Capítulo 49: Los reclutas de la ducha y carta para una mariposa

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−Se fue, hora de la reunión−avisa Max bastante agitado al llegar a mí, seguramente corrió desde el estacionamiento.

−Le diré a las chicas que pongan a correr el agua−le guiño un ojo y sigo mi camino hacia las duchas.

Max me ayudó hace unas horas a correr la voz entre las chicas de la lista, todas aceptaron, supongo que si no tenemos nada que perder... el miedo a morir ya no es un gran obstáculo, solo una roca más en el camino, hemos sufrido tanto aquí que sentimos que esta lucha nos pertenece más que nuestra propia vida. Esperamos que más chicas se unan, pero sabemos que hay algunas que han perdido tanto que ya no pueden ni luchar.

Pero si ellas no pueden hallar la forma de volver a pelear, entonces yo seré sus manos, sus pies y sus alas, lucharé por ellas como una vez lo hicieron por mí, cuando me perdí a mí misma y no sabía cómo avanzar.

Al llegar no solo están las chicas, sino los guardias y dos de los socios de Bastian, no sé cómo pudieron entrar, pero lo hicieron, y eso es grandioso.

La respuesta llega cuando Theo sale de entre la multitud con una sonrisa ladeada que me hace sentir en paz.

Tal vez porque esa sonrisa significa: Estamos contigo, yo estoy contigo.

−¡A ducharse chicas!−grita Kena dedicándome una significativa mirada con esos ojos grises que hoy extrañamente parecen un día soleado.

El vestidor está repleto de gente, todos de pie, muchas chicas ansiosas y con sonrisas rotas, hombres de traje con el corazón desbocado y un par de socios a la espera de un buen plan para terminar con su depredador.

−Gracias a todos por venir−digo intentando que mi voz suene firme, pero lo suficientemente baja como para que no sobrepase el ruido del agua corriendo. Siento que el corazón se me saldrá en cualquier momento del pecho, quiero decir las palabras correctas aunque no sean perfectas, soy un mar de nervios en este momento, enserio quiero que esta vez todo salga bien, no necesito más fantasmas acechando mis sueños.

−Sólo será un momento, cierren la boca, por favor−anuncia Max desde atrás tomando mi mano en un breve apretón.

Modulo un gracias hacia él y miro al frente, a nuestro ejército de temerosos pero al mismo tiempo valientes soldados.

−Este tonto discurso no tomará mucho tiempo, la información importante les llegará por separado, pero queremos que se vean, que conozcan a las personas en las que pueden confiar a partir de ahora y que sepan que nos necesitamos, que no podemos hacer esto solos, ahora trabajamos en equipo−busco un par de ojos azules entre la multitud, y no encuentro un par, encuentro dos, ambos me sonríen, respiro profundo y continúo−Y les pido que no den un paso sin antes consultarlo con Max o conmigo, Bastian puede ser una gran basura−casi se me escapa una carcajada, no sé por qué, pero por suerte me contengo−Pero sigue siendo el jefe, no podemos subestimarlo, y lo más importante, por amor a Dios y a todas las estrellas, no dejen que los atrapen, si quieren hablar envíen una nota a mi cuarto, o en su defecto levanten el puño derecho si estamos en público, sean discretos, ahora mi deber es cuidarlos, no me pondré sentimental porque este momento no lo vale, pero estén seguros de que intentaré cuidarlos con mi vida−finalizo, sabiendo que eso sonó terriblemente sentimental, pero ver que esas sonrisas rotas brillan un poco me hace saber que no estuvo mal.

Al terminar de hablar Val intenta aplaudir, pero por suerte Theo sostiene sus manos antes de que el sonido de sus palmas haga demasiado ruido, se disculpa con una mirada avergonzada y en su lugar levanta el puño derecho con una gran sonrisa.

Todos la siguen.

Se siente como un grito de independencia, es el inicio de una revolución.

Esta es la guerra por nuestra libertad.

Jardín de mariposas (Golden Souls #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora