GAME OVER_[YoonMin]

New players.

JiMin quedó perplejo, no supo cómo nombrar lo que sintió al ver esa extraña interacción entre SeokJin y YoonGi, pero sí podía afirmar que no le había gustado para nada.

—Un nuevo juego... ¿a que se refiere?... —Preguntó confundido. —¿Has dejado el basketball?.

—No sabía que conocías a SeokJin —Soltó evadiendo su pregunta. —Ese chico es bastante raro, así que no te tomes tan en serio lo que dice Minie.

—¿Por qué raro?, a mí me parece agradable.

—Parece, pero no lo es —Carraspeó. —Creeme tengo clases con él, es como el bicho raro del salón. JiMin soltó una ligera risa un tanto insegura, pues no consideraba al rubio de esa manera. YoonGi aprovechó eso para acercarse al menor y distraerlo de lo que había pasado.

—Pero... ¿qué importa él, no?. —dijo tocando la mejilla del menor, quien al tenerlo cerca de nuevo se puso tímido, sin embargo, no se movió ni tampoco apartó al mayor.

Eso causó satisfacción en YoonGi, pues supo que al igual que él, JiMin también deseaba aquel contacto. Quiso besar esos rosados labios, pero pensándolo mejor, lo más seguro es que si lo hacía le causaría problemas al menor y eso es lo que menos quería conseguir. Se limitó a apretar su abultada mejilla y a plantar un corto beso en ella.

JiMin le sonrió y antes de que el pálido se alejara, aprovechó la cercanía para abrazarlo con fuerza. —YoonGi —mencionó dulce.

—¿Hmm?

—Te quiero —dijo con cariño.

El mayor no contestó y JiMin no tomó a mal su silencio. En realidad creyó que con su confesión había logrado poner tímido al mayor y debido eso no le había contestado, sin embargo, no había salido una respuesta de los labios del pálido porque éste no quiso decir algo que no sentía.

YoonGi apoyó su barbilla en la cabeza del niño y acarició su espalda, ambos estaban cómodos en esa posición. En silencio el pálido se preguntó por qué se sentía tan bien saber que JiMin le quería. 

Bajó la mirada observando como el castaño restregaba su mejilla en la parte afelpada de su pecho. JiMin era tan dulce y él tan agrio que de alguna manera sabía que combinaban a la perfección, pero YoonGi estaba ahí para jugar, no para otra cosa.

Dejó de sonreír al recordar su misión, entonces desvió la mirada y apartó su mano de la espalda del menor. Lo único que debía de hacer era dar el siguiente paso con el niño, sin distraerse y sin buscar hacerlo de manera perfecta.

Mientras él pensaba en eso, JiMin disfrutaba del calor corporal del mayor, consciente de su creciente amor por aquel pálido y hermoso hombre.

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La tarde del domingo había caído, y poco a poco el cielo comenzaba a tornarse oscuro.

Taehyung se había quedado sentado en la acera de la calle desde la mañana, afuera de su departamento. No había comido nada en el día y a pesar de lo tarde que era, aún seguía sentado en aquel helado pavimento. Observó pasar a los vehículos mientras pensaba en el castaño, tratando de aceptar que su amigo ya había encontrado a quien amar y no era él.

El rizado quiso maldecir al destino por lo injusto que estaba siendo con él. Aquel chico pálido había llegado sólo a arrebatarle a su amigo, y por si eso fuese poco, lo que más lo airaba era saber que no le había llevado más de un mes enamorarlo, cuando él vivió dedicando su vida al castaño sólo para terminar siendo ignorado.

Miró el cielo sintiendo sus ojos picar y entonces se dio cuenta que no era tan fuerte como creyó. Se rió de sí mismo antes arrugar su rostro en tristeza y comenzar a llorar. TaeHyung empuñó sus manos llevando una de ellas a su boca para evitar que sus sollozos fueran audibles, su cuerpo comenzó a agitarse en compás de su llanto, deseando ahogarse con aquel nudo en su garganta.