Lo siento, pero últimamente he tenido muchos trabajos :"( así que probablemente solo actualice los fines de semana.
No se preocupen y, recuerden, tarde o temprano, siempre actualizo. :D
Espero y disfruten de este capítulo (como todos XD), hasta la próxima.-----------
Me desperté con un fuerte dolor en mi cuello y caderas. Sabía lo que había pasado anoche, pero no recordaba con claridad los detalles, estaba tan atontado y excitado por Alan.
Gruñí ferozmente al sentir aquel dolor horrible en mi cuerpo. Intenté levantarme pero unos brazos fuertes, grandes y cálidos me tenían sujeto de la cintura, así que volteé a mi derecha y, efectivamente, era Alan quien me tenía así.
Estos momentos en los que despertaba con alguien a mi lado solo era cuando en la noche llevaba a una mujer a mi cama, pero ahora..., ahora llevé a un hombre a mi cama.
Definitivamente soy gay. Tal vez un...70%
El cuerpo fornido de Alan subía y bajaba, su respiración era tan tranquila, totalmente diferente a la respiración acelerada que tenía anoche; su cabello café con unos tonos en rubio, estaban tapando parte de su delicado y hermoso rostro; sus labios rojizos estaban descansando débilmente en su rostro, pues anoche habían sido utilizados por bastante tiempo; sus cejas bien delineadas estaban relajadas en aquel rostro tranquilo; y, su nariz, era tan hermosa, delgada y rojiza que me hacía querer tocarla, tocar aquellas pocas pecas que no se veían a simple vista.
Sonreí tontamente al verlo tan tranquilo y soñoliento. Definitivamente me había enamorado de él, pero no sabía cómo o desde cuándo.
Con mi mano izquierda empecé a acariciar su rostro: era tan suave y delicado, como lo había imaginado. Después mi mano pasó a su cabello, tan suve y brillante bajo los rayos del sol que atravesaban las cortinas blancas que estaban encima de la ventana que se encontraba al lado mío.
Quité un mechón de cabello grande que tapaba su ojo derecho y, cuando quité aquel mechón, unos ojos tan hermosos y brillantes estaban saliendo de un sueño tan profundo que tenían. Alan se había despertado y ahora nos estábamos viendo fijamente; oh, aquellos ojos tan olivares y espléndidos bajo los cálidos rayos del sol, estaban viendo unos ojos tan solitarios llenos del mar, tan azules y brillantes bajo los rayos de la luna.
Ambos éramos olos opuestos, pero por alguna extraña razón...nos habíamos conectado por completo.
Él era el sol y yo la luna. Ambos tan brillantes y espléndidos.
Y entonces, una sonrisa tan burlona y feliz se fue dibujando en aquel hermoso rostro de modelo: sus comisuras se elevaron hasta quedar a una altura exacta para aclarar de que estaba feliz, y sus ojos se cerraron poco por la sonrisa.
Él me estaba sonriendo. Lo estaba haciendo solo para mí. Esa sonrisa era mía, completamente mía.
Jodida sonrisa, pensé.
Me quedé mirándolo atentamente, sorprendido y anonadado. ¿Qué me estaba pasando? ¿Qué era este sentimiento que sentía en mi pecho? ¿Por qué me sentía...tan feliz?
-Buenos días-dijo y su voz me estremeció: era ronca, potente y muy masculina. Era como si su voz cambiara dependiendo del estado en el que estaba.
-Hola-contesté, aún sorprendido por él. Mi voz era igual que la de él, pero menos potente. Él era el que tenía una fuerza y control increíble.
-¿Vas a seguir mirándome o nos levantamos ya?-dijo, aún con aquella sonrisa suya. Me mordí el labio para tranquilizar el deseo y necesidad que se estaba creando en mí-. Tranquilo, sé que soy guapo pero no te preocupes..., soy todo tuyo- usó su voz de Alfa-, así que puedes mirarme cuanto quieras, pero ahora necesitamos alistarnos.
Fue ahí cuando algo hizo clic en mi mente y reaccioné. Me vi como un idiota por haber reaccionado de aquella manera; es que él me tenía tan enamorado, pensé..., esperen...¿qué mierda acabo de decir? Ni siquiera soy gay..., ¿o sí?
-No es necesario eso-dije y después quité mi vista de él, quien seguía acostado a mi lado con sus brazos en mi cintura-, porque de solo verte me dan ganas de vomitar. Además, ¿quién querría verte? En ese caso, sería yo al que tanto deberían de ver-sonreí burlonamente.
-El único que tiene permitido verte soy yo-dijo con su voz de Alfa. Lo decía con tanta facilidad que sus palabras se escuchaban como si fueran verosímiles. Era tan posesivo conmigo que me erizaba la piel con solo ver cómo me protegía.
¡Era un Alfa tan perfecto!-. No permitiré que alguien más te toque o mire como yo lo hago-gruñó.
El agarre que tenía en mi cintura se fue haciendo más duro que hasta podría decir que me estaba clavando sus garras ahí.
-Oye, tranquilízate, ni siquiera soy de nadie, ahora quita tus manos de ahí-rugí.
-Claro que sí-él se acercó a mis labios, posó su mano en la marca que tenía en mi cuello, haciendo que me quejara por el dolor, y después dijo con una sonrisa-: esto representa que tienes un dueño, y ese soy yo. ¿Ahora lo entiendes? Eres mío- susurró cerca de mi oído una vez rozó sus labios con los míos.
Soy tuyo, pensé. Y tú eres mío.
-Ja-resongué-. Ya te dije que no soy de nadie. Le pertenezco a todas las mujeres del mundo-sonreí con orgullo, y después miré a Alan-, no a hombres.
-¿Y qué me dices de anoche cuando estaba...?
-¡Eso guárdatelo para después!-posé mi mano en la boca de Alan para impedir que él terminara su frase.
Él volvió a sonreír burlonamente y después quitó mi mano de su boca para besarla.
-Eres irresistible, cariño-su voz era dulce y suave. Amaba cómo me trataba-. Por eso no puedo dejarte ir, y me pone celoso que te vean y te toquen. Te quiero solo para mí. Solo tú y yo.
No dije nada y Alan, después de unos segundos, me dio un beso en los labios, aunque fue un beso rápido; se levantó de la cama y yo giré ligeramente mi cabeza para poder verlo: estaba desnudo (obvio) y su sexy cuerpo era tan potente y grande que me excitaba verlo así. Quería llegar por detrás y tocarlo como él me tocó; quería posar mis manos en ese cuerpo tan grande que tenía y, uf, ese trasero, quería tocarlo y estar dentro de él.
No podía evitar pensar en eso, después de todo yo también era un Alfa.
Me mordí el labio inferior para intentar calmar la excitación que me estaba creando el solo verlo.
Alan volteó a verme. Su espalda era tan ancha y suave. ¡Era un Alfa tan sexy!
-¿Quiéres bañarte conmigo?-alzó una ceja mientras una sonrisa juguetona se asomaba por su rostro.
Me quedé callado por unos segundos y Alan dijo después en un suspiro-: Está bien, no te preocupes, si no quieres venir está bien. Después de todo sé que aún no te acostumbras a mí-su sonrisa se desdibujó y fue ahí cuando decidí actuar.
-Está bien-me levanté de la cama y la vista de Alan se posó por completo en mi grande y fornido cuerpo.
Él se relamió los labios.
-Me encanta tu cuerpo-dijo y sonrió una vez estuve a un lado de él.
-Lo sé. Ahora, nada de tocarnos, ¿entendido?-lo miré fijamente.
-Auch, pero si lo hicimos anoche, ¿qué hay de malo en volverlo hacer ahora?-su mano se posó en mi trasero y después lo apretó-. Después de todo no me canso de tu cuerpo.
Con el ceño fruncido dije:
-Quita tu maldita mano de ahí. Ahora-gruñí.
Alan se sorprendió un poco pero después me hizo caso.
-Tranquilo, era broma, no tienes porqué ponerte así, te saldrán canas si sigues con esa actitud de amargado-sonrió.
-Sí, como sea-abrí la puerta del baño y después me metí, Alan me siguió después.
Estaba agachado para poder abrir la llave de la tina cuando de repente sentí la presencia de Alan justo detrás de mí. Estaba apoyándose en mi espalda y aún seguíamos desnudos.
-William...-su voz era seca.
Me abrazó por detrás y yo rugí.
-Quítate, pesas demasiado.
-Mm..., William.
-Alan, muévete- mierda, pensé, ¿está entrando otra vez en celo? No, es imposible, ni siquiera percibo olor alguno.
-William, dime...-inhaló mi cuello y después su boca se guió hasta mi oído, y en un susurro dijo-: ¿por qué no me dijiste que...eras un Alfa?
Me quedé anonadado por completo.
¿¡Cómo!?, pensé.
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The first time.
WerewolfEl padre de William Clark (un empresario millonario) decide hacer una fiesta por el cumpleaños de su hija, Amanda Clark, y obliga a su hijo adoptivo (también empresario), William, a ir, pues hacía tiempo que no se veían. En el camino, William se de...