Capítulo XXIV

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-¿Cómo? ¿Qué quieres decir?-pregunté.
-Hace tiempo que sucedió un caso como estos y cabe de mencionar que es muy raro este caso...,es especial.
-¿A qué quieres llegar con todo esto?-preguntó Kaled.
-William tiene las mismas capacidades que un Alfa y un Omega: con respecto al lado del Alfa, tiene fuerza de uno, cuerpo de este mismo, actitud, sentimientos, celos, etc.; con el lado del Omega, tiene la capacidad de reproducirse, también tiene los sentimientos de Omega, actitud, etc. Tiene todo eso, pero digamos que el sexo del Alfa domina más en él, así que sí, se considera un Alfa también. Aunque su olor no es tan fuerte, por eso no se a podido definir con detenimiento su sexo; ese es uno de los factores. Pero cuando entre en celo es probable que el olor que más se note sea el de un Alfa, y quizá así quede por siempre. ¡Esto es sorprendente, ¿no?!-sonrió y después guardó ese aparato de ultrasonido.
Me dio una señal para que me pusiera de nuevo mi ropa.
-Sinceramente es sorprendente en el hecho de que soy un Alfa, pero no el hecho de que tengo parte de un Omega. ¡Cualquiera podría follarme!-mencioné.
-No cualquiera. Solamente tu Alfa, o sea Alan. Tú solamente le perteneces a Alan, así que nadie a excepción de él podrá tocarte-respondió Kaled.
-¿Cómo podría estar tan seguro de eso?
-En nuestra manada es una falta de respeto tocar lo que no es nuestro, y más cuando es de la familia del Alfa mayor. Créeme, el que toque lo que es de la familia del Alfa mayor, será ejecutado. Claro, depende del caso.
Sonreí, mientras me ponía mi camisa y me levantaba de la cama. Salimos de la habitación listos para irnos, pero alguien en la sala de espera apareció de repente.
-Alan-dije en un susurro. Mierda, pensé. ¿Qué le diré sobre lo que soy? ¿Se lo contaré? ¿Y si se enoja o algo? ¿Debería de contárselo? Creo que será mejor guardar el secreto. Miré seriamente a Kaled y a Seth: sabían el mensaje que les estaba recibiendo así que asintieron ante ello.
Alan estaba sentado en uno de los sillones de la derecha, frente al ventanal.
-¿Sucedió algo?-preguntó él, y después se levantó de su asiento y se dirigió hacia mí para después quedar enfrente de mí. Su mirada era de una preocupación profunda y a la vez confunda-. ¿Por qué vinieron aquí? ¿Le sucedió algo a William?-volteó a ver a los demás en busca de respuestas, pero nada.
-Son muchas preguntas, ¿no lo crees?-sonreí, tratando de no delatarme-. Más bien, ¿qué haces tú aquí?
-Después de que terminé de hablar con mi padre decidí ir a verte, pero no estabas en donde pensé que estarías, así que le pregunté a los guardias si te vieron y dijeron que sí. Así es como llegué aquí-con su cálida mano quitó un mechón de cabello que tenía en mi rostro, después me miró, de nuevo, preocupado-. ¿Sucedió algo? ¿Estás enfermo?
¿Por qué se preocupa tanto por mí?, pensé.
-Todo está bien, en serio.
-Y entonces...¿por qué están aquí?-nos miró a todos.
-Bueno...digamos que tenía náuseas así que Kaled me trajo aquí-dije y miré a Kaled.
-¿Es eso cierto, Kaled?-Alan miró seriamente y con una mirada escrutadora a Kaled.
Kaled se quedó callado por pocos segundos y después asintió.
-Así es, Alfa. Decidí llevarlo con el mejor Doctor de la manada-parecía ser que Alan se estaba creyendo tales palabras.
-Está bien, entonces. ¿Ya estás mejor?-Alan me miró de nuevo.
-Sí, me siento mucho mejor-sonreí de lado-. Vamos, ¿por qué no vamos a comer algo? De tanto vomitar me quedé con hambre.
Estaba a punto de salir por la puerta, pero Alan me sostuvo por mi mano derecha.
-¿Estás seguro de que estás bien? ¿No hay otra cosa qué contar?
-No, es eso todo...-posé mi vista en él y le dediqué una sonrisa falsa haciendo que él creyera lo contrario-. No pasó...nada.

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