Capítulo XXVI

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-¿A dónde vamos?-pregunté mientras aún seguíamos caminando por el bosque. Hacía horas que habíamos llegado aquí a este mundo, así que el resplandor del sol se estaba atenuando y las estrellas se asomaban brillantes por los colores difuminados del cielo, y la luna brillante y sensata se apresuraba a salir por el este, acompañando el baile de las demás decoraciones del cielo, uniéndose a una noche efímera y gélida que apenas comenzaba.
-A casa-respondió, aún con la mirada en el camino. Yo solo acentí ante aquella respuesta suya, y seguimos caminando.
Después de un tiempo llegamos a la gran mansión y nos adentramos en ella; las decoraciones eran tan hermosas y brillantes que no podía dejar de admirarlas.
-Por cierto, Alan-volteó a verme-,¿y mi hermana Amanda? ¿En dónde está?
-No te preocupes por ella, está en una de las habitaciones del segundo piso.
-¿Cuál exactamente?
-Tercera habitación del lado izquierdo-acentí ante ello y subí las escaleras. Necesitaba ver cómo estaba.
-Gracias, iré a verla.
-Sí, y yo iré por mis anticonceptivos para mi celo. Los efectos están por terminar.
-¿Sigues con el celo?-alcé una ceja.
-Obvio, ayer inició. El celo terminará como en cinco días, este es el segundo día-se dirigió a la cocina y después desapareció.
Subí rápidamente las hermosas escaleras de abedul y me dirigí hacia la habitación que mencionó Alan. Abrí la puerta con delicadeza y después entré, pero ahí no solo estaba Amanda, sino que también estaba Jeremy.
-William-dijo mientras seguía sentado a un lado de Amanda.
-Jeremy, ¿qué haces aquí?-me dirigí hacia donde él estaba y después me senté en la orilla de la cama. Miré a Amanda directamente, quien aún yacía en la cama dormida o inconsciente. No sabía su estado de salud, la había dejado descuidada por horas. ¡Soy un mal hermano! Maldición.
-Mientras tú estabas afuera yo decidí cuidar de ella, y no te preocupes, sigue inconsciente, pero te prometo que pronto despertará. Le dí todas las comodidades posibles.
-Muchas gracias, Jeremy. No sabes cuánto me alegra oír eso-sonreí.
-Está bien-me regresó la sonrisa. Nos quedamos en silencio por unos minutos, pero después empezamos a escuchar unos pequeños quejidos de dolor que provenían de Amanda, quien se estaba despertando.
-¡Amanda!-dije y después me posé a un lado de ella para tomarla de la mano-¡Amanda! ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes?
Ella se acomodó débilmente en la cama, apoyándo su espalda con el respaldo de la cama. Me miró y después sonrió débilmente.
-William-su voz era un poco ronca y vacía. Acababa de despertarse y eso me alegraba, pero necesitaba descansar más-. ¿En dónde...estamos?-miró todo lo que la rodeaba y una cara de confusión se dibujó en su cara.
-En una mansión de unos amigos-mentí, aunque...,bueno, sí eran nuestros amigos y sí era una mansión. Así que prácticamente no fue mentira-. Los detalles te los explicaré después, tú tienes que descansar.
-¿Qué fue...lo que pasó? ¿Por qué me duele mucho la cabeza?
-Solo te diré que sufriste un accidente, pero ya está todo arreglado. Ahora tienes que descansar-agarré la orilla de la cobija que tenía encima y la acurruqué con ella. Ella me agradeció por el gesto.
-Tengo hambre-dijo, y volteé a ver a Jeremy y él asintió.
-No te preocupes, Jeremy te traerá algo para comer.
-¿Jeremy?-alzó una ceja.
-Sí, es mi amigo, está aquí, a tu lado-ella asintió ante lo dicho y después volteó hacia su lado contrario y vio a jeremy ahí, sentado y con la mirada fija en ella. Jeremy le dedicó una sonrisa y Amanda se la regresó; Amanda me miró de nuevo.
-Es muy guapo-susurró y yo me puse a reir a carcajadas.
-¿Verdad que sí?-dije en un susurro-. Bueno, podría conseguirte una cita con él-le guiñé el ojo.
-Sí-en un sonrojo suyo dio una débil pero feliz sonrisa, eso me ánimo un poco.
-Bueno, iré por la comida-dijo Jeremy y, antes de que pudiera levantarse, escuchamos un fuerte ruido proveniente de la planta de abajo, después escuchamos unos rugidos y empezamos, también, a oler un aroma tan embriagador y dulce. ¡Joder, ese olor me excitaba! Necesitaba saber de dónde era, así que decidí levantarme también pero Jeremy me lo impidió rápidamente.
-William, quédate aquí, iré a ver qué sucede-dijo.
-Pero yo también quiero ir, además, ese olor es tan exquisito y excitante-dije.
-No, William. Tú tienes que estar con tu hermana y cuidarla, no te preocupes, yo me encargaré de lo sucedido-abrió la puerta y después me miró tristemente y sin seguridad de que iba a obedecerlo-. Por favor.
Suspiré exasperadamente y después acentí ante ello.
-Está bien-él sonrió por último antes de salir de la habitación cerrando la puerta después de él.
-¿Qué sucede?-preguntó Amanda.
-No lo sé, pero sea lo que sea, espero y no sea algo malo.

The first time.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora