Capítulo XXXV

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Su voz era firme e intimidante, justo como la de un Alfa, pero había algo en ella que la delataba por completo.
Mi puño quedó inmóvil levantado, casi listo para golpear a Ethan, pero había algo en esa mujer que no cuadraba bien: su pecho era plano, sus rasgos eran muy femeninos pero...si te disponías a darle una mirada escrutadora, a ponerle mucha atención, podrías darte cuenta de que había algo raro en ella.
-Oh, Jean, querido, llegaste justo a tiempo-Ethan le sonrió a aquella mujer rara mientras yo aún seguía sujetándolo de su camisa y mi puño cerca de él.
¿"querido"?, pensé, pero es mujer..., ¿no?
-Les hice una pregunta, contéstenme-aquella mujer (bueno, ya ni sabía qué era) se cruzó de brazos; su hermoso vestido color carmesí que estaba muy bien sujeto a su cuerpo, estaba más arriba de sus rodillas, dejándome ver unas piernas que definitivamente parecían las de una mujer, que se veían blancas y suaves como la nieve.
Las mangas de aquel vestido eran largas y no me dejaban ver sus brazos desnudos. Se arrugaron ante los brazos cruzados de ella...o él.
-¿"Querido"?-pregunté, cariacontecido por la situación.
Ethan volteó a verme con una sonrisa estúpida.
-William, él es mi esposo y Mate, Jean.
-¿¡Cómo!?-abrí mis ojos tanto por la sorpresa.
-Les hice una pregunta, tontos-gruñó él. La actitud era igual a la de Alan: tan gruñón y para nada carismático.
Ahora veía a los padres de Alan. Y sinceramente me sentía incómodo con la situación.
-Ay, vamos querido, aquí no pasó nada-Ethan sujetó mis manos con fuerza y me dio una rápida mirada fulminante, pidiéndome que dejara mis estupideces para después.
Bajé mi puño, solté a Ethan y di un suspiro para después sentarme.
》¿Vez? Está todo arreglado, querido. Aquí no pasó nada-sonrió Ethan mientras daba unas palmadas en su pierna en señal de invitar a Jean a sentarse ahí.
-Eso espero-dijo él para después disponerse a sentarse en las piernas de Ethan. Yo me quedé atontado por aquella acción, y de la nada me imaginé esa misma escena con Alan y conmigo. ¿Por qué estoy sentado en las piernas de Alan?, pensé. Debería de él estarlo en las mías, ¿no?
Borré rápidamente ese pensamiento no apto de mí. Pude notar que me había quedado viendo a esos idiotas por bastante tiempo y que me estaban hablando.
-¿William? ¡William!-gritó Ethan y después reaccioné-. ¿Estás bien? ¿Qué te sucede?
-No importa-mencioné, quitando mi vista de ellos. ¿Qué mierda me pasaba? ¿Pensando en Alan? Definitivamente estaba loco.
-Si tú lo dices-respondió Ethan y después posó una mano en la pierna de Jean, su esposo.
-¿Quién es él?-preguntó Jean mientras me miraba fijamente.
-Es el hombre del que te he contado, Jean. El futuro esposo de nuestro hijo Alan.
De repente, en el rostro de Jean se dibujó una expresión de sorpresa tan grande que ni yo me lo creía.
-¡Ay, por Dios!-Jean se levantó de donde estaba, haciendo que Ethan gruñera. Jean se acercó rápidamente a mí-. Dios, lo lamento tanto, no sabía que eras el Mate de mi querido cachorrito-me abrazó fuertemente.
-Agh-gruñí por la fuerte presión que estaba causando aquel abrazo-. S...señor, agh.
-Sh, llámame "Papi", tú también eres mi cachorrito-dijo Jean, apretando más el agarre en mí, eso hizo que sacara otro gruñido por la falta de aire.
Eso era todo. Iba a morir solo por un estúpido abrazo.
Adiós mundo cruel.
-¡Ya déjalo Jean, lo vas a matar!-intervino Ethan-. Y todavía ni tiene a nuestros nietos.
Jean se detuvo por completo y miró fijamente a Ethan.
-¿Nietos? ¿¡Estás diciendo que seremos abuelos!?-sonrió alegremente.
-Sí, pero no te vuelvas tan loco, cariño-se acercó a Jean y lo separó de mí para después agarrarle su mano y darle un beso en ella-, porque después de todo me tienes a mí-guiñó un ojo.
Era igual de seductor que Alan.
-Ay, pero contigo no es suficiente-rio Jean-. Nunca es suficiente.
-¿Qué?-dijo Ethan-. Bueno, pues tampoco es suficiente solo contigo.
-¿Qué dijiste idiota?-dijo Jean con una mirada fulminante-. Te reto a que lo vuelvas a decir.
-"Te reto a que lo vuelvas a decir"-arremedó Ethan, con el clásico tono en el que arremedabas.
-Ven para acá.
-No, ya, ya-rio a carcajadas Ethan.
Sí que los padres de Alan se llevaban muy bien.
-¿Podrían parar, por favor?-dije, con el cejo fruncido por las infantilezas (estupideces) de ellos.
-Perdón, ¿cómo?-dijo Ethan; estaban riéndose mientras se hacían cosquillas. Ja, qué patético.
-Dije que paren.
-Perdón, no te escuchamos, dilo más..., fuerte.
-¡Dije que paren ya, maldita sea!-los dos hicieron caso omiso y Jean se estremeció por completo.
De la nada, Jean empezó a llorar y sinceramente no sabía el porqué, pero sabía que era por algo que hice.
-Jean, Jean, cariño-Ethan abrazó a su esposo y después me fulminó con la mirada-. Oye, sé que te gusta ser Alfa y eso, pero deberías de tranquilizar tus hormonas y actitudes.
¿Cómo?, pensé. ¿Insinúa que fue mi culpa?
-Pero yo no hice nada...
-Déjame recordarte que mi esposo es Omega, ¿sí? Y uno frágil. Y tú eres un Alfa, pero eso no quiere decir que ya por eso le hablarás como se te dé la gana. Recuerda que los Omega le temen a las voces potentes de los Alfas. Contrólate.
Me quedé callado por unos segundos y después decidí actuar:
-O...oye, lo siento, ¿sí? No fue mi intención gritarte de esa manera-me acerqué a Jean, quien yacía en los fuertes y grandes brazos de Ethan.
Jean se estremeció un poco al verme acercarme más a él y se acurrucó más en los brazos de Ethan; siempre había deseado en hacer que le gente me tuviera pavor, pero...no de esta forma, no así.
Di un suspiro antes de continuar y después me alejé de él.
-Bien, te gustan los abrazos, ¿no?-extendí mis brazos para darle a entender que podía abrazarme. ¿Qué tan bajo seguiré cayendo?, pensé-. Los abrazos te hacen sentir bien, ¿no?
-Vamos, querido-dijo Ethan-, solo está tratando de disculparse-de repente pude ver cómo Ethan se acercaba al oído de Jean para susurrarle algo-: además, él no suele abrazar a la gente, así que esta sería una gran oportunidad. Hazlo sentir más gay.
¿Qué?, pensé.
Jean me miró atentamente y pude notar que sus ojos eran de un azul tan cristalino bajo la lluvia de estos mismos; eran tan hermosos al igual que él.
Se acercó a mí tímidamente y, una vez estuvo frente a mí, decidí decirle algo porque estaba titubeante.
-Vamos-intenté sonreí, pero fue una sonrisa tan fea y rara que hizo que Ethan se burlara fuertemente-. ¿¡De qué te ríes, eh!?
Jean me miró por unos segundos y después me abrazó cariñosamente.
Abrí los ojos tanto para expresar mi grande sorpresa.
Sus brazos apenas alcanzaban a rodear mi cuerpo, pues mi cuerpo era grande y fornido, pero eso alcanza al menos para poder sentir aquel abrazo suyo.
Mis brazos seguían elevados, todavía no los había puesto en el cuerpo pequeño de Jean. Estaba demasiado atontado para ello.
Los brazos de Jean eran tan delgados al igual que su cuerpo, como si al abrazarlo fuera a romperse.
Seguía llorando y podía ver algunas lágrimas mojando mi saco ennegrecido.
Miré a Ethan aún con la cara sorprendida y él me sonrió y me susurró:
-Hazlo.
Yo acentí ante ello y después le regresé el abrazo a Jean: su cuerpo era tan frágil, pequeño y excitante; su cabeza llegaba hasta poco arriba de mi pecho, así que podía apoyar mi cabeza encima de la suya.
Su cabello café entre rubio era tan suave, lacio y largo; estaba suelto y con unas trensas adornándolo.
Su cintura era tan delgada y estaba en buena forma, justamente igual a la de una mujer. Y su trasero estaba un poco grande, pues así eran los Omegas según Alan: tan parecidos al cuerpo de una mujer. Pero había una cosa que los delataba...
...el pene.
Ahí estaba, sintiendo un pequeño bulto entre mis piernas; me quedé inmóvil por ello y rápidamente deseé que alguien deshiciera aquel momento, pero...obviamente no iba a pasar nada..., necesitaba enfrentar esto yo solo.
Ay, Dios, pensé, por favor, termina con mi sufrimiento.
Jean traía un aroma tan embriagador, como el de todo Omega, como si fuera la chica que me atendió en la habitación no hace mucho.
Mis brazos estaban rodeando el cuerpo y parte de la cabeza de él.
Ethan nos estaba tomando fotos mientras tenía un derrame nasal por lo hermoso que era el momento.
Le paré el dedo y él sonrió más.
Maldito, pensé. Cuando termine esto, me largaré a otro lado.
-Oye, ya, fue suficiente-dije, intentando empujarlo un poco para hacer que se alejara.
De la nada, Jean deshizo el abrazo y pude notar que ya no estaba llorando y que una sonrisa se dibujó en su rostro.
Los aretes y el poco maquillaje que llevaba lo hacían ver muy hermoso.
-Muchas gracias, de verdad-me agarró la mano.
-Em, sí, sí, no hay de qué, ahora puedes soltarme-dije, intentando alejarme de él pero no tan agresivamente. No quería que volviera a llorar.
-Me alegra mucho...de que mi hijo haya encontrado a a su Mate, a alguien perfecto. Por favor, cuida de él.
-¿Cuidar de él? ¿Por qué debería de hacerlo?-alcé una ceja.
-Porque serás su esposo eternamente-sonrió.
¿¡Cómo!?, pensé.
-Yo nunca pedí...casarme.

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Les tengo una pregunta rápida ^^
¿Qué les gustaría más: Alan encima de William, William encima de Alan o las dos? Espero sus respuestas XD
Hasta la próxima ;)

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