Capitulo 58: Stand by me

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Petrov tuvo que darnos una semana completa a Kena y a mí para recuperarnos de los golpes y que los moretones se disiparan lo suficiente para cubrirlos con maquillaje.

Durante ese tiempo no tuve comunicación con nadie, sólo una vez vi los golpes de Theo y Max pero me mantuve en silencio, era absurdo decir algo cuando todos sabíamos que de alguna u otra forma podríamos salir lastimados, y es una suerte que al menos por esta vez sólo haya sido de forma física, que por esta vez nuestros corazones no tengan heridas nuevas.

−En dos días volverás a cantar−dice Bastian recostado en el marco de la puerta.

−¿Puedo escogerla?−pregunto mirando mi reflejo en el espejo del tocador.

Las marcas rojas en mi cuello han desaparecido, pero aún tengo algunos moretones en los brazos y uno bastante grande en el mentón.

Esta imagen no es nueva, pero me trae recuerdos de un tiempo en el cual derramaba más lágrimas de las necesarias cada vez que tomaba el lugar de Kena. Con el tiempo decidí que no me ahogaría en ellas. Lloraría para olvidar y seguiría adelante. Pero por alguna razón ahora todos esos recuerdos parecen querer venir a mí como un ejército sanguinario.

¿Sería mejor olvidar todo o vivir recordando tanto lo bueno como lo malo?

Miro mis manos, manchadas de una sangre que no he podido limpiar desde hace años y sonrío con tristeza.

Elijo vivir con todos los recuerdos, elijo no olvidar nunca más, porque ese dolor me ha hecho inquebrantable, y el amor me ha hecho imparable.

−Te concedo eso, supongo que salvar a mi ángel de la muerte merece una recompensa−se acerca hasta que veo su reflejo detrás de mí.

−No vuelvas a venderla como si fuera un mueble, recuerda nuestro trato−le advierto volviendo a peinar mi cabello.

Sin previo aviso me quita el peine y comienza a pasarlo por mi cabello con lentitud, mi corazón late con violencia y todo mi cuerpo se tensa. Mis manos se aferran con fuerza a los brazos de la silla y retengo la respiración.

−Yo nunca cumplo mis promesas, pero cuando se trata de dinero soy un hombre de palabra, así que tú prométeme hacer bien tu trabajo y tu amiga estará bien−dice dejando el peine en mi regazo.

Cuando la puerta se cierra vuelvo a dejar que el oxígeno llene mis pulmones.

Antes de irme no demostré mi afecto hacia Kena tan abiertamente. Me refiero a que siempre fui esa chica oportuna que le quitaba el lugar a la pelirroja, pero desde mi trato con Bastian decidí dejar de ocultarlo, prefiero que sea una carta que pueda prever  que él usará a una que me golpee sin previo aviso.

Tengo el presentimiento de que mi rubio favorito estará en mi presentación, así que escojo nuestra canción, quiero golpear el ego de Bastian Petrov. Quiero humillarlo como me humilló con Ryan.

Paso los siguientes dos días ensayando sin parar, quiero que esta presentación sea sublime.

−¿Cómo piensas tapar ese moretón?−pregunta la voz de una muy seria Kena.

Está vestida con su habitual vestido negro y el cabello recogido, supongo que seguirá siendo la mesera personal del jefe. Ha cubierto todos los moretones de su rostro con una perfección que sólo ella puede lograr y  aunque se ve triste camina con firmeza, como si a pesar de que la tierra bajo sus pies intenta tragarla ella pudiera levitar.

−Pensaba dejarlo así, como una nueva tendencia, después de todo no sería la única con moretones−me encojo de hombros y ella suelta una de sus amargas carcajadas.

Jardín de mariposas (Golden Souls #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora