Capítulos 54: El color de la desolación

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Theo

Liah está perdida en sus pensamientos, ni siquiera se da cuenta del momento en que llega el elevador por lo que tengo que tomarla de la muñeca para que entre. Cuando las puertas se abren su mirada queda anclada al final del pasillo a la derecha.

Habitación 448. Un grito agudo estremece mi corazón.

Mi cuerpo se siente mucho más pesado ahora y me cuesta alcanzar a Liah, que corre hacia la puerta y al llegar da un golpe tras otro.

−¡RYAN!−la escucho gritar, pero su voz se siente extraña, como si fuera la primera vez que la escucho.

Un silencio sepulcral se adueña del momento, pero no dura mucho.

−¡Liah...!−la voz de Kena se apaga rápidamente. Y un golpe se escucha al otro lado de la puerta de madera.

Liah se tensa y dice algo, pero no logro entenderla, el grito de Kena sigue resonando en bucle dentro de mi cabeza.

Toco el hombro de la morena para que se haga a un lado y tirar la puerta de una vez pero me aparta con brusquedad y se pega a la puerta.

−Yo me quedaré en su lugar...−las lágrimas se acumulan en sus ojos−Solo... Solo deja que ella se vaya−le pide golpeando la puerta de nuevo con furia.

−Déjamelo a mí−le digo haciéndola a un lado para tirar por fin la infernal puerta que nos separa de la pelirroja.

Pero la puerta de abre dejando ver a Ryan Walsh con una camisa blanca totalmente abierta y el abdomen lleno de arañazos.

Bien hecho, Kena

Noto que la correa que debería estar en pantalón está tirada a unos pasos al lado de la cama. Mi mandíbula se tensa peligrosamente.

Kena de arrastra con dificultad desde el fondo de la habitación, su rostro está cubierto de sangre que sale del lado derecho de su sien, su cabello está hecho un desastre y lo que sea que tuviera puesto ahora está rasgado y amenaza con dejar de cubrir su cuerpo en cualquier momento.

−Theo, sácala de aquí−me ordena Liah, quien está frente al rubio.

Después de Bastian Petrov, Ryan Walsh es oficialmente la segunda persona a la que más he querido matar en mi vida.

−Me debes una Bella, Bella−dice Ryan en un tono que resulta escalofriante.

−No te debo nada, esto es un intercambio justo, ella se va, yo me quedo−le contesta Liah con decisión.

−Liah no...−le pido. Puedo detenerlo y hacer que ellas se vayan a salvo.

−¡Sácala de aquí! ¡YA!−me grita mirándome a los ojos. Está al borde del llanto. La forma en que me ve me dice que esta es la única forma de sacar a Kena de aquí. Y eso me rompe el corazón.

¿Esta es una decisión que ya ha tomado antes? Debe ser así, porque aunque sé que tiene miedo su mirada no flaquea, me hace saber que se sacrificaría por su amiga las veces que fuera necesario, que ya lo ha hecho.

Ryan dice algo pero no logro escucharlo, cuando llego a Kena lo primero que hago es ponerle mi chaqueta, seguido de eso la levanto, pronto sus lágrimas mojan mi camisa, se ve como una niña que ha sido lastimada de todas las formas posibles.

Ahora entiendo la imperiosa necesidad de Liah por cuidar de ella.

Es aparentemente una chica ruda, centrada, seria y calculadora. Pero no es todo, también es esta chica rota que forcejea conmigo para llegar a su amiga, que llora desconsoladamente pidiéndome que la deje ir a ayudar.

Jardín de mariposas (Golden Souls #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora