Capítulo 17: El Ken moreno al rescate

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−¿Y me dirás?−pregunta la rubia.

La miro confundida mientras Kena alisa su vestido haciendo tiempo antes de tener que tocar la puerta de la oficina.

−¿El qué?−respondo con otra pregunta.

−Habla de tus reglas−dice Kena con voz plana, ella se impacienta y suspira−Yo lo hago−se gira hacia la rubia haciendo sonar sus tacones−Esta chica−me señala−No tiene pasado, su nombre es Liah, sus atuendos nunca son lindos−hace una mueca graciosa y su voz cambia a una más aguda cuando pronuncia lo último−si la escuchas gritar en la noche no vayas a su cuarto, no te metas en sus peleas y por último pero no menos importante, dos cosas; la primera, el verde es un color horrendo, y segundo, si Ryan Walsh viene, le dices que Liah está muerta−explica con solemnidad−Incluso si está justo a tu lado−añade.

Me percato del hecho de que ha pasado por alto la regla sobre Alec, por lo que silenciosamente y con una mueca parecida a una sonrisa le agradezco cuando sus ojos recaen sobre los míos.

−Bueno, dicho esto, por favor no hagas ninguna estupidez−esta vez me habla a mí, a lo que respondo con una mueca de indignación−Y tú−de vuelta a la rubia−¿Has subido antes con Petrov? Me refiero a ser su dama o como sea que el cerdo ese diga−la rubia responde afirmativamente haciendo que sus ondas se muevan de una forma que se me hace divertida, pero reprimo la sonrisa y continúo en silencio−Limítate a respirar−le advierte.

−Sí... bueno, creo que nos esperan−digo intentando que Kena deje la paranoia−Kena, estaremos bien, relájate−le pido.

−No olvides el incidente−refuta señalándome con su dedo índice.

Cómo olvidarlo.

−No, no lo olvidé, pero la rubia no necesita que la asustes, así que vamos a entrar y el maldito se va a lucir con todos esos cerdos y en la mañana iremos a dormir, ¿está bien?−estoy algo estresada...

−Padre, sé que todas estamos asustadas, y puede que Liah esté muy enojada, pero te pido que todo salga bien, te he fallado, pero no nos dejes solas, por favor... −no tengo tiempo para reaccionar a lo que Val (por fin lo he recordado) ha hecho.

La puerta se abre de golpe y un muy enojado Max sale, se detiene frente a mí, está agitado y una vena palpita junto a su cien, el moretón casi se ha ido, pero su mal humor seguro que no.

Se acerca tanto que si no estuvieran todos a mi alrededor de seguro intentaría salir corriendo, pone sus labios cerca de mi oído, su aliento es cálido y tiene un ligero olor a cigarrillo.

−Mi hermano estaría muy decepcionado de verte así, muñequita−su tono es ronco, y aunque quiera negarlo, sus palabras me han descolocado, pero de alguna forma lo dicho antes por Val vuelve a mi mente, y por un momento lo dudo, pero mis impulsos son más fuertes.

−Púdrete−es lo único que digo antes pisar su pie con la punta de mi tacón.

Su primer reflejo es levantar la mano para darme una bofetada, que de seguro me dejaría con la mandíbula dolorida varios días.

No parpadeo, ni siquiera me muevo, más bien lo miro a los ojos. No tengo miedo, dispara, no hay nada más que pueda ser quebrado aquí.

−Será mejor que te detengas ahora mismo−la voz de Petrov se cuela entre los espacios y llega a Max como un balde de agua helada. Se detiene en seco, pero aun así, casi puedo ver la paliza que me da mentalmente.

−Algún día se va cansar de ti−me asegura mientras pasa junto a mí y se pierde en los pasillos.

El aire queda cargado de tensión, me da la impresión de que en cualquier momento podría asfixiarme con ella.

−Max ha estado algo sensible, espero que puedan entenderlo...−se disculpa Petrov con un tono conciliador bastante sospechoso.

Junto a la puerta veo al Ken moreno con la mandíbula tensa y los brazos apretados detrás de su espalda, se ve nervioso.

−La próxima vez que si quiera lo intente más te vale comprar un bonito traje para el funeral−sonrío sarcástica mientras entro a la oficina que se mantiene en una oscuridad inquietante.

−No será necesario−afirma mientras camina detrás de mí. Kena y la rubia entran después.

−Yo...−la voz de mi chica fantasma suena triste y temblorosa−Debo... irme...

Intento pensar en algo, lo que sea, y de pronto algo me hace mirar al chico, tal vez lee la súplica en mis ojos, porque de alguna manera logra entenderme, y por la forma en que me devuelve la mirada sé que intentará ayudar.

−Señor...−su voz suena vacilante.

−Theo...−responde llamándolo por su nombre.

Así que se llama Theo... interesante, quizá en unos minutos lo olvide, nunca fui buena con los nombres.

−Kena podría ser su mesera esta noche...−sugiere un poco más seguro−Además le vendría muy bien que alguien como ella esté a cargo de sus bebidas, ya sabe... cualquier cosa podría pasar, hoy vendrán muchas personas y entre ellas muchos que no son precisamente aliados.

−Tienes razón. Mi ángel no me traicionaría, ¿no es así querida?−se acerca a ella tomando su mentón para que lo mire a los ojos.

−No−dice forzosamente ella. Y todos sabemos que aunque quisiera, le tiene demasiado miedo como para desafiarlo. Yo fui la única lo suficientemente estúpida como para hacerlo, y no salió nada bien.

−Muy bien, Theo va a conseguirte un delantal y quiero que te recojas el cabello−le da un beso en la frente y la mira con algo de intriga.

−Deberíamos subir−sugiero intentando que dirija su atención hacia a mí.

−Claro que sí, y no vas a creer la sorpresa que te tengo para esta noche−su fingido entusiasmo me hace estar alerta.

¿Podría ser...? Oh, por favor que no sea lo que creo que es.

Jesús, ten piedad de mí.

... 

Este Cap se le dedica a la Bebé Nas, pos porque es la mejor bebé de los Zopencos y la amito mucho <3

Jardín de mariposas (Golden Souls #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora