William.
-¿Qué piensas hacer?-pregunté, mirándolo fijamente.
-Nada, solo...-se sentó a un lado de mí y le dio un trago a su bebida-te domesticaré.
-¿Domesticarme? No soy un animal como tú..., licántropo-sonreí, pero segundos después él agarró fuertemente mi cabello y lo hizo hacia atrás, impidiendo, por el dolor, que me diera tiempo a reaccionar-. Agh.
-Tenme más respeto, ¿oíste? ¿O acaso quieres otro sermón?
-No.
-Bien, entonces cierra esa boquita que tienes-acercó su mano a mi cara, pudiendo sentir sus guantes de piel fríos en mi barbilla. Después giró bruscamente mi cabeza hacia él para poder mirarlo a los ojos atentamente-y guárdate tus comentarios para después.
-¿Y por qué no escupirlos de una vez?-dije.
Se acercó tanto a mí que pude sentir su respiración.
Apretó con fuerza mi barbilla.
-Porque, creéme..., las necesitarás después-sonrió y después me soltó. Se levantó de donde estaba y, de espaldas, dijo-: no te vez tan mal así; La fiesta apenas comienza.
Sonrió.------------
Alan.
-¿Quién es, Alfa?- preguntó alguien de ahí.
-Sinceramente no me explico el cómo es que salió del lugar de donde la desterré, pero...es alguien muy peligroso.
-¿¡De quién se trata!?-gritó Jeremy.
-Esa de ahí-señalé la pantalla-, es una vampira. Y supongo que el otro también.
-¿Cómo?
-¿Está diciendo que unos vampiros entraron a nuestra manada así como si nada?-mencionó uno.
-Sí.
-¿¡Y cómo es eso posible!? Tenemos una seguridad tan alta, un sistema de alta calidad. Que unos vampiros, que están prohibidos en esta manada, puedan entrar así como si nada, sin darnos cuenta de lo que son, es totalmente imposible. ¡Debe de haber otra explicación!-continuó el mismo.
Suspiré y después me apoyé en la mesa central en la que estaban todos.
-Yo también quisiera creer lo mismo que tú, pero así no es la realidad; hubo algo con lo que pudieron pasar, no lo sé.
-¿Sobornaron al guardia?-preguntó Jeremy.
-No, no es posible. Nuestros guardias llevan la pulsera de la fidelidad, así que cualquier infidelidad que hagan serán expulsados y castigados automáticamente por la pulsera. Así que no..., no pudieron traicionarnos-dije.
-Eso quiere decir que los guardias no sabían que eran vampiros, así que por eso los dejaron pasar-mencionó mi padre, aún estando detrás de mí admirando el paisaje detrás de la ventana.
-Exacto-dije, y después miré de nuevo la pantalla-, ¿pero cómo entraron? ¿Qué usaron para hacer que no los detectáramos?
-Creo que yo sé la respuesta-intervino Megan, dando un paso al frente.
Todos la miramos.
》Cuando aún vivía en mi clan, usábamos un collar con un antídoto para poder ocultar tu olor original y poder sustituirlo por otro más, el que tú quisieras, solo necesitas una parte del aroma que buscabas. Por ejemplo, si yo quería el olor de Alan, necesitaba de algo de él para poder crear ese antídoto y poder obtener su olor. Esto con la intención de entrar al territorio enemigo y poder conquistarlo o robar cosas de ahí-se cruzó de brazos.
-¿Y la capa?-preguntó Kaled-. Si tenían ese antídoto, ¿entonces para qué ocultar su rostro?
-Hay dos opciones posibles: una es que el antídoto pudiera estar en la capa, aunque sinceramente no sé si eso se pueda; la segunda sería porque quizá sabían que, aún con el antídoto, los identificaríamos. Además, sus ojos son muy observadores y penetrantes, así que eso resaltaría mucho..., claro, siempre y cuando seas un buen observador como Alan-sonrió.
-Comprendo-dijo Kaled-. Alfa, ya tenemos la información necesaria, ahora, ¿qué seguirá?
-Necesito primero el mapa de la manada Nux, así podremos saber la estructura y poder escabullirnos sin ser descubiertos-miré a Megan-. Y necesito ese antídoto. ¿Sabes qué se necesita? ¿Sabes hacerlo?
-No es fácil, Alfa.
-Megan-me levanté de mi asiento y me dirigí hacia ella, después posé mis manos en su rostro y la miré atentamente-. Mi Mate, nuestra Luna, está en peligro y necesitamos sacarlo de ahí lo antes posible. Chris podría estarle haciendo un infierno justo ahora. Él no soportaría ese tipo de maltrato.
-Pero...-desvió sus ojos, pero después la obligué a mirarme.
-Ey, mírame-me hizo caso-. ¿Acaso no querías verme feliz? Al fin encontré a alguien con quien casarme y tener una familia, Megan. Tú eres parte de esa familia, pero William también lo es. Él es mi mundo, mi todo. Y tú eres la llave para ese mundo-sonreí-. Vamos a recuperar a tu padre.
Ella me miró atentamente, intentando analizar la situación, y después dejó caer su mirada, y con una sonrisa dijo:
-Sí, está bien. Puedo hacer...el antídoto.
-¡Genial!-la abracé fuertemente mientras la levantaba del suelo y daba vueltas.
-A...Alan-dijo ella sonrojada.
-Ah, perdón-la dejé en el suelo y la miré de nuevo-. Entonces, ¿qué se necesita?
-Bueno..., será difícil, pero...necesitaremos algo perteneciente de un vampiro, por ejemplo un cabello.
-¿Y dónde conseguiremos uno?-preguntó Kaled.
-Tal vez...yo pueda ayudarlos-mencionó Jean, apoyado en la puerta de la entrada.
-¿Y cómo?-preguntó Jeremy.
-¿Tiene que ser de un vampiro vivo o muerto?-preguntó mi papá, Jean.
-De preferencia vivo, pero estando muerto también funciona.
-Perfecto, entonces aquí es donde empiezo a actuar-sonrió.
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Kendal.-Agh, maldita sea-dije postrado, sentado encima de una silla de madera ubicada en el invernáculo del patio.
Estaba ahí porque no quería que mi hermano Alan supiera que ya había regresado tras haberme dejado en medio de aquella estúpida carretera solo porque despotriqué.
》Es un maldito abnegado.
-Tienes que entender que Alan es una persona arisca. Siempre ha sido así-mencionó mi hermano Earl mientras curaba mis heridas; llegó un momento en el que tocó una parte muy sensible de mi herida.
-Agh, mierda. Golpea como el mismísimo diablo.
-Es el heredero, ¿qué esperabas?-agarró otra gasa junto con un pedazo de sábila-. No te muevas-hice lo que dijo y huntó la sábila en el horrible moretón que tenía en el rostro.
-Agh-rugí.
-Tranquilo-quitó la sábila y después puso la gasa junto con el esparadrapo para hacerlo pegar-. Listo, ya está.
-Gracias, Earl. No sé qué haría sin tí-sonreí-. Pero sí sé qué haría sin el imbécil de Alan.
-Ya, cálmate Kendal. "Lo hecho, hecho está"-guardó las cosas de primeros auxilios.
-Sí, pero esto es algo infranqueable-Earl se levantó de su lugar.
-Esto no hubiera sucedido si no hubieras denigrado-me miró con una mirada fulminante.
-¡Pero bien sabes que desde que llegó nuestra Luna se hizo un embelesado! ¡Nos dejó a un lado! Nosotros, sus malditos hermanos.
-Deja de tergiversar. Sabes bien que no es así, es solo porque tú empezaste. Te lo mereces-antes de que se fuera del invernáculo junto con sus cosas, lo detuve con unas últimas palabras.
-Sabes bien que Alan podría convertirse en ese demonio de nuevo, ¿no? Se convertirá en un irancundo sin escrúpulos y arrasará con todos. ¿Es eso lo que quieres, hermano?
De espaldas hacia mí, solo giró su cabeza hacia un lado, dando a entender que me estaba escuchando.
-No, pero no hay nada que podamos hacer.
Asimismo, se fue de aquel lugar, dejándome solo.
Agarré el pequeño espejo que siempre llevaba conmigo y miré mi rostro lívido: tenía una gasa en mi pómulo derecho, un curita encima de mi nariz, justo encima de la giba dorsal, y otra pequeña gasa en mi frente, que me lo había hecho tras una caída que tuve de regreso hacia aquí.
Suspiré y después guardé mi espejo.
Tenía la cara arruinada.
-Necesito hallar una forma-me levanté de mi lugar y me dirigí hacia la salida-para poder ir...a la manada Nux.
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The first time.
Hombres LoboEl padre de William Clark (un empresario millonario) decide hacer una fiesta por el cumpleaños de su hija, Amanda Clark, y obliga a su hijo adoptivo (también empresario), William, a ir, pues hacía tiempo que no se veían. En el camino, William se de...