Te quiero

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JiMin solía vestir siempre de manera refinada, su madre lo hacía y por ende él había adoptado aquello, le gustaba verse bien en cualquier lugar al igual que su madre, pero debido a eso muchas veces fue tildado de presumido.

El castaño siempre trató de ignorar ese tipo de comentarios, total eran precipitados, pues al conocer a JiMin sabías que en lugar de ser presumido era una persona muy amable y simpática.

YoonGi estaba comenzando a comprender eso, le parecía increíble la facilidad con la que JiMin interactuaba con los demás, como lograba simpatizar sin hacer un mayor esfuerzo. La cualidad de su novio era envidiable. 

—¡Te veo mañana JiMinie! —se despidió la chica.

—Adiós Lia, cuidate —sonrió el castaño. YoonGi los observó detenidamente. Esa niña no era amiga de su novio, nunca lo había visto hablar con ella antes, pero aun así, JiMin le había hablado con tanta confianza como si fuesen amigos de años. —¿Qué ocurre amor? —preguntó al ver al pálido pensativo.

—No, nada.

—Vamos dime —pidió.

—No es nada, sólo me parece lindo que seas tan simpático. —JiMin no le contestó, sólo sonrió, tomó la mano del mayor y se dirigieron a la cancha, pero por dentro el corazón de JiMin bailó.

El castaño no solía ir a los entrenos de su novio, no porque no quisiera, sino porque la mayoría de éstos se llevaban a cabo cuando él tenía sus clases, pero hoy decidió ser un poco atrevido y saltarse unas cuantas horas.

YoonGi miró el uniforme de JiMin. Ceñido e impecable como siempre lo usaba, pero eso no era bueno sabiendo el lugar al que iban. —Oye tendrás calor si vistes así. —puso de excusa.

—Me quitaré el saco y la corbata. —dijo JiMin, el menor ya lo había pensado, pero olvidó llevar ropa fresca.

—Ni hablar —negó. —Vamos a mi habitación por ropa —YoonGi no esperó a que el castaño accediera, sólo lo jaló del brazo hacia su dormitorio, éstos estaban algo retirados y no tenían tiempo de sobra para ir, pero prefería llegar tarde al entreno a que miraran el trasero de JiMin con descaro.

Sabía lo sucios que podían llegar a ser sus compañeros, ellos se comerían al menor con la vista si lo miraban con ese pantalón. Antes le daban igual ese tipo de cosas, pero ahora JiMin era su pareja y debía actuar preocupado como una.

En realidad no tenía sentido la excusa del mayor, era cierto que su misión era actuar como su novio, pero que tenía que ver eso con el hecho de que no quisiera que vieran el cuerpo de JiMin. El pálido estaba confundiendo deseos propios.

—¿Cómo me veo? —preguntó el bajito. YoonGi le había dado la playera con la que jugaba, tenía el número noventa y tres en su espalda, pero era muy grande para el torso del castaño, eso causó que cubriera parte de sus muslos. —¡Es gigante!.

—Luces muy tierno —sonrió. —Ahora vámonos, que se hace tarde. —JiMin salió contento vistiendo la playera del pálido, olía a su perfume y al menor eso le encantó.

Llegaron unos minutos tarde y como YoonGi supuso recibió una reprimenda por eso, pero no le importó. JiMin estaba cómodo y su playera cubría su trasero, con eso bastaba para el mayor.

El entreno comenzó y JiMin miró todo el tiempo a su talentoso novio, riendo por la manera en que el pálido corría, pero también poniéndose tímido cuando los demás voltearon a verlo, pero hubo una cosa que le extrañó. HoSeok hyung no había llegado a la cancha y él pertenecía al mismo equipo de YoonGi, era extraño que faltara al entreno cuando el pálido estaba ahí.

GAME OVER_[YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora