Capítulo 4: Comencemos...

1K 44 1
                                    


Pasado ya un buen rato, Jai se levantó de su asiento, junto a Josh. Hizo sonar su silbato, lo que hizo que todas las conversaciones se esfumaran.

-Muy bien. Chicos, ya nos estamos acercando al recinto del campamento. Vamos a dividiros en grupos, y os asignaremos un monitor, para no perder tiempo cuando lleguemos. Josh, por favor te importaría... -dijo Jai mientras le pasaba la hoja con las distribuciones.

-Claro -contestó-. Vamos a ver, los chicos que tengan entre seis y ocho años irán con Amanda -Amanda era una chica bajita y con una dulce voz. No me extrañaba que la asignaran con los más pequeños-. Los que tengan entre nueve y doce, con PJ -era alto y delgado, pero le sentaba bien. Tenía pinta de ser muy divertido-. Los de trece y catorce años con Mia -alta, pelo negro y liso, en fin, muy guapa-. Y por último, de quince a diecisiete, conmigo.

Cristina, Danna y yo nos miramos. ¿¡Por qué!? El día no paraba de mejorar. Genial, como no tenía suficiente con tan solo verlo a la hora de las comidas, encima iba a tener que verlo a la hora de las actividades. Volví a dirigir la mirada a donde estaban Jai y Josh, y vi que me estaba sonriendo. Será...

Le lancé una mirada asesina; este ya era hombre muerto.

Llegamos al campamento a los veinte minutos de enterarme que Josh sería mi monitor. El campamento era bastante grande. En el centro de todo el lugar había un gran edificio en el que se hacen las comidas, tiempo libre, etc., y alrededor, se encontraban todas las cabañas. Había cabañas de dos, tres y cinco personas.

Danna, Cristina y yo cogimos una de tres, que estaba a una distancia considerable del edificio central. La cabaña de Anthony y de Dylan estaba junto a la nuestra.

Una vez que dejamos las maletas y estábamos instaladas, fuimos al edificio central, donde nos hablarían del campamento, su funcionamiento, reglas...

Las reglas me salto de contároslas: nada de insultos a los demás campistas, respetar los horarios...

Jai comenzó a hablar:

-Aquí nos veremos todas las mañanas a las nueve y media, -o sea, nada de levantarse tarde...-, para desayunar, distribuiros a cada zona de actividades, noticias, etc. Para evitar confusiones llamaremos a este lugar "La Barbacana" -La Barbacana, me gusta-. Espero que todos estéis a gusto con vuestros compañeros de cabaña. Y ahora, os hablará un poco Josh, que para los que no lo conozcáis, es el monitor jefe del campamento -todos parecían no conocerlo; debía ser de las pocas a las que recibió.

A Josh lo pilló por sorpresa. Seguro que Jai lo hizo para ponerlo a prueba.

-Eh, está bien... -estaba nervioso. Disfruté de la incomodidad de Josh. Aunque no lo parezca, tengo dos caras; si te mereces la buena, me conoces por la buena, sin embargo, si te mereces la fría, sin duda me conocerás por ella-. Veréis, yo llevo viniendo desde que tengo doce años, y este lugar, al principio, me parecía un mierda...

-¡Eh! -lo interrumpió Cristina-, esa boca.

Todos no pudimos evitar reírnos. Josh se puso bastante más nervioso y lanzó una muy bien disimulada mirada asesina a Cris.

-Sí... lo siento... -se disculpó-. En fin, a lo que iba. Muchos de vosotros pensaréis: me gustaría estar con mi familia en este momento, pero sin embargo estoy aquí... Eso me pasó a mí -Josh cogió carrerilla y no podía parar-. Pero... con el paso de los días cogeréis cariño a este lugar, y os aferraréis tanto a él, que no querréis soltarlo -estaba hablando en serio, no con ese tono burlón con el que hablaba las veces que le había escuchado anteriormente-. A mí me pasó eso... Cogí cariño a todo lo hecho aquí, y sobre a todo al director, Jai, y ahora no paro de darle la lata -sonrió mirando a Jai; a él ya le había emocionado.

-Bueno, bueno... ¡Qué te nos emocionas! -gritó Dylan.

Sonreí.

-En fin, nuevos campistas, espero que esto os ocurra a vosotros -finalizó Josh.

Todos comenzamos a aplaudir. Puede que sea un estúpido arrogante, pero lo que acababa de decir había sido precioso.

Empezaron a salir todos hacia sus cabañas y los cinco nos quedamos los últimos. Cuando fuimos a salir, pasé junto a Josh, y no pude evitar hablarle:

-Ha sido muy bonito -le dije, dándole una palmada en el hombro.

Él me sonrió y cuando me di cuenta, los demás ya se iban, así que pegué una carrerilla y los alcancé.

Lo que ha dicho me ha hecho pensar: tengo nuevos amigos y aquí hay mucho que hacer. No quiero aferrarme, como dijo Josh, pero sí recordar este verano como uno bueno.

Summer love Memories [Wattys 2015]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora