupía mis palabras, y yo lo hacía tragárselas aunque no quisiera.
-Cuando tu reino perdió..., perdió a su rey. Entonces...-sonreí, aun con mi mano en su rostro-, ¿quién va a dirigir?
Nos quedamos por unos segundos en silencio, mirándonos, pero fue entonces cuando él rompió el silencio y quitó bruscamente mi mano de su rostro.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo por completo.
Él sonrió.
-Soy el sabor de tu lengua-mencionó, y de pronto, en un rápido movimiento, llegó detrás de mí, y posicionando una navaja en mi abdomen, justo en mi herida abierta, dijo-: y el sabor no se puede escupir.
Con sus fuerzas, me encajó la navaja, y grité fuertemente por el horrible dolor.
-¡AH! ¡AH!-era insoportable, simplemente lo era; escupí más sangre.
Él se rio fuertemente y, posicionándose en la orilla del balcón, listo para irse, reaccioné rápidamente y me quité la navaja de mi herida.
-¡TÚ NO TE IRÁS A NINGÚN MALDITO LADO!-grité y, con rapidez, lo agarré fuertemente-. Hijo de puta-alcé la navaja y se la encajé justo en su ojo derecho, y él gritó de dolor fuertemente, tanto que hasta tembló por unos segundos el lugar.
La sangre se escurría por su ojo todo deshecho y abierto; la navaja había atravesado su iris, llegando, a lo que podría ser, el nervio óptico, o hasta más allá de ahí, quizá.
Solo podía ver la navaja destruyéndole su ojo.
¿Y si lo hago con el otro?, pensé. Quitémosle el otro ojo.
Desgarrémosle el ojo, los nervios, todo.
-¡AH! ¡AAAAAH! ¡JODER, AAAH! ¡AHG, AAH!-gritó de dolor, tanto como sus propias cuerdas vocales se lo permitían; estaba retorciéndose en el suelo, sin siquiera prestarme atención.
Yo estaba ahí parado, mirándolo felizmente, mientras él estaba llorando lágrimas de sangre, pudiendo escuchar con ímpetu su clamor.
Me acerqué a él, quien tenía la respiración tan agitada y apenas podía hablar por el horrible dolor que le había provocado en su ojo.
-¿Tanto duele?-pregunté con una sonrisa.
-¡JÓDETE! ¡AAAH! ¡AGH!
-Ey, ¿y si te lo quito? Así ya no dolerá, ¿verdad?
-¿Qué? NO NO NO, ¡NI SE TE OCURRA, MALDITA SEA!-gritó, desesperado y alejándose de mí con temor.
¿Qué me estaba pasando?
Me acerqué a él y cuando agarré la navaja, alguien abrió las puertas de la habitación fuertemente: eran Jeremy y Kaled.
Con sus ojos buscaron por doquier para hallarnos, y nos encontraron en el balcón del lugar.
Los miré, pero fue en esa distracción cuando Chris aprovechó para saltar del balcón y desaparecer entre la multitud, lléndose muy lejos de aquí.
Mierda, y yo que le quería quitar el otro ojo.
-¡Alfa!-gritó Kaled, dirigiéndose a mí con rapidez-. ¡Alfa! ¿¡Se encuentra bien!? ¿¡Qué sucedió!?
Lo miré y mis ojos pudieron explicarle más de lo que yo podía.
-No importa-me levanté con dificultad y él me ayudó-. Tengo que ir tras él...
-No. Él ya no importa.
-¿¡Cómo!? Pero...
-¡Mire lo grave que está su estado! ¡Y su padre...!-calló.
Miré a Jeremy, quien estaba cargando a mi padre, posando su brazo alrededor de su cuello para hacerlo.
》Su padre está...
-No hace falta que me lo digas-rugí.
Kaled asintió y, poniendo mi brazo en su cuello para usarlo como apoyo, salimos de aquel lugar, dejando un gran mar de sangre.
-¡Retirada! ¡Vámonos!-gritó Kaled, y toda la manada asintió: se transformaron en lobos y se fueron retirando.
-¡Comandante cómo es que...!-antes de que aquella integrante de mi manada pudiera terminar su frase, me miró. A mí y a mi padre-. ¡Alfa!
-Elena, tenemos que irnos ya. Nuestros alfas no se pueden transformar en este estado, así que prepara unos caballos y vámonos-ella asintió rápidamente y se fue a acatar la orden.
Mientras tanto, nos pusimos a descansar detrás de una casa de la aldea.
Podía ver a varios de mi manada muertos, y también vampiros.
De verdad que era una guerra fatal.
-Alfa-dijo Jeremy y volteé a verlo-. Su transformación..., ¿cómo...?
-Lo sé-lo interrumpí-. Ni yo sé.
-Entiendo.
Elena llegó segundos después con unos caballos para poder montarlos e irnos de ahí, pero en el momento en el que Kaled y yo cruzábamos enfrente de una carroza con paja, escuché los sollozos de una niña.
-Kaled, espera-dije.
-¿Qué sucede?-me separé de él y caminé con dificultad hacia aquella carroza-. Alfa.
-Sh-dije, y después llegué hacia aquella carroza y pude notar que había un bulto negro que se removía-. Ey.
Me subí con dificultad a la carroza y quité aquella capa que cubría a aquella niña.
Entonces la pude ver: una niña con cabello largo y negro con ojos cafés, llenos de un mar de tristeza.
Ella se asustó, pero antes de que se pudiera alejar de mí, la sujeté de la muñeca.
》Ey, espera. Espera, no te haré daño..., lo prometo-aún seguía dudosa, así que agregué-: mira-señalé mi herida-, yo también estoy herido, así que, ¿cómo podría hacerte algo en este estado?
Ella me miró en silencio.
》Eres muy callada, eh. ¿Y tus padres?-no habló-. Oye, habla; juro no hacerte daño, solo quiero ayudarte.
-Mu...m...muertos-dijo por fin, con su voz temblorosa e insegura.
-Entiendo-volteé a ver a Kaled.
-Alfa, no-susurró.
-Vamos, Kaled. Alguien más con nosotros no hará daño-dije.
Él suspiró con frustración.
-Si es lo que quiere el Alfa.
-Genial-volteé a ver a esa niña-. ¿Y tu nombre?, ¿cómo te llamas, pequeña?-tardó unos segundos en hablar.
-N...no soy...p...pequeña.
-Ah, ¿no? ¿Cuántos años tienes?-sonreí.
Ella me miró, aún con esos ojos de tristeza pura.
-Quin...ce.
-¿Qué?-me sorprendí-. Eres mayor de lo que pensaba.
-Alfa-mencionó Kaled.
-Está bien, ya vamos-la miré-. ¿Cuál es tu nombre?-por primera vez quitó su mirada de mi rostro y la posó en el suelo.
-Yo...no...lo sé.
-¿Cómo? ¿Por?
-Alfa.
-Ah, ya voy-dije-. Bueno, entonces no tengo más remedio que ponerte uno.
Ella volvió a verme.
》A ver...Mm...¿Qué te parece...?-pensé en un nombre por unos segundos y me llegó uno que me agradó bastante-. Ah, ¿qué te parece...Megan?
-¿Eh?-dijo, sorpredida y sin saber qué decir.
-¿Te gusta ese nombre?-tardó unos segundos en contestar, y con un sonrojo y desviando la mirada, dijo:
-S...sí. Me gusta.
-¡Genial!-me bajé de la carroza y le extendí la mano-. De ahora en adelante, te criaré como mi hija.
Titubeante, agarró mi mano.
》Bienvenida a la Manada Roja..., Megan.-----
3505 palabras :") Jamás había escrito tanto en un solo capítulo de Wattpad XD
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The first time.
Kurt AdamEl padre de William Clark (un empresario millonario) decide hacer una fiesta por el cumpleaños de su hija, Amanda Clark, y obliga a su hijo adoptivo (también empresario), William, a ir, pues hacía tiempo que no se veían. En el camino, William se de...