Pagué y me acomodé en un asiento. Adam me llamó un par de veces y me escribió varios mensajes, pero ni me molesté en abrirlos ni en contestarle. Después de un rato, llegué cerca de mi destino, y me bajé.
Caminé unas cuadras mientras miraba mi sombra alargada con el sol de las 9 de la mañana. Y por fin llegué al lugar de entrenamiento. Los de mi pelotón ya se encontraban ahí, a excepción de Hanna y de ese estúpido.
— ¿Y tu novio? —preguntó Toño.
— ¿Cuál novio? —respondí, malhumorada.
—Oh, oh, alguien está de muy mal ánimo. ¿Qué pasa?
Rodeé los ojos.
—Han pasado demasiadas cosas estos días como para tener el ánimo elevado. —declaré y me fui a un callejón cercano. Tenía ganas de llorar, pero ya me había hartado de hacerlo, así que mejor saqué el libro de "Misery" de Stephen King y me sumergí en el mundo de Paul y su secuestro.
Al cabo de un rato, escuché la voz de Adam a lo lejos. Me adentré aún más en el callejón. Seguí leyendo un rato más, hasta que la voz de Hanna resonó por todo el lugar. Con irritación, cerré el libro y lo metí en la mochila cruzada. Luego, me levanté y fui a donde los otros se hallaban.
—Cristina, Cristina, llegando tarde. —dijo con cólera y alegría la líder, saboreando cada palabra. — ¡Ciento cincuenta lagartijas, rápido! —<<Lo que me faltaba>>. Aventé la mochila a un lado, haciendo que Misery saliera por accidente, y me puse a hacerlas, sin mucho esfuerzo. Cuando terminé, desempolvé mis manos y levanté la bolsa.
Me formé al otro extremo de donde estaba Adam, junto a Ale. Me saludó y yo le devolví como respuesta una sonrisa cansada. Me recordó a mi amiga Giovanna por un momento.
—Bueno, ya que terminamos con estas estupideces, las cuales jamás debieron haber sucedido, gracias, Cristina. —señaló. <<De nada, perra>> pensé, a punto de decirlo. —Voy a explicarles acerca de la OLFD, más de nuestra empresa, y del próximo ataque. Debido a su baja inteligencia, lo explicaré en palabras muy simples.
>>La OLFD es la "Organización en la Lucha contra las Fuerzas Demoniacas". Es el grupo opositor del que les habló Izumi después de la transformación. Es un departamento secreto de la policía de casi cada país. En los países con menor actividad demoniaca, sólo hay unos dos, tres agentuchos. Ejemplo: Países de África; en próximas fechas, la empresa está planeando un ataque masivo contra ellos. Después les explico los detalles.
>>Para que entiendan la empresa, deben entenderse a ustedes mismos, como demonios. Hay dos clasificaciones de demonios: La primera y la más baja son demonios como nosotros, que aún habitamos el mundo de Terra, es decir, la Tierra. Podemos tener sensaciones físicas como dolor, placer, etc.; podemos respirar y comer, aunque no es como que lo necesitemos. Nuestra energía vital proviene del Grone. El Grone es una sustancia líquida, viscosa y negra. Si se "desangran", por decirlo de algún modo, es su fin en Terra y pasan al otro lugar. Ahorita explico eso; podemos enfermarnos, pero de enfermedades desde más o menos fuertes para arriba... VIH, SIDA, Ébola, Dengue, Influenza, y demás. No van a verse enfermos de un resfriado común. Sólo hay un arma que puede "matarnos", llamada Mors Daemoniourum, o que... Adam, ven para acá. ¡Rápido!
Adam corrió hacia ella y Hanna lo hizo pararse a su lado. Luego, levantó la prótesis y se la quitó, dejando ver el muñón.
>>Si nos mutilan, podemos "desangrarnos". La verdad no es muy fácil que un demonio sea mutilado. Se necesita o un Mors Daemoniourum, o nuestra magia, es decir, nuestros poderes. ¿Cómo te pasó esto?
Él me miró, inexpresivamente, y luego abrió la boca.
—Fue mi hermano, Wayre. Trabaja para la OLFD. —Adam seguía viéndome. Estaba mintiendo. Estaba mintiendo por mí. —Me disparó con el Mors Daemoniourum. —dejó de mirarme y dirigió sus ojos hacia Hanna. Quedé un tanto consternada por el acto. ¿Por qué lo había hecho?
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Sombras Traicioneras | COMPLETA
Fantasy-¡Crist, tenemos que bajar! -dijo él. ››-¿Estás loco? ¡Esas llamas nos quemarán vivos! (...) ››-Crist... Esa es la cosa... No lo estamos...›› Cuando el padre de Cristina debe irse a un viaje de negocios, parece que el único desastre será vivir tem...