Llegué a la parada en la que se encontraba el autobús. Me puse en una cola en la que nos iban tomando los datos para identificarnos. Tenía un aire a la cárcel, como cuando les sacan las fotos a los presos.
Llegó mi turno, y el chico que me iba a tomar los datos, me dijo:
-Hola campista. Mi nombre es Jai y soy el director del campamento -Jai era alto, con mucha masa muscular y tendría unos 28 años-. ¿Me disculpas un momento?
Antes de que pudiera contestar, Jai ya se había metido en un grupo de personas, supongo que eran mis monitores, y sacó a un chico. Pero, adivinad quién era... Sí, el chico con el que me había chocado un rato antes.
-Espero que no te importe que él te tome los datos -dijo Jai con educación.
-Me temo que ya nos conocemos -dijo el chico sonriendo. ¿Pero quién se creía este? ¡Ni que antes nos hubiéramos contado toda la vida!
-Pues entonces, de maravilla -contestó Jai. Tras esto, se fue.
-¿Cómo te llamas? -me preguntó.
-Vanessa -respondí.
-Y bien, Vanessa, ¿cuántos años tienes?
El simple hecho de estar allí, me ponía de los nervios. Y no, no estaba en mis días, ¿vale? Como soy tan bocazas y no me callo ni una, le contesté:
-¿Eso también lo pide tu estúpida inscripción?
-Siento decirte que sí, y aunque no lo pidiera, quisiera saber tu edad -contestó con tranquilidad.
Suspiré sonoramente.
-Dieciséis -acabé diciendo.
Lo apuntó en su hoja.
-Genial -exclamó-. Pensarás "¿por qué sabes tanto de mí y yo no sé nada de ti?"
-Pues fíjate que no -contesté algo brusca.
-Me da igual; me llamo Josh y soy el monitor jefe del campamento.
Yo y mi boca bocazas volvimos a hablar:
-¿No eres muy joven para dirigir algo?
Sonrió divertido.
-Supongo que con dieciocho años puedo hacer lo que quiera, además, tengo más experiencia aquí que ninguno -le miré con el ceño fruncido-. He estado en este campamento desde los doce, por si las dudas -respondió Josh.
-Vale.
-Bueno Vanessa, aunque me encantaría llevarme todo el día hablando contigo, hay más chicos que deben registrarse. ¡Bienvenida al campamento! Espero que nos llevemos bien -me guiñó un ojo.
-Suerte -le deseé.
Pasé por su lado, para poder entrar al autobús.
-Tranquila, que no la necesitaré -gritó.
Paré en seco. No me hizo falta darme la vuelta para saber que estaría sonriendo con prepotencia.
Como me estaba cansando de escucharlo, seguí entre en el autobús. Pensé que no iba a tener otra alternativa en todo el verano, más que verle todos los días y aguantarlo, pero no podía hacerlo si me miraba de esa manera que tanto me incomodaba...
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Summer love Memories [Wattys 2015]
Roman pour Adolescents© Todos los derechos reservados. Portada por: @starthatshine Se podría decir que yo no vine por gusto propio, que vine obligada por mis padres... Me imaginaba lo peor... Pero... ¿cómo pudieron cambiar eso unos chicos? Casi todos eran mis amigos, ex...