¿Labios Compartidos? ~Nj~

Capítulo 38.

~ El principiar de la epifanía..

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Hay amores que sólo son amores sin vivirlas, hay amores que sólo intentan una vez cuando puede existir más veces, hay amores que batallan pero la protervia era dueño del arma final para ser el ganador, hay amores que son muy golpeados pero en su último designio logran la gloria deseada, hay amores que arriesgan su ventura por actos absurdos, patéticos, dolorosos indagados que no deben tener gran valor entre los humanos..

Hay amores que se cruzan e inmediato disfrutan de sus sentimientos sin ningún pero..

Elijamos lo último.

¿Y por qué no?

Hagámoslo, juguemos, gocemos, vivamos, triunfemos, lleguemos..

Seamos de esos amores y regálame el futuro más preciado e inolvidable de todas mis vidas para partir feliz.

Muy feliz, muy felices.

No perdamos la paciencia, recuerda siempre lo que nos sucederá.. y que te quiero.

Para un ángel como tú.

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Pintaba la última flor muy embelesado, con sus mejillas rojas y sus preciosos ojos de miel más brillantes que nunca.

Muy diferentes, muy especiales.

Al terminar sonreía muy orgulloso, su pulcra y elegante letra, su dibujo era el toque de vida, le colocó una hojita aromática en la página y cerró su gran libro de recuerdos más valiosos con suma delicadeza y amor.

Lo sintió un poco como las tareas que te dejaban en la escuela al ver muchos colores, borradores y lápices en su escritorio.. soltó una risita y comenzó a guardar sus cosas, era la última hora laboral del viernes ya que él y todos sus colegas terminaron antes y el señor Han se despidió volando por su reunión familiar.

Y hacerlo en casa sería incómodo, no puede darle más sospechas a sus progenitores y a su travieso hermanito.

Con las yemas de sus finos dedos acariciaba la pasta de su libro cuando sintió respiraciones dulces en ambas orejas, le hizo temblar leve.

Hasta que volteó..

--¡Chicos!.. no hagan eso. – Puchereó a sus dos mejores amigos mientras guardaba el libro en su maletín.

Estos sonreían..

--Cuenta la historia de un jovencillo muy enamorado que empieza a coleccionar los mensajes de amor que su amado le brinda.. al punto de ignorar todo lo que le rodea por atesorar esas letras.. ¡Aw que hermoso! – Exclamó JiMin levantando sus bracitos simulando ser un narrador de historias románticas.

Las mejillas del pelinegro se incendiaban, a los segundos le hizo una seña de silencio.

Pero..