Capítulo XVIII

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-¿Qué hago?, ¿qué hago?, ¿qué mierda hago?-mencioné mientras caminaba de un lugar a otro-. Joder ella está justo ahí abajo inconsciente mientras yo estoy aquí pensando en qué hacer. Debí de haberla sujetado cuando pude. Soy una mierda de hermano. ¡Ah!
Me estrecé y acaricié mis sienes una y otra vez en busca de una respuesta a este problema.
¿Y qué tal si intento llegar a la estación de gasolina para pedir ayuda?,pensé, no, puedo hacerlo pero ni siquiera sé cuánto tardaría en llegar, además hace frío y ella podría congelarse o algo. Necesito encargarme de ella primero, pero ¿cómo podré bajar? La rampa es larga y grande así que una vez baje ya no podré subir al menos de que tenga una cuerda o equipo de montaña. Sonreí.
Fui rápidamente a la cajuela de mi auto con la esperanza de encontrar algo con lo que ayudara a subirnos a mí y a Amanda, pero lamentablemente no había nada.
-Vaya mierda, eh-me dije a mí mismo. Fui hacia donde podía ver a Amanda-. Creo que los dos estamos jodidos- empecé a bajar lentamente la bajada por donde Amanda había caído y, una vez estuve con ella, intenté hablarle-. Ey, Amanda, ¿estás bien? ¿Puedes escucharme? Amanda.
No recibí respuesta alguna de ella y después toqué su cara una vez me quité mi guante derecho de piel color negro: ella tenía la cara fría y temblaba un poco. ¿Pero quién mierda se pone un vestido en esta temporada del año?,pensé. No tuve más remedio que quitarme mi abrigo negro para ponérselo y que no tuviera frío, aunque yo sí lo tuviera, pero tenía mi bufanda gris; así que después de enrollarla con mi abrigo, la cargué al estilo princesa y empecé a caminar por el bosque en busca de alguien que nos pudiera ayudar: tal vez un cazador, un leñador o lo que sea, no lo sé.
Caminé por minutos hasta que encontré a un par de chicos adolescentes que estaban por ahí fumando mientras charlaban y reían entre sí. Me acerqué a ellos y después voltearon a vernos.
-¿Y ustedes quiénes son?-preguntó un chico de cabellos cafés que estaba apoyado en el tronco de un árbol con su cigarrillo a la mano; tenía una ropa casual; una piel ni blanca ni morena lo envolvía y sus ojos eran de  miel,hermosos.
-Necesito su ayuda, por favor-mencioné.
-¿Creen que unos desconocidos van a ayudarlos así sin más?-preguntó aquel chico.
-Bueno...tengo dinero, si es lo que quieres.
-El dinero no nos importa-mencionó otro de los 4 chicos que estaban ahí: tenía el cabello verde oscuro con unos ojos azul celeste y de piel blanca; vestía, igual que los demás, con ropa casual-. Nuestro Alfa puede darnos eso, pero lo que de verdar queremos no-se relamió los labios.
-¿Su Alfa? ¿Qué quieres decir?-mencioné, con la idea de que ellos podrían ser también licántropos. Esperaba y no, porque sinceramente no tenía tiempo de lidiar con ellos.
-Brook, él huele bien-mencionó el chico de cabello café y ojos de miel.
-Sí-Brook, el chico de cabello verde oscuro, respondió con una mirada lujuriosa-. Chicos, ¿qué les parece si nos repartimos este regalo entre nosotros?
-Sí-mencionaron todos al unísono y empezaron a acercarse a mí.
-Aléjense, no tengo tiempo para lidiar con inútiles como ustedes-gruñí.
-Oh, veo que tienes agallas..., lindura-mencionó Brook.
-Gracias, sé que soy una lindura, pero te recuerdo que...también tengo un lado malo-sonreí, aunque sinceramente no quería desafiarlos, sabía pelear y eso, pero ellos eran licántropos y tenían más fuerza que un humano, probablemente me matarían antes de hacer algo. Necesitaba huir lo más pronto posible.
Retrocedía mientras ellos se acercaban a nosotros.
-¿Y por qué no nos muestras ese lado gruñón, cachorrito?-sonrió Brook.
-Créeme,no querrás verlo.
-Puedo soportarlo.
Ellos se acercaban más y más hacia nosotros y si llegaban a atacarme no podría defenderme con Amanda en brazos así que la dejé recostada en un árbol mientras yo me ponía enfrente de ella para defenderla también.
-¿Qué? ¿Acaso ya te cansaste de ella?-dijo el chico de cabellos cafés con ojos de miel. Por alguna extraña razón, los demás chicos no hablaban.
-Oh, por supuesto que no. La diversión apenas comienza-dije.
Los chicos se burlaron descaradamente.
-¿Piensas...piensas que te vamos a pegar?-dijo Brook mientras disimulaba limpiarse una lágrima por la risa.
-Bueno, probablemente, pero sé exactamente lo que quieres en realidad hacernos, y no lo permitiré. Vamos, no tengo tiempo, así que...,que sea rápido.
-Mark, Louis y Renn...-mencionó Brook, el chico de cabello verde oscuro-, conviértanse.
Y en ese momento, cuando dijo aquellas palabras, los chicos se empezaron a transformar en unos lobos poco grandes y feroces. Alan definitivamente les ganaría. Odio admitirlo, pensé, pero desearía que Alan estuviera aquí-. Muy bien, hermoso, que comience la fiesta.
-Por fin-me puse en posición de pelea, listo para luchar y poder defender nuestra virginidad. Si voy a perder mi virginidad, pensé, preferiría que Alan fuera quien me la quitara.
Esperen...¿¡qué mierda acabo de decir!?
Rápidamente agarré un palo de madera que estaba por ahí y le dí un fuerte golpe al lobo café que llegó a mí rápidamente, cosa que hizo que el lobo chillara de dolor y se quedara aturdido por unos momentos; los demás estaban detrás de Brook.
-¡Maldito!-gritó Brook-. ¡Mátenlo!
Los demás lobos acataron su orden y se dirigieron a mí ferozmente. Ahora eran 2 lobos, pero no olvidaba el hecho de que eran licántropos, así que...esta era la hora de mi muerte.
-Adiós..., mundo cruel-dije mis últimas palabras antes de morir en manos de esos lobos. Solté el palo que traía en mano y extendí los brazos hacia los lados, después posé mi cabeza hacia el cielo y cerré los ojos, listo para morir, pero...¿qué sucedió?, porque de un momento a otro no sentí nada, solamente empecé a escuchar gruñidos muy feroces y uno que otro chillido de dolor.
Abrí mis ojos lentamente para después encontrarme, sorpresivamente, a un lobo grande(más que los demás), de color blanco, enfrente de mí rugiéndole a los demás lobos, defendiéndome. También habían 2 lobos rugiéndoles a los chico que les pedí ayuda, estos lobos me eran parecidos a Jeremy y Kaled (café y gris), pero...hay muchos lobos que son iguales, ¿no? Pude haberlos confundido con ellos. Quizá.
Los chicos que estaban apunto de atacarme ahora se encontraban rodeados por los tres lobos que llegaron a ayudarme, aunque el que estaba enfrente mío me daba escalofríos y miedo. Ese lobo sí que estaba enojado.
Volví a cargar a Amanda,aún inconsciente, al estilo princesa.
Fue en ese entonces cuando 2 de los lobos que me ayudaron se empezaron a transformar.
-¿¡Kaled y Jeremy!?-grité sorprendido.
-¿Los conoces?-preguntó Brook, quien aún seguía en su forma humana. ¿Por qué no se transformó?,pensé.
-No idiota, por eso dije sus nombres y me ayudaron-dije sarcásticamente.
-Ash- él estaba apunto de ir hacia mí, pero aquel lobo blanco se lo impidió y Brook retrocedió con miedo.
-¿De qué manada son y por qué atacan a esta persona?-preguntó Kaled.
-No es asunto tuyo-respondió Brook.
-Responde si no quieres ser deborado, idiota-y, junto con aquella amenaza, el lobo blanco se acercó más hacia Brook y hacia los demás.
-Bien, bien, lo haré pero aléjalo, ¿sí?-Kaled miró al lobo y él respondió alejándose de Brook-. Bien-suspiró.
-¿De dónde son?-respitió Kaled.
-De...de la manada Nux.
Kaled se quedó callado por unos segundos recapacitando lo que dijo.
-¿Y qué hace parte de la manada Nux en este lugar, en el mundo humano?
-Venimos solo a divertirnos.
-Sí, como lo iban a hacer comigo-susurré, pero todos alcanzaron a escucharlo.
-¿Qué dijo, Luna?-preguntó Kaled con respeto.
-Espere...¿¡Luna!?-gritó Brook sorprendido- ¿De...de qué manada?
-Manada Roja.
-Oh, Dios, perdón Luna, no quise hacerle daño no sabía que era de esa manada ni de que era el amante del Alfa, piedad, piedad, por favor-suplicó Brook mientras se ponía de rodillas.
-Ya, te perdono así que deja lo melodramático para después. Es molesto-dije.
-Gracias, Luna, que tenga muchos hijos-Brook se levantó del piso.
-De acuerdo eso último no te lo perdono-dije, y estaba apunto de ir por él pero Kaled me detuvo.
-¿Qué clase de diversión buscaban? Saben que el Alfa de la manada no permitiría eso. ¡Di la verdad!
-Bueno...-Brook se quedó pensando por unos segundos antes de responder.
-¡Dinos si no quieres que tus amigos sufran!-el lobo al que había golpeado estaba siendo mordido de poco en poco por el lobo blanco, así que el lobo chillaba de dolor.
-¡Está bien déjalo! Lo diré.
-Buen chico-Kaled hizo una señal para que dejara al lobo en paz y así fue-. Ahora dilo.
-Nuestro Alfa, Aaron, quiere...tomar venganza de la Manada Roja, así que nos encargó encontrar al Alfa y a su Mate. Sinceramente no sabía que él lo era, ¡pero juro que no haremos nada! Solo déjennos ir y haremos como que no pasó nada-habló un poco nervioso Brook.
-Esto jamás se olvidará. Los dejaremos ir pero...-Kaled agarró a Brook de su camisa de la parte del cuello- si vuelven a tocar a alguien de nuestra manada, el mate del Alfa o, incluso peor, el Alfa mayor..., ¡juro que yo mismo me acabaré de sus miserables vidas!
-Sí, sí, sí, lo entendemos-respondió frenéticamente Brook.
-Bien, ahora lárgo y jamás vuelvan-Kaled lo arrojó fuertemente.
-¡Sí, gracias! Vámonos chicos-y, antes de que se fueran, Kaled les dedicó unas últimas palabras.
-Ey, y cuando veas a Aaron, dile que estaremos esperando esa venganza suya con ansias. Su arrogancia es bienvenida-dijo Kaled y después sonrió.
-Sí,señor-se fueron, dejándome con el lobo blanco, Kaled y Jeremy.
-Luna, ¿está bien?-preguntó Kaled y llegó hasta mí para poder cargar a Amanda-. Premítame ayudarle.
-Gracias-mencioné mientras ignoraba el hecho de que estaba desnudo. Intenté pensar en otra cosa-. Espera...si ustedes están aquí...¿entonces en dónde está Alan y quién es este lobo blanco?
Kaled sonrió.
》Espera...no me digas que...
En ese instante tan preciso, aquel lobo blanco se empezó a transformar mientras unas hermosas tiras y brillos de azul celeste lo rodeaban. Era una hermosa transformación, que solo pertenecía a una persona...:
-A...Alan-mencioné sorprendido.
-William-sonrió Alan-. Es hora de ir a casa.

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