Capítulo 11: Puertas que se abren

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No entiendo del todo lo que me pasa. Simplemente quiero destrozar cada cosa que me rodea.

Imágenes confusas aparecen frente a mí, lo que fue, lo que debió ser y lo que un día podría ser. Pero nada tiene sentido.

Grito. Grito fuerte intentando liberar todo el dolor, pero no funciona. Lo único que logro es traer malos recuerdos y voces que llenan mi mente de pensamientos desastrosos.

Quisiera tanto que Alec estuviera aquí. Él siempre supo cómo ahuyentar mis fantasmas. Pero ya no está.

Dios, si estás ahí, si puedes escucharme; llévate este dolor. Ayúdame.

Nunca había hablado con... Él, pero por alguna razón sentí la necesidad de hablarle, de ser escuchada, incluso si solo era producto de mi desesperación.

Las lágrimas queman mi rostro como ácido, y mi garganta arde, mis manos tiemblan sin parar al igual que mis piernas.

Sé que hay muchas personas fuera, pero no quiero que nadie entre y me vea de este modo; tan vulnerable y destrozada.

−Lee, abre la puerta−esas palabras, esa voz, son suficientes para hacer que me detenga unos segundos, paralizada.

Camino lentamente hacia la puerta y dudo un par de segundos en abrirla, pero finalmente lo hago, no sé exactamente por qué. Quizá sea porque a pesar de todo ella es una de las pocas cosas de mi pasado que no parece ser un tormento para mí sino más bien un agradable y triste recuerdo.

Al cerrar la puerta detrás de ella sus ojos grises me miran con detenimiento, se le ve cansada y molesta. Pero eso no me importa cuando me echo a llorar sobre ella.

Rodeo su cuello con mis brazos mientras mis lágrimas mojan su camiseta. Ella tarda varios segundos en responder, pero finalmente me abraza. Y aunque no se siente como estar en el mejor lugar del mundo, sí se siente como un buen lugar para reponer fuerzas y luego volver a la guerra.

Por alguna razón Kena siempre tuvo ese poder, ayudar a otros incluso cuando ella misma siempre ha estado rota.

−Ey, tienes que respirar, vamos, tú puedes−me dice mientras hace pequeños círculos en mi espalda intentando calmarme.

Lo intento, juro que lo intento, pero es tan difícil, los recuerdos duelen tanto. Igual que la realidad.

"Yo lo maté"

Jardín de mariposas (Golden Souls #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora